III

117 11 1
                                    


- ¿Te encuentras bien, hijo?- pregunto Donna en el desayuno. Gerard traía la mirada perdida y cansada. Sus ojos lucían irritados, como si hubiera pasado la noche llorando.

- No - se limito a contestar...

Gerard sabía que algo había pasado la noche anterior. Se había convencido que aquello que ocurrió no fue un sueño. Lisa en realidad había aparecido ante él y no entendía como eso era posible, pero sucedió. Su hermosa chica lo visito como el ángel mas hermoso que alguna vez hubiera visto. Pero no podía decirle eso a alguien, porque cualquier persona normal creería que era una broma o simplemente que la pérdida del amor de su vida le estaba haciendo ver cosas o imaginárselas donde en realidad no había nada.

Pero Gerard que eso era real, Lisa estaba ahí, ya fuera como un fantasma o un ángel, pero estaba seguro de que su presencia seguía ahí. Y ahora no podía esperar para probárselo a si mismo. Quería verla una vez más y terminar de convencerse de que ella había vuelto por él.

Gerard observo su desayuno sin apetito, al igual que los otros días. A su alrededor estaba su callada familia. Observo a su madre quien aún lo miraba preocupada, a su padre, quien evitaba el tema bebiendo su café y a sus tres hermanos que simplemente parecía no interesarles el tema.

- ¿Puedo retirarme ya? - pregunto tratando de alejar la comida.

- No, no puedes - contesto Donna, Gerard apretó los puños.

- No tengo hambre

- No es mi problema, no vas a retirarte hasta que acabes tu desayuno. Debes superar el duelo algún día, Gerard.

Él se sintió inevitablemente ofendido. ¿Cómo podían pedirle semejante cosa con tal descaro?

- No voy a superarlo mamá, creo que ya es hora de que empiecen a entender eso.

Sin más decir, se levanto de la mesa desobedeciendo a su madre. Y en lugar de subir a su habitación, se dirigió hacia la salida. Cerró la puerta de un golpe, y apresuro el paso para alejarse lo más posible de su casa. Solo quería estar solo, sentarse a llorar a gusto sin que nadie lo juzgara por hacerlo, ¿Por qué le costaba tanto a su familia entender su sufrimiento?

Era bastante simple para ellos pensar que estaba con depresión, pero era más que eso. Porque ahora que había visto a Lisa, se desesperaba aún más. Estaba absolutamente que no estaba loco, nunca se había tan seguro sobre algo y no pudo evitar repetirse a si mismo que Lisa continuaba girando a su alrededor.

Gerard camino unas cuadras sin dirección aparente. No sabia adonde estaba yendo. Simplemente quería alejarse de todo. Llegó hasta un parque que quedaba solo a unas cuadras y se sentó bajo la sombra de un árbol. Pero no era cualquiera, reposo bajo el mismo árbol donde él y Lisa solían pasar algunas tardes abrazándose o hablando cosas sin sentido, riendo juntos y tantas cosas que podía reflejar con unas iniciales marcadas en la corteza. Gerard pasó el dedo suavemente sobre las letras "G + L"; y al instante sintió la urgente necesidad de llorar. No le importaba si estaba en público, solo deseaba tener a Lisa cerca una vez más, abrazarla en silencio y dejar que el tiempo transcurriera a su paso a su alrededor, porque no le importaba el resto del mundo cuando estaba con ella.

Recordó la última vez que se había sentado con Lisa en ese lugar. Él estaba en la misma posición que aquella vez, con la espalda apoyada en el árbol y sus piernas estaban estiradas hacia delante. Lo único que le falta era la cabeza de Lisa apoyada en su regazo mirándolo mientras él se inclinaba para darle suaves y tiernos besos en el rostro.

Echo la cabeza hacia atrás, mientras una lágrima recorría su rostro. Deseo revivir ese momento y aprovecharlo al máximo. Porque ahora que ya no la tendría nunca más cada beso que le dio no le pareció lo suficiente. Y ahora se sentía culpable por no demostrarle de la mejor manera cuanto la amaba.

Volvió a casa ya por la tarde y sin hablar con alguien de su familia subió a su habitación y se recostó en la cama. Volteo la mirada hasta su velador y estiró la mano hasta coger un pequeño cuadro de su princesa. Lo atrajo hasta él y lo abrazo con la misma intensidad con la que la hubiera abrazado a ella. Gerard coloco la pequeña foto de vuelta en su lugar y haciéndose un ovillo contuvo las lágrimas hasta dejarse llevar por el sueño.

Volvió a abrir los ojos cuando un estruendoso sonido lo despertó, ya era de noche, su habitación estaba a oscuras y sin encender la luz Gerard se dio cuenta de que el cuadro de su novia estaba ahora destruido en el suelo. Suspiro levemente, tal y como la noche anterior sintió el aire más pesado, pero no sentía miedo, en realidad su corazón se acelero y deseo verla, miro a los costados de la habitación en penumbras y espero pacientemente esperando que ella se apareciera.

- ¿Lisie? - se atrevió a hablar en voz baja. - se que estas aquí, angelito.

Gerard tomo aire y luego una sombra se diviso frente a él y luego Lisa apareció frente a él. Traía la misma expresión que la noche anterior, había dolor en sus ojos y no le hablaba solo lo miraba con una expresión remota.

- Sabía que no estaba soñando

- No, no es un sueño - respondió en voz baja - soy tu pesadilla - se echo a llorar incontrolablemente, Gerard intento abrazarla pero volvió a abrazar al aire, ella se desvaneció entre sus brazos y volvió a aparecer a unos metros con los ojos llenos de lagrimas. - no intentes tocarme, no puedes hacerlo, no funciona.

- No entiendo nada - confeso el confundido.

- No debes entender mucho, solo estoy aquí por ti

- ¿Qué?

- Gee...siento que no puedo irme, no quiero irme. Siento que no puedo dejarte aquí sufriendo por mí. No lo soporto.

- Ósea que, ¿yo soy la razón para que estés parada aquí ahora?

Ella asintió.

- No puedo evitarlo - le dijo acercándose hasta ella - no puedo y no voy a superarlo.

- Debes hacerlo, esa seria la única manera de que yo pueda irme.

- No quiero que te vayas - le confeso conteniendo las lagrimas - solo quiero estar contigo para siempre, igual que la promesa que te hice al pedirte matrimonio.

- Gee - suspiro ella - no eres él único que sufre, pero yo no puedo estar más tiempo aquí. Solo te pido que salgas adelante.

A él se le humedecieron los ojos y comenzó a desesperarse.

- No, no puedo mi amor, te necesito a ti para estar bien

- Yo siempre estaré contigo - le dijo acompañando sus lagrimas - pero debes dejarme partir.

- No puedo...no voy a enamorarme de alguien más nunca...

- Lo harás, porque no puedes pasar lo que te queda de vida llorando mi partida.

- Si puedo - dijo determinadamente - solo observame...

- No puedes...y no dejare que lo hagas, Gee - dicho esto se desvaneció entre las sombras y la luz de la luna.

Gerard comenzó a llorar más fuerte y se dejo caer contra el piso llorando por su amada.

- ¡Lisie, vuelve! - comenzó a gritar desesperado-.

Al instante la luz de su habitación se encendió y fue consciente de su madre abrazándolo y tratando de calmarlo.

- Mi amor relájate, solo fue un sueño.

- ¡No! - grito él desesperado - ¡necesito que Lisa vuelva ahora! - siguió llorando entre los brazos de Donna, quien no comprendió sus palabras...y solo atribuyo su llanto a la depresión por la que su hijo estaba pasando... 

girl, you're not invisible (adaptación) | gerard wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora