No se trata de otra boutade anticlerical más

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No sería el temor a que analizasen mi actividad en las redes sociales digitales lo que me inquietaría e impediría mi ingreso en un seminario conciliar si tanto el género como la orientación sexual dejasen de ser datos relevantes, como son hasta ahora, en la admisión de candidatos al sacerdocio. En el hipotético caso de que me diese por presentarme como candidata a ser ordenada sacerdote diocesana. Que no es el caso. Y menos por la posibilidad de que descubriesen que al igual que los alumbrados piense que se puede prescindir de los sacramentos para llegar hasta Dios como afirmé en Twitter, ya que si fuera necesario aclararía a quien lo solicitase que no está entre mis intenciones la de dejar de atenerme a los ritos establecidos para llegar hasta Él si algún día se me diese la potestad espiritual necesaria para ello. Podéis creerlo. Esto no resultaría un impedimento para alguien que pretendiese ser admitido como candidato al sacerdocio. Estoy plenamente convencida de ello. Podrían acusarme de desviada, de invertida. Soy consciente de ello. No en vano basta con teclear mi nombre en Facebook para descubrir que también he mantenido relaciones sexuales con alguna que otra tía. Tacharme de fornicadora. Y no sin razón. A fin de cuentas, no puedo negar que hasta hoy he sido algo promiscua. Pero aparte de esto que resultaría irrelevante si el género y la orientación sexual dejasen de ser datos relevantes, puesto que se presupone que toda persona que desea ser ordenada sacerdote tiene en mente respetar el celibato, poco más, ya que nunca podrían acusarme de haber blasfemado o haber repudiado haber sido bautizada si analizasen mi actividad en las redes sociales. Ni siquiera en un momento de debilidad o de ofuscación. Y aunque hubiese cometido semejante sacrilegio tampoco creo yo que cometer un acto tan poco pernicioso como pedir que saquen sus rosarios de nuestros ovarios o haber sido en el pasado que, no fue mi caso,la presidenta del club de fans de Marilyn Manson cerraría definitivamente a alguien las puertas del sacerdocio. ¿O me equivoco?

Ni indie ni hipster ni la chica del momento  #PGP2016 #ECAwards #SCH2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora