La Flor Del Sol

7. Preparados, listos, ¡acción! (Rae)

Faltaba una hora para la pasarela. Todo iba como planeado, aunque sin señal de Axel, mira que yo llegaba diez minutos tarde al pabellón... Emma estaba junto con los otros descendientes de Afrodita, preparando el espectáculo. No estaba permitido que los modelos estuvieran allí entonces así que fui a cumplir mi deseo y el de Emma para la pasarela. Me propuse también que si Axel no llegaba en los próximos cinco minutos, lo maldecería con sólo poder decir rimas por 48 horas. Por su suerte, llego justo en ese momento.
"Llegas tarde." Lo regañé.
Se encogió de hombros y miro a su alrededor, no seguro de que hacía él allí.
"¿Para qué estoy aquí? Sé que soy precioso pero también lo es mi tiempo." Me reí.
"Eres muy arrogante para ser hijo de Hefesto, ¿sabes?" Dije. "Y tú precioso tiempo lo usas haciendo cosas estúpidas. Así que nada de precioso para ti."
"¿Y eso que se supone que quiere decir?" Preguntó ofendido.
"No importa, estoy aquí para negociar, no para escucharte hablar sobre ti mismo." Dije. "Necesito tu invención voladora."
Axel alzó una ceja y sonrió. Me había conocido desde el año pasado, y sabía que yo no cambiaría de opinión, pero no pensaba regalármelo así por así, yo también lo conocía.
"Podrás estar entre las modelos de la pasarela de Afrodita." Le dije sonriente.
Axel dejó ir una risa.
"Creo que mi invención es más valiosa aún." Respondió.
Lo mire con los ojos entrecerrados.
"Te imaginas a los dioses viendo tu invención y pidiéndote que hagas más para otros semidioses. Eso será lo que pasará si me lo prestas."
Axel volvió a reírse. Después, se giró y empezó a caminar.
"¿Dónde vas?" Pregunté confusa.
"Necesitarás la invención, ¿no?" Dijo sin girarse.
Sonreí victoriosa y lo seguí. Íbamos a ganar este concurso, lo teníamos todo perfecto.
Axel me dio la invención y me dio un breve resumen sobre su funcionamiento. Después decidimos bajar al lago para probarlo. Era un día bueno así que no había risco de que lloviera.

"¿Quieres que yo te demuestre cómo se usa?" Me reí y él me miró de una manera muy rara. Le cogí el invento de las manos.

"Creo que puedo intentarlo."

Me lo puse y me bajé las gafas de seguridad y empecé el motor. Salí volando, literalmente. Al principio no podía controlarlo, costaba mucho más de lo inicialmente pensaba, pero después le cogí el truco.

Durante nuestra presentación, Emma habló al público y yo simplemente estuve de pie a su lado haciendo lo que me decía, y, para acabar, la hija de Afrodita presentó la invención de Axel y yo salí volando. Oí murmullos y admiraciones entre el público y por fin aterricé, de una manera extraña, y al levantarme, vi a Quirón de pie (si eso se puede decir).
"Rae." Me llamó. Asentí. "Tú y la señorita Emma deberíais acompañarme."