Capitulo 5 - ¿Por dónde?

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Al cruzar aquel portal nadie podía creer lo que veía. ¡Era como si estuvieran en otro mundo! Los tres desorientados amigos vacilaban en si debían avanzar o volver por el portal, pero pronto la respuesta les llegó. A sus espaldas aquel portal que los había transportado a un lugar maravilloso y extraño se había cerrado para dejarlos allí sin idea de qué hacer o hacia dónde ir.

- Bueno comida, creo que debemos movernos de aquí - dijo Panqui todavía temeroso.

- Pero ¿hacia dónde debemos ir?

- Pues hacia el este, dónde sale el sol - dijo Panqui observando al cielo - ahora busquemos el sol.

Por más que los tres buscaron y buscaron, no encontraron sol alguno - No hay sol aquí Panqui - dijo Cheto angustiado - pero hay una GRAN paleta de caramelo en el cielo y eso me hace tener más hambre.

- ¿Una paleta? - dijo Pato que hasta ése momento había estado muy callado por el shok de encontrarse en un lugar desconocido y fuera de lo normal - eso es imposible.

- Pues al parecer no lo es aquí, ¿te has dado cuenta de que los arbustos son de algodón de azúcar? - dijo Panqui maravillado - no se dónde estamos, pero creo que me podría acostumbrar a éste lugar.

- Si pero no es... - dijo Pato pensando bien las siguientes palabras - nuestra alacena.

- Yo no vivía en la alacena - dijo Cheto haciendo una mueca - yo y Panqui vivíamos en el refri.

- El burro por delante (risa) -dijo Pato con una sonrisita burlona - bueno, aunque lo dijiste bien, sino habrías dicho una mentira (risa).

- ¿Y que tiene, eh? - dijo Cheto - no es mi culpa que al separarnos, Panqui se haya quedado con la mayor parte de nustro cerebro... - dijo mientras se arrepentía de eso; no quería que nadie se enterara aunque ya lo sospecharan.

- ¿Qué? - dijo Panqui sorprendido - ¿No tienes cerebro?

- Ya decía yo que era demasiado raro que un alimento fuera tan malo en todos los aspectos, incluyendo seguro el sabor - dijo Pato con desprecio -nosotros deberíamos dominar al mundo, no esos humanuchos. Somos mejores que ellos, más inteligentes, más ecológicos, más carismáticos...

- ¿Carismáticos? - dijo Panqui burlándose - tú no eres nada carismático

- Claro que sí - dijo Pato defendiéndose.

- No, no lo eres. Todo el camino te has estado peleando con Cheto y tratándolo como basura - dijo Panqui enojado - ¿y sabes que?

- ¿Qué?- dijo Pato con tono retador.

- Esto no se quedará así - dijo Panqui preparándose para lo que seguía, y el presentía que no sería NADA bonito - vamos a arreglar esto y el único modo de hacerlo es...

- Como quieras - dijo Pato - pero te advierto que nunca he perdido una sola batalla en mi vida.

- Yo tampoco ¿sabes? - dijo Panqui sonriéndo ante la cara de su compañero que había recordado con quién se había metido - y no pienso perder contra arrogantes como TÚ.

- Esto no me gusta dijo Cheto alejándose un poco de la pelea.

- Ahora vamos a ... BAILAR!!

Pato empezó con un movimiento que según él era bueno, pero ¡POR DIOS! era tan malo que te ardían los ojos de sólo verlo y Panqui lo sabía. Luego le respondió Panqui, con un movimiento tan genial que se podía oír a los ángeles cantar.

Pato no lo podía creer, su oponente era demasiado bueno, pero no se dió por vencido e hizo su obra maestra... ¡¡el Cuchi cuchi!!

Panqui sabía que eso si sería un poquito difícil de superar, lo admitía, Pato no era tan malo despés de todo. Sólo fingía para después mostrar sus talentos. Panqui no se rindió y siguió y siguió, haciéndo sus mejores movimientos, como el cucurucho, la milanesa, la batidora y su obra maestra... el mejor paso que tenía... su orgullo recaía en ése paso... lo crió como a un hijo y éste le respondía saliendo cada vez mejor. Era... ¡¡LA CUCARACHA!!

Panqui se puso a cantar la canción de la cucaracha mientras se movía al estilo mexicano, un movimiento que captaba la atención de todos, tan intenso que le provocaba a la gente bailar con él hasta que su oponente cansado se rindiera. Tenían que aceptarlo, era una tonada y un baile muy pegajosos.

Pato ya no aguantaba más, pero aunque no quería rendirse ya no podía más. Necesitaba descansar.

- Alto... por favor... me... rindo...- dijo Pato sin aliento - tu... ganas... Panqui...

Panqui se dirijió a él con una sonrisa en los labios - te perdono Pato- dijo Panqui mientras lo ayudaba a pararse, ya que de tan cansado que estaba había caído al suelo - sabía que esto pasaría ¿amigos?

- Amigos - dijo Pato con una leve sonrisita - te prometo que me esforzaré en no pelearme con ése.

Panqui sabía que nadie resestía su ataque tan feroz, y además verlo moverse tan bien. Sabía que se veía tierno y ése era su mayor fuerte, las panquecitas siempre habían admirado su fuerza, valentía, corage y lo más importante... su rellenito, que lo hacía ver tan espojosito, que te daban ganas de apachurrarlo hasta sacarselo por completo.

Pero en eso se oyó un ruido desde el bosque de los altos caramelos, como decía el letrero. Aquel ruido se acercaba cada vez más y más. Pato y Panqui se miraron preocupados, mientras Cheto corría hasta ellos con un poco de miedo.

¿Que sería eso que se acercaba?, ¿Podrían escapar de lo que podría ser una muerte segura? Y lo más importante, ¿podrían de verdad volver a casa?

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Jaja espero que les haya gustado :D

¿Que será eso que los vigilaba y se acercaba cada vez más?

Jajaj pronto lo sabrán. Prometo subir lo más rápido que pueda :D Saludos!!

Voten  comunten si les gustó plisss, me anima a seguir!!! ;D

El panquecito que casi dominó al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora