Siendo Romántico

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Dylan y Amethyst tomaron rumbo hacia una cafetería cercana al instituto, era un lugar muy agradable y con un estilo vintage, ambos se sentaron en una mesa y llegó una mesera.

-Buenas tardes ¿qué desean?- mientras Amy tomaba una decisión, Dylan habló.

-Me das un cappuccino, por favor... y para ella...- se quedó mirándola mientras esperaba que pidiera algo, pero Amethyst se quedó callada un rato observando como la muchacha de la cafetería miraba con mucho interés a Dylan.- Hey... tierra a Amethyst.

-Lo siento... lo mismo que él, por favor.- y así se fue la joven, no sin antes darle una mirada un poco extendida al chico.

-Y bueno... nunca te había visto por el lugar.- ella sabía que solo dijo eso para iniciar conversación.

-Yo tampoco te había visto a ti.- y así le dedicó una sonrisa, les trajeron los pedidos y tomaron el café muy callados, cuando salieron del local, caminaron un rato y llegaron a un sitio donde un violinista tocaba una linda tonada sentado en el suelo, ellos se quedaron un momento escuchando la melodía, cuando se decidieron a continuar, ambos lanzaron algo de dinero hacia el señor que los miró con agradecimiento.

Llegaron a un parque y se sentaron a divisar el paisaje, un joven de no más de 20 años se acercó a ellos con varios pequeños ramos de flores.

-Para su linda novia.- ambos sonrieron.

-¿Te gustan?- le preguntó Dylan. Amethyst estaba muy sonrojada.

-Sí, están muy bonitas.- Dylan le dio unos billetes al muchacho y a cambio, él le entregó un ramo de bellas rosas rojas.- Muchas gracias.

-Bellas flores para bellas damas, aunque en este caso aplicaría bellas flores para la más hermosa dama.- se acercó a ella en un amague de beso, pero ella volteó su rostro y los labios de él rozaron su mejilla.

-Sí, mmm... ya debo regresar a casa, se hace un poco tarde.- se paró de la banca donde estaban sentados.

-¿Quieres que te acompañe?, no me molestaría en lo absoluto.

-Está bien....- ella titubeó un poco.

Caminaron un trayecto considerable hasta la casa de Amethyst y allí él la dejó no sin antes programar una cita para unos días después.

-Así que paso por ti a las 8... ponte linda... aunque es imposible que quedes mejor, ya eres preciosa.- Dylan se fue dejándola a ella en la puerta, al cerrarla, pegó su espalda a la madera y dio un gran suspiro.

-¿Quién es él?- Le preguntó Galicia a Amethyst después de haber aparecido por la puerta de la cocina.

-Es un chico que conocí hoy.- le respondió.

-No me agrada, aléjate de él.-dijo con mucha preocupación en la voz.

-Pero mamá, por favor, que anticuada.- Amy abandonó el lugar, se fue a su habitación dejando a su madre con la palabra en la boca.

Pasaron algunos días hasta que llegó el momento acordado de la cita, faltaban 5 minutos para las 8 y ella estaba un poco nerviosa, afuera sonó un claxon a las 8 en punto, bajó ella y ahí había un Lamborghini esperándola, el guapo Dylan se bajó del vehículo, lo rodeó y abrió la puerta del co-piloto para que ella entrara, la saludó con cortesía y formalidad, luego le dijo.

-¿Te parece que vayamos a un restaurante?- ella asintió.- conozco uno muy bueno de comida marroquí, será muy divertido.- condujo su lujoso auto hacia un hermoso lugar étnico un poco lejos de su casa.- Llegamos.

Cuando entraron, ella vio que el lugar tenía mesas muy bajas y cojines en el piso, allí, casi en el suelo, se sentaron ambos, ella decidió confiarse de Dylan en cuanto al pedido ya que ella no sabía nada de ese tipo de comida.

Muy pronto llegaron con la orden pero... ¿y los cubiertos?... ella observaba detalladamente los movimientos de Dylan, él estaba comiendo con sus manos, ella lo imitó, la comida así sabía aún más deliciosa.

Habiendo terminado de comer, fueron a una acogedora feria cercana al lugar, había muchas atracciones, Dylan compitió con otro oponente en uno de fuerza y por ser el vencedor se le obsequió un lindo panda enorme, el cual le entregó a Amethyst, subieron a varios juegos mecánicos muy extremos y ella no podía evitar agarrarse con fuerza de aquel guapo y vigoroso hombre, ya era bastante tarde cuando él la devolvió a casa, estando en la puerta de la vivienda él habló.

-Así que... ¿Cuándo volveré a verte?- parecía bastante nervioso.

-No se... dime tu...- ambos estaban sonrojados.

-En 3 días... ¿te parece?- ella asintió, en un abrir y cerrar de ojos él ya la estaba besando, pasó un rato hasta que se separaron por falta de aire, cuando ya no estaban unidos ella vio cómo una sombra se movía en un arbusto cercano ¿Qué era aquello?, no le importaba, estaba pensando en cosas de más trascendencia, como su próxima cita con el chico ideal.

Se despidieron y ella entró a la casa de la misma forma que la última vez, estaba muy emocionada, pero justo cuando ingresó a la sala estaba su madre sentada en un mueble con una expresión preocupada.

-El me causa un mal presentimiento, mi niña.- sus lágrimas querían caer.- Espero que sea un error de mi parte, pero ten mucho cuidado, no sabes los peligros que ahora corres.




La Criatura Del Poder {Tom Hiddleston}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora