Capitulo 8

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El resto del día paso más rápido y normal de lo que esperaba, ya era hora del almuerzo, no estaba con Paulette ya que la última hora de la mañana era clase de Artes, la cual no compartía con ella.

Seguí el largo camino de casilleros hacia el comedor, al cruzar las puertas en busca de Paulette me cruze con su hermano y un montón de chicos dirigiéndose hacia el campo, donde se supone harían las pruebas para el equipo masculino de fútbol.

Inspeccione con la mirada todo el comedor en su busca y no la hallé.

-Atención estudiantes, en cinco minutos comenzarán las pruebas para el equipo de fútbol, todos tienen la oportunidad de realizar las pruebas, pero sólo 16 de ustedes podrán entrar-. Anuncio el director por los alto parlantes-. mucha suerte, los espero en la cancha.

Todos los estudiantes se levantaron emocionados de sus asientos dirigiéndose al campo y arrastrándome con ellos, en medio de pisones y empujones salimos todos a llenar las gradas.

Me senté en un puesto vacío que hallé en la primera fila. Al centro del campo salió el entrenador supongo, quien con solo tocar el silbato, puso a todos los muchachos a dar vueltas en la cancha.

(...)

Había pasado ya un cuarto de hora y no hallaba rastro alguno de Paulette. Sentí la necesidad que me urgía mi vejiga y me levanté en busca de los baños que por suerte se hallaban a la salida del campo, entre en uno de los cubículos he hice mis necesidades, había un silencio ensordecedor en los baños, pero hacia un día radiante afuera, el sol brillaba resplandeciendo y haciendo sudar aún más a los nuevos jugadores, lo cual daba al entrenador la oportunidad de evaluar su destreza en el campo al mismo tiempo que su resistencia física.

Cuando estaba a punto de entrar nuevamente al campo sentí un ruido que probablemente provenía de detrás de los baños, lo cuál desperto mi instinto de curiosidad.

Dirigiéndome hacia allí miraba constantemente hacia atrás en busca de algún indicio de Paulette o del causante del ruido, nadie en el campo sentía o escuchaba nada, cosa de la que me percate cuando llegué justo a la piscina, no había nadie, todo parecía normal a excepción de una pequeña caja musical que se hallaba en la rampa de la piscina; Mire hacia atrás y adelante buscando, con la curiosidad, de quien pudo haberla dejado ahí. Me acerqué hasta ella cuando ya había dejado de sonar, cuidadosamente trepé la rampa, y delicadamente camine por ella hasta la punta, justo donde se encontraba la cajita musical. Asustada camine rápidamente hacia la puerta, justo antes de abrir la puerta, una persona musculosa, por la que puedo deducir es un hombre, agarró fuertemente mis brazos por detrás de mí espalda. Quedé paralizada y lo primero que se vino a mi cabeza fue gritar, y así lo hice, pero al instante este fue ahogado con la mano de aquél sujeto.

-Calladita te vez más bonita.- dijo dirigiéndome hacia la piscina. Su voz se me hacía extrañamente conocida, pero por más que buscaba en mi mente de quien podría pertenecer, más lejana se me hacía.

Traté de quitarle su mano de mi boca, dándole grandes mordiscos, pero estos parecían no funcionar, ni siquiera mostraba causa de algun dolor.

-Lindos sueños, Allison.- dijo soltándome al fin, y cuando por fin pude voltearme para la verle la cara a ese imbécil, maldecirlo mil veces, y azotarlo con preguntas sobre quien era o que quería conmigo, sentí mi cuerpo caer, al hacer contacto con el agua supe que estaba totalmente perdida. No sabía nadar, y mucho menos en una piscina olímpica.

(...)

ODIADA POR CUPIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora