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Había pasado mucho tiempo de cuando la tierra era un lugar hermoso para vivir. El planeta se mantenía bello sólo en el recuerdo de quienes lograron verlo así en el pasado. Los demás podían contentarse con la información almacenada en la gigantesca red virtual. El mundo se convirtió en un lugar gris con un ambiente pesado y tenebroso. Las guerras pasadas habían sido tan constantes y destructivas, que muchos pueblos, idiomas y culturas se habían perdido. Aquella espantosa situación cambió, para siempre, la vida como se conocía. Una nueva era nación: las leyes, la organización social, la gente y el ambiente se reorganizó. 

La división política también cambió. Los continentes adquirieron la denominación de Masas Territoriales y ya no estaban divididos por países, estaban numerados secuencialmente. Los ambientes naturales había desaparecido casi por completo y la vida se mantenía de forma artificial y controlada por una tecnología que estaba manejada por grupos político-económicos que peleaban entre sí. Este nuevo tipo de guerra era silenciosa. No se usaban armas, no había violencia física, pero continuaba destruyendo todo. 

La tecnología seguía avanzando y ayudaba a la supervivencia de los individuos que continuaban poblando la Tierra, pero la ética y los principios habían casi desaparecido. Los pocos poderosos que manejaban el mundo ya no escondían sus verdaderos intereses, no tenían nadie con quién congraciarse. La lucha más grande que tenían los científicos era buscar un lugar donde establecerse e intentar salvar las pocas especies el peligro que todavía tenían esperanza. Muchos intentos se centraron en dejar el planeta. Consideraron que un futuro incierto y riesgoso era mejor que quedarse. 

Mientras tanto, los humanos que se habían quedado tuvieron que adaptarse a las terribles circunstancias y asumir, sin posibilidad de luchar de ninguna manera, las leyes que se habían establecido. Incluso si eran universales, muchas comunidades eran libres de modificarlas según los deseos de los poderosos a cargo. La única que no podía ser alterada llenaba todos los espacios conocidos por las personas. 

"Cualquier ser humano que haya remplazado cualquier parte de su cuerpo con materiales extraños/no naturales/artificiales/robóticos perderá inmediatamente su calidad de ser vivo, por lo tanto, todos sus derechos"

Todas las personas que se hacían transplantes u operaciones para evitar su temprana o dolorosa muerte estaban destinadas a perder sus derechos de seres vivos. El problema radicaba en que más del noventa por ciento de la población terrestre tenía algún tipo de implante por culpa del corrosivo ambiente y del estilo de vida al que las personas estaban obligadas a  llevar, especialmente quienes tenían trabajos que los exponían a terribles accidentes. Gran parte de los esfuerzos de hacer que los ambientes artificiales fueran habitables daba trabajo a las personas, pero estaban destinadas a convertirse en cosas. La Tierra era un lugar dañino para los frágiles cuerpos de humanos y animales que habían logrado adaptarse. 

En la Tercera Masa Territorial, en una de las comunidades donde menos seres completos habían sobrevivido, nació Oh Sehun. Si bien sus padres fueron individuos completos gozando de muchos privilegio, él se convirtió en una de las personas más desafortunadas de sus alrededores. Nunca pudo gozar de sus derechos porque fue  intervenido cuando nació. La gravedad y la dificultad del parto de su madre provocó problemas que estaban por matarlo. Su padre tomó la caótica decisión de dejarlos vivir y no ser sacrificados. Los derechos de su mujer y  de él mismo les ayudarían a darle una buena vida. El señor Oh no quería ver morir a su mujer y a su hijo, incluso si el último perdía derechos. La gente fuera de su grupo de confianza no tenía por qué saber que no estaba completo. Su apellido lo respaldaría. 

Pero conforme pasó el tiempo, el cuerpo de Sehun empeoró en lugar de mejorar y siguió necesitando cambios que se dejaron ver a simple vista. El hecho de ser un incompleto dejó de ser un secreto y ni su buen apellido pudo protegerlo. De todas formas, Sehun era parte de una comunidad privilegiada y alejada de los lugares de trabajo forzosos. Afortunadamente para él, sabía que no iba a ser maltratado mientras sus padres vivieran, porque eran seres completos en plenos derechos. Además, un apoyo extra llegó con el tiempo: Luhan. 

Luhan jugaba un papel extraordinario en su seguridad, porque él consideraba que Sehun era el ser humano más hermoso, inteligente e interesante que existía, así no fuera capaz de decirlo en voz alta. El rostro inexpresivo y la frialdad del chico que era menor que él con cuatro años fueron adquiridas por su particular situación, pero se fueron derritiendo con las atenciones que le daba su amigo. Luhan era un niño mimado y había decidido adoptar al hijo incompleto de los Oh. Como no podía estudiar, él mismo se encargaba de enseñarle cosas, te contarle historias y de compartir con él todo lo que le causaba curiosidad. Si su amigo pedía explicaciones, él se las daba con mucho detalle. Esta interacción los volvió cada vez más unidos. 

Las personas que sabían sobre Sehun, pensaban que Luhan lo veía como un juguete o una mascota. Como algo con qué pasar el rato mientras aprendía. El rubio jovencito era uno de los pocos seres humanos perfectamente sanos y hermosos que quedaban en el mundo. Era la persona más querida y más protegida de su comunidad y de su Masa Territorial. Al mismo tiempo, Sehun había sido imperfecto y artificial desde el mismo día en que había nacido. Luhan conservaba hasta su último cabello original, mientras Sehun tenía varios órganos robóticos. Los demás podían pensarlo, pero Luhan jamás lo vio como un ser inferior. Lo llamaba por su nombre y no por el código que le habían asignado: OSH94. Luhan no se divertía y aprendía con un juguete, él quería y apreciaba a su amigo. Y no era sólo un amigo, era algo mucho más intenso y poderoso que eso. Luhan amaba perdida e intensamente a Sehun. Aquel pequeño detalle, que lo cambiaba todo, era el secreto más grande que nadie en el mundo podía saber, además de ellos. 

I am Human (Hunhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora