Mi viaje a Kyoto

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Me subieron a lo que yo pensé que era una especie de furgoneta por el ruido del motor, después de bajarme del barco que me había dejado en Nagasaki, por lo que había escuchado entre los dos yakuzas nos dirigíamos a algún lugar de Kyoto. Llegue a la conclusión que nos había llevado desde Shanghai hasta Nagasaki, cruzando el mar de China Oriental, que era la ruta mas corta para pasar de un país a otro por vía marítima. Yo seguía en la misma situación que antes, amordazada y con la cabeza tapada, lo mas lógico que un yakuza hiciera, supongo que a modo de protocolo para que la gente que secuestraran no supieran donde estaban, a donde iban y a su vez que no pudieran escapar.

Pero era desesperante, no sabia cuantas horas habían pasado desde que me sacaron de mi alcoba, habría calculado que unas 6h o 7h, seguramente ya había amanecido, y el tiempo pasaba lento, muuuuyy lento. Lo único que podía hacer era o dormir o intentar imaginarme donde estaba o que estaba pasando mientras le rezaba a buda. La idea de escapar la había abandonado después de bajarme del barco. Quería volver a casa si, pero con todas las partes de mi cuerpo en su sitio, es curioso el cariño que le llega a coger uno a todos los miembros de su cuerpo. Cuando me bajaron del barco escuché una conversación entre Tora-sama y otros dos hombres que tenían un acento bastante fuerte, me costó pero lo acabe identificando, no tenia duda el acento era de algún lugar al norte de Hokkaido.

+¿Como le fue el viajecito Tora-sama?+ Le dijo uno de los hombres con un tono burlón pero bastante amistoso y a su vez sin perder el respeto.

+Si, si cuéntenos, ¿Nos a traído algún recuerdo de Shangai, quizás ron o un poco de Shen jian (cerdo asado, plato típico de Shangai) o algún Guo Tie (pan frito típico de Shangai)?.

-Lamentablemente no he podido ni hacer un poco de gastronomía por el lugar, llevábamos un poco de prisa y no quería que la policía china nos pisara otra vez los talones...

+Jajajaja ¿te acuerdas como se puso el jefe la ultima vez...?

-No me lo recordéis, por poco manda a Hayate-san a cortarme las pelotas, esa mujer no es moco de pavo, cuando se enfada.... no hay ser vivo u demonio quien la doblegue, ni siquiera el jefe, no podía haber un solo error en esta misión.

+Jajajaja no te pongas así hombre, si el jefe te quiere mucho, al fin y al cabo eres su Shatei (hijo menor en la familia de los yakuza)

-Querer, querer, no se yo, si me quisiera no temeraria tanto por mis testículos y no me mandaría siempre a hacer el trabajo sucio...

+Venga, venga hombre, no estés tan serio que luego cuando lleguemos a Kyoto te invito a un Daiginjo (es un tipo de sake de muy alta calidad) para celebrar que aun conservas las pelotas.

*Los tres hombres rieron, pero Seiya-kun y otros dos hombres que iban a su lado se quedaron callados, bastante serios y tensos, ellos sabían perfectamente por su rango inferior que no pertenecían ni se podían comparar con Tora-san y su otros dos superiores*

*Tora-sama se monto en la parte de delante con sus dos amigos, pero antes de subirse le hizo una señal con la cabeza a Seiya-kun y a sus otros hombres para que se subieran a la parte de atrás de la furgoneta negra con su rehén*

Ya hacia un buen rato que me había subido a la furgoneta, me rugía la tripa y la garganta la tenia completamente seca, no había comido o bebido nada desde la noche anterior cuando Kokku el cocinero de la familia nos había preparado un grandioso banquete con toda clase de sustentos chinos de alta calidad para celebrar mi futuro enlace, así que opte por la única cosa que realmente pude hacer.

+Perdonen...¿me podrían dar un poco de agua? por favor+ -Dije en un perfecto japonés pero con mi acento de Shangai, mi tono de voz se notaba bastante tembloroso y inseguro de lo que estaba haciendo. Note un cambio drástico en el ambiente, y de alguna manera aunque no veía nada, sentí que incrementaba la tensión, se me erizo el pelo, todos los presentes me miraban con cara amenazante y una mirada fulminante. Todos se rieron, pero fue Seiya-kun quien me contesto arrogantemente.

-Perdona, ¿Cómo has dicho pedazo de zorra?

Me lamente muchísimo del error que acababa de cometer y mire hacia abajo, aunque realmente no había nada que mirar. Acababa de aprender una lección muy importante, no hablar con los yakuzas a menos que te pregunten algo...

-Te he preguntado que ¿Qué me has dicho pedazo de zorra?, ¿¡O acaso estas sorda!?

Me estremecí del grito que Saiya-kun, que repentinamente se levanto y a su vez me quito el saco de la cabeza, me cogió del cabello como si de una muñeca de trapo se tratase, y empecé a llorar a moco tendido, me temblaban las piernas como si de un sonajero se tratase. Los otros tres yakuzas contemplaban la escena con media sonrisa en la cara, sin inmutarse. Estaban todos tan bien fornidos como tatuados por diferentes partes del cuerpo, tenían diferentes tatuajes pero todos eran de la misma criatura que parecía que les representaba. Esta era un majestuoso dragón.

Lo siguiente que recuerdo fue a Saiya-kun chillándome como un loco mientras, empezó a golpearme con todas sus fuerzas contra el metal duro de la furgoneta, justo un momento antes alguien le grito, me dio un fuerte golpe con la katana y me dejó completamente inconsciente.

Fue Tora-sama gritándole a Saiya-kun +Ni se te ocurra matarla, o juro por buda que será lo ultimo que hagas....

Ahora creo que esa orden fue lo único que me llego a salvar la vida aquel día.

Ryuuko Tsukasa, la yakuza que cambio el mundo (yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora