Panqui corría lo más rápido que su esponjosidad le permitía, claro que sin rumbo aparente, hasta que llegó a unas enormes escaleras que se alzaban majestuosamente frente a sus ojos. Decidió subirlas, pues seguro le llevarían a la torre donde se encontraba el sabio. Al cabo de un rato, ya no lo soportaba más, estaba demaciado cansado. Hasta ése momento había contado 990 escalones, y sabía que no resistiría mucho más. Luego de unos cuántos escalones, Panqui logró ver el final de aquel tormento y casi arrastrándose subió los últimos escalones.
- ¡Lo hice! - gritó Panqui - no creí que fueran tantos escalones.
Panqui estaba a punto de desfallecer del cansancio, pero tenía que ver al panquesabio y preguntarle todo lo que le había estado atormentando desde que había llegado a ése lugar. Se acercó a la puerta del sabio, pero cuando iba a tocar, algo o mejor dicho alguien lo interrumpió.
- ¿Todo bien amo? - dijo una voz conocida.
- ¡¿QUÉ?! - Panqui estaba que se moría, ¿cómo habían podido llegar ellas antes que él? - ¿cómo llegaron antes que yo? y ¿por qué no están cansadas?
- Sólo subimos por el elevador amo - dijo la panquecita alta señalando hacia un lado.
- ¡¿Había elevador?! - pensó Panqui - y yo rompiéndome el alma para subir.
- Me caigo al mar - dijo Panqui - ¿cómo no me dí cuenta?
- Ay no amo, no se caiga - dijo Claudia - ¿se siente bien?
- No me voy a caer, es sólo una expresión - dijo Panqui tratándo de relajarse - si me siento bien, sólo estoy un poco cansado, eso es todo.
- ¿Tiene hambre? - dijo la alta - tenemos crema batida y gomitas, aunque si no le gusta podemos buscar algo más.
A Panqui se le iluminarron los ojos ante aquel dulce comentario - ahora que lo dicen, creo que si me gustaría comer algo - dijo Panqui sonriendo.
- Aún no sé sus nombres - dijo Panqui al terminar de comer - ¿cómo se llaman?
- Nuestros nombres no importan amo - dijo la alta.
- Pues a mí si me importan - dijo Panqui con evidente enojo - y no me digan amo porfavor, soy Panqui .
- Bueno, yo soy Claudia y ella es Ana, señor Panqui - si nos necesita sólo toque ésta campana y vendremos a atenderle - dijo tendiéndole una pequeña pero potente campanita a Panqui - buena suerte señor Panqui.
- ¿Por qué no me pueden decir Panqui simplemente? - dijo al haberse ido las dos panquecitas.
Panqui se encontraba nuevamente cara a cara con la puerta que lo conduciría a todas las rezpuestas que necesitaba... o no.
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Por otro lado, Cheto y Pato seguían encerrados en el calabozo del castillo, estaban hambrientos, hacía mucho que no probaban bocado y no podían salir de aquel espantoso lugar.
- ¿Cómo salimos Pato? - dijo Cheto - sabes que yo no soy el del cerebro.
- Pues no sé, pero también ayúdame a pensar, que esto se pone cada vez peor. No hemos comido ni bebido nada y nos estamos volviendo amargos y asquerosos. ¡Ninguna comida debería sufrir esto!
- Piensa, piensa, piensa... y si... no, no funcionaría, y que tal si... no,no, tampoco... pero podríamos...
- ¿Quieres callarte? me desesperas cuando haces eso, podrías proponer, por más mala idea que sea, podría ser nuestra única esperanza.
- Tienes razón Pato - dijo Cheto - hay que hacer ésto por Panqui.
- ¡Si!, ahora busca una manera de salir - dijo Pato mirándo a todos lados - inspeccionesmos el lugar para ver que tenemos.
No era muy difícil darse cuenta de que no contaban con mucho material: una cuerda, una silla, una cubeta, unos cuantos clavos, una cuchara, una taza de metal y un martillo...
- Creo que esto va a ser más difícil de lo que pensamos - dijo Pato suspirándo.
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Panqui dió tres golpecitos en la puerta esperándo una respuesta que pronto llegó.
- ¿Quién es? - se oía una voz preguntar desde adentro de la habitación, era ronca y un poco aterradora, pero al mismo tiempo elegante.
- Soy Panqui, y he venido a preguntarle unas cosas
- Contraseña - dijo la voz.
- Em... los panquecitos... que quieren bailar... no, no era eso, los panquecitos que...jugarán dominó... no tampoco eso, los panquecitos... ¡dominarán al mundo! si eso era - dijo Panqui con tono triunfante.
- Adelante - se escuchó decir a la voz mientras se abría la puerta.
- Buenos días panquesabio - saludó Panqui - ¿puedo preguntarle unas cosas? es de suma importancia.
- Pues claro, ya has empezado con la primera - dijo cerrando la puerta con llave y llendo a sentarse a un sillón, junto al cuál invitó a Panqui a sentarse.
- Gracias, primero que nada ¿dónde estoy? - dijo Panqui - ¿qué ha pasado?, ¿porqué me llaman amo?, ¿y mis amigos?...
- Tranquilo joven Panqui, una pregunta a la vez, tenemos mucho tiempo -dijo el sabio acomodándose en su asiento - por cierto, me llamo Albus Dumbledore Panqué.
- ¿Así como el de la película de Panqui Potter? - dijo Panqui emocionado, amaba ésa película.
- Algo así - dijo frunciéndo el ceño - ¿cual era tu pregunta?
- ¿Dónde estoy?
- En el país de los panquecitos....
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Espero que les esté gustando!!
Perdón por tardar tanto en subir, pero he tenido mucha tarea y todo eso :b
Voten y comenten si les gustaaa, sería un gran apoyo para Panqui y por el momento tambien para Cheto y Pato que no tiene idea de cómo salir de ése calabozo ;)
Gracias por leer y SUERTE ;D
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El panquecito que casi dominó al mundo
HumorPanqui es un panquecito que quiere dominar al mundo, pero se encuentra con muchos obstáculos que deberá superar junto con 2 o mejor dicho 1 amigo y el mismo ¿lo logrará? :D