-Phoebe Anderson Brooks. La doctora la está esperando.
Tal y como lo había dicho días anteriores había dicho Dylan, fue quien me acompañó aquel día a mi consulta y estábamos viendo una revista en la sala de espera hasta que tuvimos que ponernos de píe caminando al interior del consultorio de mi ginecóloga.
-Phoebe, buenos días. ¿Cómo están?
-Cindy, buenos días. Estamos muy bien, transcurriendo con tranquilidad.
-Bueno... ¿Segura?
Ruedo los ojos ante el comentario que hace Dylan, aquel pequeño incidente del día anterior fue algo que seguramente debió de ser provocado por la impresión y el ajetreo del trabajo.
-A lo que mi indiscreto acompañante se refiere a que el día de ayer perdí el conocimiento. Quiero creer que fue por el ajetreo del trabajo y el insomnio que me quita el sueño.
-Ya habíamos hablado la importancia de que descansarás mínimo 8 horas. En la mayoría de los casos el primer embarazo de las mujeres tiene un poco de riesgo los primeros meses. Eso lo combatimos con las vitaminas, las horas de sueño, la alimentación y la tranquilidad. ¿Cómo van los antojos?
-Ese tema cada vez va en aumento.
La doctora sonríe ampliamente y asiente un par de veces mientras observa a Dylan antes de recargarse en el respaldo de la silla.
- ¿Es usted el padre?
Dylan se remueve en su lugar y mueve un poco aquella corbata antes de sonreír un poco.
-Soy Dylan, un placer.
-Los antojos, él ha respondido antes y es cierto, cada vez son muchos.
-Muchos de mis compañeros doctores creen que no es correcto ceder a los antojos, pero yo prefiero que las mamás decidan en ese tema. Ahora vayamos a ver al bebé. Pasen a la camilla por favor, iré en un momento.
Como la revisión anterior, me recuesto en la camilla dejando al descubierto mi vientre dejando la blusa justo debajo de mis senos. Al llegar la doctora coloca el gel en mi vientre usando ya los guantes de látex color rosa; el aparato se desliza por éste y observó la pantalla al frente colgada del techo.
-Bueno, bebé, bebé... Bingo, esa pequeña mancha en la pantalla es el bebé.
La pantalla es enorme y comparado con el punto que ahora es mi bebé es algo que me da mucha fuerza. Me llena de paz.
- Bien, hemos terminado. Todo está marchando sobre ruedas así que iré a preparar la receta, los esperaré .
Tras entregarme una toalla de papel para limpiar mi vientre y sentarme con una sonrisa en el rostro viendo aún a la pantalla. Volteo a ver a Dylan y bajo de aquella camilla caminando hacia el escritorio de la doctora volviendo a tomar asiento en una de las sillas mientras Dylan me imitaba a mi lado.
-Quiero hacerte revisiones continuas así que te quiero ver en tres semanas. ¿De acuerdo? Todo va con normalidad y está perfectamente con ambos. Continuaremos con las vitaminas y si me esperan un poco les haré entrega de la ecografía.
Ambos asentimos y tras unos minutos la doctora nos entrega la fotografía junto a la receta de las vitaminas. Nos despedimos y salimos de allí, observo la fotografía de aquel ultrasonido y sonrío. Ya en el estacionamiento me giro a ver a Dylan y frunzo el ceño. Me abre la puerta de su coche y subo en este. Cuando rodea el coche y sube a su asiento ni siquiera inserta la llave en la ranura.
- ¿Qué ocurre?
-Debo admitirlo, fue hermoso todo. Casi no hay vientre aún, el diminuto espacio que se ve en la fotografía. Es... Conmovedor.
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My Little Sunshine
RomanceLa vida siempre tiene retos en los que se pone a prueba nuestra fuerza espiritual. La vida de Phoebe no es la excepción. Quedó embarazada y tiene que arreglárselas sola. Tenía la esperanza de poder compartir su felicidad con el padre del bebé. Pero...