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Pero podría ser la nueva musa del movimiento altermundista

Lo que me recuerda que tampoco debería descartar definitivamente la posibilidad de convertirme en la chica del momento del movimiento altermundista ya que si apareciese en la próxima portada de Interviu vestida únicamente con una de esas camisetas sin mangas, pero con una A mayúscula insertada en un círculo y, tan cortas que ni siquiera tapase mi ombligo, no me sorprendería que incluso el último polvo de un deportista de élite se convirtiese, si no en la nueva gurú, sí en la nueva musa de perroflautas y pijoprogres. Cuesta creerlo. Pero cosas más sorprendentes se han visto. Y no te extrañaría tanto que en un futuro próximo las revistas femeninas de alta gama me presentaran a sus lectoras como la nueva it girl del movimiento antiglobalización si le hubieras echado una ojeada, como hice yo recientemente, a un estudio en el que se reconstruye la increíble historia del símbolo más conocido de la iconografía libertaria. Un símbolo que al no estar protegido por patentes, como era de prever, dado su origen, poco antes del mayo del 68, y los principios anticapitalistas del movimiento libertario, pasó de ser usado a finales de los sesenta como firma en carteles y octavillas por un grupúsculo anarquista milanés a ilustrar tanto las portadas de los discos de las bandas más reivindicativas del punk-rock como las que en otros tiempos fueron consideradas las contradicciones culturales del capitalismo al ser estampado en camisetas, gorras y sudaderas. Para decepción de los más puristas de los libertarios, con fines no tan proselitistas como pecunarios. Como constata que fuesen confeccionadas en fábricas en las que no se respetaban ni respetan las mínimas condiciones laborales. Puedes creerlo. Tanto lo que te acabo de contar, ya que esta versión abreviada de la historia del símbolo más conocido de la iconografía libertaria no me la he sacado de la manga, como que existe una posibilidad, aunque sea remota, de que la próxima portada de Interviu acabé convirtiéndose en la chica del momento del movimiento antiglobalización, en la nueva musa de perroflautas y pijoprogres si la nena que apareciese en ella vistiese únicamente con una de esas camisetas con una A mayúscula insertada en un círculo. De hecho, como prueba fehacientemente el triste devenir de un símbolo que ha pasado de ser identificado con un movimiento político emancipatorio a ser relacionado casi exclusivamente con un claro indicio de la etapa de rebeldía de la adolescencia, cosas más sorprendentes que el último polvo de un deportista de élite se convierta en la nueva musa del izquierdismo anticapitalista han ocurrido sobre la faz de la tierra.