Mientras Pato despedía a su padre, Panqui contaba a Cheto lo más importante que el Panquesabio le había dicho mientras estuvo con él. Él no estaba seguro del por qué pero tenía el presentimiento de que los días siguientes no serían muy bonitos.
En eso entró Pato al gigantesco comedor en el que minutos antes habían estado todos sentados. No podía evitar pensar en lo que su padre le había dicho, ¿no confiar en Panqui? Él los había salvado de ése horrendo y espantoso estómago y había demostrado ser su amigo. ¿De verdad lo había demostrado? No lo conocía desde hacía mucho, pero por alguna razón confiaba en Panqui y mucho.
- ¿Les parece si les muestro mi cuarto? - dijo Panqui por fin cortando el silencio que reinaba en el comedor y sonrió - parece que fue hecho especialmente para mí.
- ¡Claro! - dijeron Pato y Cheto al unísono.
Los amigos se dirigieron al elevador y subieron al cuarto de Panqui. Al entrar los 3 alimentos se sorprendieron muchísimo, pues el cuarto les pareció increíble a todos, incluido Panqui, quien se asombró más al observarlo mejor y con más calma.
- ¡Esto es panqueasombroso! - gritó Cheto corriendo hacia la cama de merengue y saltando sobre ella.
- No me lo puedo creer... - dijo Pato - transformaron por completo la habitación.
- ¿Cómo? - dijo Panqui sorprendido - ¿ya habías estado aquí?
- Si... - dijo Pato volteándose hacia Panqui y luego mirando toda la habitación - cuando veníamos a visitar a los tíos.
- ¿Te refieres a mis padres? -dijo Panqui.
- Si, a veces veníamos para que papá hablara con ellos - dijo Pato acercándose a una ventana - y mientras a mí me dejaban en éste cuarto para que jugara con tus cosas.
Panqui se estremeció al oír mencionar a su tío, pero le extrañó aún más el oír nombrar a sus padres. ¿De qué habrían podido hablar ellos con su tío?
- Oye Pato, sobre tu padre... - comenzó Panqui - ¿sabes de qué hablaba con los míos? Es que me extraña que...
- ¿Esperas que me crea esa absurda historia? - dijo Pato recordando lo que le había dicho su padre.
- ¿De... de que estas hablando? - dijo Panqui.
- No te hagas, sé que quieres hacerme desconfiar de mi comida favorita.
- ¿Yo? Pero sólo lo preguntaba por mis padres, sólo quería saber más de ellos. Tú dijiste que los conociste, ¿no? - dijo Panqui intentando arreglar la situación y sospechando de lo que le había dicho su tío a Pato.
- Si claro, ¿sabes qué? mejor vete con alguien que se crea tus mentiras, porque yo no lo hago -gritó Pato furioso con Panqui encaminándose hacia la puerta.
Mientras Panqui y Cheto estaban en shock por la reacción, Pato salió del refristillo. Panqui no lo podía creer, ¿qué le había dicho su "comida favorita" para hacerlo desconfiar tanto de él que con tan sólo mencionarlo ya lo odiara?
Por otro lado, Pato se sentía terrible. Se sentía engañado y traicionado. El deseaba con todo su corazón que Panqui no mencionara a su padre en ningún momento, pero lo hizo. A pesar de que Panqui no lo hubiera dicho con la intención que Pato creyó, al oír nombrar a su padre, no escucho el resto de la oración, porque "con eso le bastaba" para saber que su comida favorita estaba en lo cierto.
Apenas Panqui despertó del shock, vio algo que Pato asquerosamente había dejado en su cuarto, sus calzoncillos de pollitos, así que los agarró con todo el asco del mundo y como una excusa corrió antes de que se fuera y lo perdiera de vista.
- ¡Pato! - gritó Panqui corriendo hacia él - ¡Espera!
Al decir eso último Panqui se tropezó y empezó a rodar en dirección a Pato. Éste otro escuchó el gritó de Panqui y volteó. No quería detenerse, pero la curiosidad lo invadió, además de que se le hizo muy graciosa la forma en que Panqui iba hacia él. ¿A qué se refería Panqui y qué traía en las manos?
Cuando Panqui alcanzó a Pato y se pudo detener, éste rápido como una gomita de velocirraptor le preguntó lo que no había entendido.
- ¿Quién es pera? - preguntó Pato, mientras Panqui se recuperaba del largo trayecto que había recorrido.
- ¿De... que... hablas...? - dijo Panqui recuperando el aliento.
- Cuando venías, me gritaste que alguien era pera, ¿a quién te referías? - dijo Pato.
- Me refería a que me esperaras, y antes de que me lo preguntes he venido a traerte esto - dijo Panqui alzando los calzoncillos frente a la cara de Pato.
- ¿Para qué? - dijo Pato asqueado, porque además estaban sucios.
- Porque son tuyos ¿no? - dijo Panqui rogando que fueran de él, sino habría agarrado esa cosa en vano.
- ¿Acaso se te olvidó que no uso calzoncillos?, además si estoy en lo correcto tu tampoco usas... - dijo Pato aún asqueado.
- ¡¿Qué?! - gritó Panqui lanzando los calzoncillos lejos - ¡Nooooo! ¡Entonces los agarré y cargué en vano!
Mientras Panqui se lamentaba, Pato dejó volar su imaginación un momento y se imaginó a él con calzoncillos de pollitos, se veía genial. Desgraciadamente no le servían de nada y su padre no le dejaría usarlos, así que se resignó a no pensar más en ello y dejarlo de lado. Aunque antes de dejar pasar el tema, se trató de imaginar a Panqui con ellos, lo cual sólo hizo que se molestara aún más con su primo, pues se dio cuenta de que Panqui se vería mejor con los calzoncillos que él.
- Si no tienes nada mejor que decirme o intentar devolverme, me voy - dijo Pato retomando el camino hacia el castillo de su padre - y una cosa más, olvídate del recorrido por el lugar de mañana, porque ninguno de los dos estará allí.
- ¡No, Pato espera! - gritó Panqui, pero Pato sabría que trataría de detenerlo, por lo que empezó a correr.
Panqui no podía permitir perder a un aliado y amigo tan valioso, así que corrió detrás de él intentando alcanzarlo. Se adentraron mucho en el bosque, y en varias ocasiones Panqui estuvo a punto de perder a Pato de vista, pero agradecía que éste tuviera tan mala condición física que tuviera que parar a descansar cada cinco minutos. Panqui estuvo casi lo alcanza en varias ocasiones, pero al final decidió sólo seguirlo sin que éste se diera cuenta para que no se fuera corriendo y lo perdiera de vista.
Después de caminar largo rato adentrándose cada vez más en el bosque, Panqui divisó una enorme construcción a lo lejos, no tan grande ni bonito como su refristillo, pero tampoco se quedaba tan atrás.
Al ver a Pato acercándose a la puerta, Panqui se escondió detrás de un árbol para espiarlo sin ser descubierto. Al parecer la puerta estaba abierta, pues Pato sólo la empujó y ésta se abrió sin mucho esfuerzo. Ése era el "hogar" de su tío, mínimo el que planeaba usar por el momento, pues Panqui sabía que éste no descansaría hasta apoderarse del trono que le correspondía a él.
Panqui ya se disponía a irse para planear lo que haría ahora que sabía el escondite de su tío cuando escucho un largo y desgarrador "¡Ahhhhhhhhh!". A Panqui se le heló el relleno al escucharlo. ¿Podría ser que fueran sus padres los que gritaban?, ¿de verdad su tío haría sufrir a sus padres como dijo el Panquesabio?, y lo más importante ¿sus padres seguían vivos?
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El panquecito que casi dominó al mundo
HumorPanqui es un panquecito que quiere dominar al mundo, pero se encuentra con muchos obstáculos que deberá superar junto con 2 o mejor dicho 1 amigo y el mismo ¿lo logrará? :D