Fue una experiencia inolvidable. Un acontecimiento tan memorable como la noche que pasé en vela sin otro fin que el de ver el último episodio de "Perdidos". No en vano un acto tan nimio como registrarme en aquella popular página de contactos on line no sólo contribuyó a que recuperase las ilusiones, a que se renovasen por completo mis esperanzas, las pocas esperanzas que tenía tras mi ruptura con mi ex de que nuevamente pudiera encontrar a alguien que se ajustase a mis demandas, sino que, satisfaciese finalmente o no las expectativas creadas, mi inscripción en aquella página de contactos propició una inmejorable oportunidad para que reflexionase detenidamente sobre mí misma al igual que cada una de las temporadas de aquella serie de culto de J. J. Abrams. De hecho, al ser instada a que escribiese algo sobre mí, sobre mi personalidad y actitud ante la vida y ante otras personas, al ser abordada con preguntas tan trilladas como qué te distingue de los demás o te hace especial, no pude resistirme al rellenar el cuestionario a afirmar, entre otras cosas, que quizá me hiciese especial reconocer precisamente que no soy especial, que soy una más. Sin otro objeto, he de confesar, que el de hacer gala de una moderada modestia, notable capacidad de síntesis y por qué no decirlo, ingenio, ante quienes les hubiera resultado lo suficientemente atractiva o sexy en la foto de perfil como para detenerse a curiosear en mi perfil on line. Conjetura que de no haber rellenado aquel cuestionario tal vez ni siquiera me hubiera planteado. Aunque lo dudo mucho. Me refiero al hecho de que me hiciese especial reconocer precisamente que no soy especial. Frases tan cursis como ésta han llegado a convertirse en un cliché. Un lugar común que corrobora tanto el gran número de individuos que piensan como yo, como nuestra miserable, aunque no tan despreciable insignificancia.
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Ni indie ni hipster ni la chica del momento #PGP2016 #ECAwards #SCH2016
No FicciónRecopilación de textos de no ficción que incluye desde breves disertaciones sobre cuestiones tan dispares como las labioplastias, el BDSM o el pornoterrorismo hasta reflexiones sobre mi registro en una popular página de contactos online.