4. La belleza se convierte en tristeza (Emma)

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Este año volvíamos a hacer la pasarela, donde cada uno de los hijos e hijas de Afrodita escogian a otro semidios del campamento y lo arreglaban para hacer la pasarela, la persona más votada ganaba. Yo el año pasado escogí a una hija de Atenea, era preciosa sin y con maquillaje y todo lo demás, gracias a eso, quedamos segundas.
Lena, la hija de Atenea, estaba sentada delante del espejo mientras yo la peinaba y maquillaba. Todo iba bien y perfecto, hasta que, sin querer, le di demasiada ambrosia. Yo pensaba que era comida normal, pero entonces Lena empezó a toser y a encontrarse mal, le empezaron a salir puntos rojos y amarillos por toda la cara y los brazos. La llevé rápidamente a Quirón, quien me dijo que tendría que tener más cuidado. Me quedé fuera, esperando oír cómo estaba mi modelo.
Unas horas más tarde salió Quirón.
"Las buenas noticias es que Lena de está recuperando y no le pasa nada serio." Entonces suspiré aliviada. "Pero las malas noticias son que Lena no estará bien hasta la semana que viene. Lo cual quiere decir que si no encuentras otra modelo antes de mañana por la mañana, estas descualificada del concurso."
Abrí los ojos mucho, como no creyéndomelo. Ningún hijo de Afrodita se había retirado del concurso, todos participaban. Era nuestra cosa.
Me despedí de Quirón y caminé lentamente por el campamento, pensando en alguna chica que estuviera libre.
Me encontré a Hestia, la diosa de la tierra, sentada en un banco al lado de la hoguera. Siempre estaba allí, pero casi nunca la notaba nadie. Los dioses podían adoptar la forma que quisieran, y Hestia era una niña pequeña.
Me senté a su lado y ella me sonrió.
"Buenos días Emma." Me dijo Hestia.
"¿Sabes cómo me llamo?" Le pregunté sorprendida.
"Sé más de lo que piensa la gente." Me respondió la diosa.
"No sabrás con quién puedo hablar para que sea mi nueva modelo, ¿no?" Estaba diciéndolo sarcásticamente, pero esperaba que a lo mejor supiera una persona.
"Hay más personas en el campamento, muchas chicas más, seguro que encuentras a alguna." Hestia parecía positiva y alegre, como siempre.
"Es difícil." Le conté. "Tengo menos tiempo, así que me haría la vida más fácil si la persona fuera guapa."
Sabía que sonaba un poco duro, pero era la verdad. Las hijas de Hefesto no eran las más preciosas del lugar.
Nos quedamos calladas durante un buen rato, mirando a la nada pensando en todo supongo.
"Rachel vendrá mañana." Rachel tenía el espíritu de Delphi, decía las profecías. Que siempre se cumplían. "A lo mejor tiene algo nuevo, o descubrimos que este año se cumple alguna profecía grande."
Afirme con la cabeza, pero no estaba parando mucha atención a lo que decía.
Después de unos quince minutos nos llamaron a comer. Me levanté del banco y me dispuse a ir a la mesa de Afrodita y escuchar como todos iban con sus maravillosas modelos, cuando Hestia me llamó.
"Podrías probar con ella." Me dijo, mirando a una chica rubia que pasaba por delante. Era bastante guapa, a lo mejor me podría servir. Mientras me iba, noté que Hestia sonreía detrás, recitando un poema o algo similar.
No presté atención y seguí hasta las mesas en el pabellón.

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