La Flor Del Sol

3. Mi patética escapada (Rae)

Olly ya me esperaba fuera, pero mi madre llegó antes de que él pudiera hablar conmigo.
Mi madre normalmente no salía temprano del trabajo, así que debió de saber que pensaba ir al campamento este verano, venía a detenerme. No sabía por qué estaba tan en contra de que fuera, algo había pasado entre mis padres a lo mejor, tampoco era super protectora, así que lo que pasaba debía haber sido grande.
Me sonrió y se acercó a abrazarme.
"Buenas tardes Rae, me alegro muchísimo que ya estés de vacaciones." Estaba mucho más contenta de lo normal, o era buena actriz.
"¿Qué haces aquí?" Le pregunté, siendo directa y yendo directa al grano.
"Bueno, pensé que podríamos pasar la tarde juntas, ¿sabes? Una película en el cine a lo mejor, un viaje a Europa durante un mes." Mi madre había hecho planes, para ir a Europa, ¡europa! Todo eso era muy loco. Solamente había una explicación lógica: estaba haciendo todo lo posible para evitar que me fuera al campamento mestizo.
"Mamá, me encantaría, pero ya sabes." Le dije.
Mi madre se encogió de hombros, como si de verdad no supiera nada.
"No tengo ni idea de que me hablas, ¿tenías algo ya en mente? Ir a Hawai o algún otro lugar de aquí? Europa está muy lejos, pero las dos nos lo merecemos, este año no han habido demasiados incidentes." Incluso yo me tragaba que parecía que de verdad no lo sabía.
Mi madre me abrió la puerta del coche, no pude ver a Olly, pero sabía que estaba por allí, esperando cumplir su misión y llevarme al campamento.
Mi madre sonreía todo el tiempo en el coche, incluso me había comprado un frapuccino, cosa que nunca hacía ya que decía que no le agradaba a ella. En mi cabeza, sabía que todo esto era una actuación, estaba intentando comprarme, para que fuera con ella a Europa y me olvidara que era hija de un dios.
Vivíamos en un apartamento mediano, en Brooklyn. Hacía bastante ruido durante el día, por los coches y el tráfico fuera, pero por las noches era precioso. Eso si, sólo si no tenías que estudiar para los mil exámenes del día siguiente.
Problema, mi TDAH nunca me dejaba en paz, siempre tenía que estar haciendo algo, en este momento debería estar de camino hacia el campamento, pero me encontraba en mi apartamento, sentada al lado de mi madre, que hacia mi maleta. Esa mujer estaba loca, así de claro.
Miré por la ventana varias veces, supongo que para ver si Olly estaba fuera, esperándome. Pero no vi nada. No iba a poder irme con mi madre en frente mio cada segundo, así que debía de esperar al anochecer. Entonces me movería.
Tuve que esperarme como dos horas para que mi madre a durmiera del todo. Después, cogí poca cosa, una mochila con algo de comida, bebida y un cuchillo que me había encontrado en la cocina, por si algún monstruo deseara atacarme. Eso era normal entre semidioses.
Desearía que mi escapada hubiera sido más atrevida, más heroica, pero fue simplemente robarle la llave a mi madre, abrir la puerta, y salir a la calle. Patético para una semidiosa, lo sé, pero no tenía tiempo a perder.
Caminé un par de calles, llamando a mi sátiro, para saber donde se había metido. Apareció dentro de casi quince minutos, en uno de los pequeños parques del barrio.
"¿Dónde te habías metido?" Le pregunté.
"Lo mismo te podría preguntar." Me respondió, bostezando.
"Mi madre se ha vuelto loca." Le expliqué la historia por el camino, en el taxi en el que íbamos.
El conductor pareció extrañado que íbamos al bosque a la una de la mañana, pero no nos preguntó nada.
Llegamos en menos de dos horas, cuando todo el mundo estaba dormido. Esperaba que los que tuvieran turno de noche no pensaran que había decidido dar un paseo tan tarde. Me podrían poner muchísimas tareas por culpa de eso.
Olly entró primero y lo seguí hasta la cabaña de Apolo. Antes había otra chica, Kayla, pero en un punto se había ido del campamento, algunos dicen que murió en una misión, otros dicen que abandonó su futuro como semidiosa y había decidido tener una vida más normal. En todo caso, ahora yo era la única chica de la cabaña, un poco incómodo, sí, pero eran mis hermanos.
"Voy a hablar con Quirón por la mañana, tú duerme ahora, necesitas el descanso." Olly entonces se fue, desapareciendo en sombras.
Entre en la cabaña y, el segundo que mi cabeza tocó el cojín, me dormí.
Todos saben que los sueños de los semidioses nunca son sólo sueños, pueden ser predicciones, cosas que están pasando en ese instante.
Estaba con mi madre, que estaba despierta, en el sofá. Miraba unas fotos de yo cuando era pequeña. Se estaba mordiendo las uñas y miraba el teléfono nerviosa cada dos por tres. A lo mejor estaba preocupada por otras razones... Pero si no me las decía, que podía hacer yo.
"Rae, no te metas en problemas." Dijo de repente. Yo sabía que ella no podía deducir que yo veía eso, pero me dio la extraña sensación que sí, durante unos segundos.
De repente, la escena cambió. Ahora estaba en el bosque, allí se encontraban Quirón, Olly y otro sátiro que no conocía.
"No podemos saltar a conclusiones sátiros, pero debemos mantener los ojos abiertos." Quirón pareció un poco nervioso. "Si algo he aprendido, es que las profecías no siempre son lo que aparentan ser."
Entonces se acabó.