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Sehun sabía que su cuerpo estaba por colapsar. Estaba tan maltratado por todo lo que había pasado, que temía no durar mucho tiempo más. Pero de inmediato sintió que se recobraba un poco porque no podía arruinar la promesa que le había hecho a Luhan. Recobró las ganas de vivir porque necesitaba poder estar a su lado. El corazón de Luhan era real y lo compartía con él. Eso lo mantenía con la idea de que todavía era humano. No podía abandonarse y se negaba a dañarse más. 

Tenía una motivación muy fuerte. Los recuerdos agradables y desagradables de todo lo que había sufrido y todo lo que había vivido. Era necesario aprovechar la pequeña esperanza que le quedaba para seguir. No debía importar que todo indicara que era el final, su amor le daría suficiente fuerza y confianza para ganar la lucha. Se enderezó y dejó salir un fuerte suspiro por el esfuerzo físico. Estaba ayudando a Luhan con todas sus fuerzas a avanzar. Mentía, porque dijo muchas veces que no sentía dolor, cuando en realidad parecía como si le estuvieran arrancando sus extremidades en medio de un grito silencioso de dolor. De repente el peso pareció desaparecer. Luhan había logrado llegar hasta un lugar seguro y estable y era él quien lo ayudaba a escalar. Sehun se esforzó lo suficiente y terminaron tendidos en el frío suelo de la superficie. Ambos estaban visiblemente cansados y heridos. 

El mayor de los dos parecía retorcerse, pero no era de dolor. En realidad, quería borrar las imágenes que estaban en su mente, quería quemar las ideas negativas que pretendían arruinar su momento de gloria. Cuando el rubio abrió los ojos, lloró. Sabía que algo estaba mal porque sus cuerpos eran frágiles y el camino había sido difícil. No había forma de escapar de esa espantosa realidad. 

–Sehun.. ¡Sehun!– lloriqueó el chico al no escuchar une respuesta. 

–Si intento aferrarme a ti. Duele mucho– logró articular. La noticia era mala, pero Luhan se alegró de escuchar su voz. Le preocupó de sobremanera escuchar sus palabras, pero Sehun continuó: –Pero... si te dejo ir, nunca dejará de doler. En alguna parte muy profunda de mí... ya no tengo confianza para dejarte ir. No puedo escapar de esto tan extraño que siento por ti. 

–Estás delirando y tienes fiebre. ¿Dónde te duele? ¿Tenemos algo que pueda curar esto?– Luhan, a pesar de que sabía que era inútil, rebuscó entre sus escasas pertenencias algo que pudiera ayudarlos. Pero su pareja hervía en fiebre y esa era una muy mala señal. 

También se sentía herido y débil, pero Luhan se las arregló entre lamentaciones, sollozos y temor para arrastrar el delgado cuerpo de Sehun hasta un lugar donde se sintiera más a salvo. No había nadie ni nada a su alrededor. Algo había pasado mientras ellos estuvieron atrapados y Luhan no podía saberlo y tampoco le importaba mucho. Lo único que quería era pedir ayuda para salvar a Sehun. Pero no parecía haber nada. Así fue como lo recostó y lo acomodó. Le dio agua e intentó refrescar su cuerpo. No se atrevía a gastar muchos de sus recursos, porque era probable que no pudieran encontrar más en un largo camino. Además, en el estado en el que estaban, era muy complicado que pudieran avanzar mucho más. 

–Sehun... ¿crees que puedas caminar hasta que encontremos otra comunidad?– intentó averiguar, con tono amoroso Luhan, al ver el rostro pálido del menor.

–Sí– respondió el chico simplemente, poniéndose de pie con demasiada dificultad.

* *

Con uno de sus brazos colgados alrededor del cuello de Luhan en forma de apoyo, Sehun prácticamente se arrastraba con ayuda del otro chico que hacía esfuerzos sobrehumanos para mantenerse en pie y no permitir que ambos se desplomasen y se hirieran más aún. Ambos avanzaban por inercia, callaban sus certezas de que era el final. Pero, para su sorpresa, algo inesperado sucedió. Frente a ellos, había una pequeña comunidad. Eso era sinónimo de gente y de ayuda. Luhan, por un segundo, pensó que era producto de su imaginación. Pero, cuando escuchó, vio y hasta olió el humo de las fogatas. Era extraño, pero eso aseguraba que había gente que cocinaba o a mantener el calor. Por lo tanto, tampoco funcionaba su tecnología.

Seguía siendo una mala noticia que la gente fuera informalmente y sin control por los alrededores, pero también podía ser sinónimo de que no había ningún tipo de represión. Eso disminuía su posibilidad de ser encontrados. Pero Luhan era famoso y temían mucho ante la reacción de gente viéndoles llegar. Afortunadamente las personas estaban en su propio mundo y casi nadie notó su presencia. 

Hasta mientras, Luhan logró llegar hasta una fuente y calmó la fiebre de Sehun con agua fresca, ambos bebieron y recuperaron fuerzas y el aliento. Cuando Sehun estaba por desplomarse por el cansancio y el dolor, un alma caritativa ayudó a Luhan a llevarlo a un lugar donde pudieran atenderlo. 

–Necesita mucho alimento. Lo mejor será darle algo consistente porque está muy delgado– explicó el amable muchacho mientras lo observaba. 

–Muchas gracias por todo, pero no tenemos nada con qué pagar– admitió Luhan avergonzado. 

–No sé de dónde vienes, pero quiero que sepas que ofrezco esto por buena voluntad– aseguró el extraño con una mirada amable. Luhan no tuvo más opción que asentir con la cabeza y agradecer con lágrimas en los ojos el haber conseguido semejante ayuda. 

El muchacho les consiguió un lugar donde pudieron acomodar. Tenían agua, comida e incluso sus heridas fueron atendidas. Luhan intentó ayudar a que Sehun no perdiera por completo la conciencia. Le hablaba y le decía que todo iba a estar bien. Cuando su repentino salvador estuvo por irse, Luhan lo detuvo. 

–Espera, por favor. Quiero agradecer esto que has hecho por nosotros. Incluso si no nos conoces has sido muy amable y generoso. Es probable que no podamos volver a verte. Me gustaría poder saber tu nombre– una linda sonrisa apareció en el blanco rostro del apuesto joven. Sus ojos casi se cerraron por completo ante el gesto. 

–Suho, sólo Suho. 

–Gracias, Suho. Muchas gracias por salvar a Sehun y a Luhan. Créeme, aunque ahora mismo tienes a una persona asustada y débil intentando salvar a quien ama en este cuerpo débil, somos fuertes de espíritu y algún día intentaré devolverte el favor.

–Pues te tomo la palabra.


I am Human (Hunhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora