Capitulo 3

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Capitulo 3

Me desperté muy temprano para desayunar, Alex seguía durmiendo, escribí una nota rápido para ella en dónde me despedía, tomé las maletas con esfuerzo y bajé las escaleras del apartamento hasta la calle y esperar a Jason. Llegó un poco antes de la hora dicha –Yo subo esto, suba al auto- agradecí y entré.

-¿Todo bien?- preguntó Jason con una sonrisa enorme. Vaya que sí era algo raro este hombre.

-Un poco nerviosa debo decirlo- le sonreí amablemente.

-Es su primer trabajo ¿No es así?- asentí.

-Pero no será por mucho tiempo, es sólo temporal, necesito reunir dinero para la universidad-

-Comprendo-

Luego de esa pequeña conversación, un silencio enorme inundó el auto hasta que llegamos a la mansión –Llegamos, la señora Diane la espera en su despacho, no se preocupe por las maletas, las llevaré a su habitación-.

-Gracias, Jason- respondí con más confianza.

Caminé hacía el despacho de la señora Diane, se encontraba hablando por teléfono, parecía frustrada, en el escritorio había papeles por todos lados, diferente a cómo estaba antes. Apartó el teléfono de su boca y ordenó que me sentara, comenzó a gritar y desesperarse hasta que colgó. Puso las manos en su rostro y jaló su cabello hacía tras y me miró fijamente.

-Disculpa, no puedo dejar ni un segundo la empresa sola porque la gente hace tonterías, okey Lana, voy a salir de viaje esta noche, estaré aquí el resto del día acomodando asuntos, etcétera, por favor instálate en la habitación y ve a la cocina, mis hijos no levantaron nada hoy así que, alguien debe hacerlo, ve-

-Si señora, con permiso-

Lo primero que hice fue subir a la habitación para colgar mi ropa en el armario y acomodar mis cosas en el tocador y en el baño, luego baje hacia la cocina. El desayunador estaba lleno de platos y vasos sucios, levanté todo y los lavé hasta que quedaran relucientes, limpié un poco y me dispuse a sacudir algunos cuadros y mesitas del té de la sala. La señora Diane iba de aquí para allá con el teléfono en la mano, gritando y regañando a quién sabe quién, supongo debía dejar todo listo para poder salir de viaje.

Recordé que había metido mi ipod entre mis cosas, subí deprisa por él y puse un poco de música, el reproductor cambió a Beyoncé, fue inevitable no moverme un poco mientras quitaba el polvo de los retratos, hubo un momento en el cual simplemente mis sentidos se perdieron y me dejé llevar por la música, al final de cuentas nadie me veía, cerré los ojos y levante los brazos. Cuándo giré un poco sin dejar de bailar noté que no estaba tan sola después de todo, di un brinco al darme cuenta qué un chico de pelo un poco alborotado me miraba fijamente recargado en la pared mordiéndose los labios y mirándome de arriba abajo, no pude evitar sonrojarme y quedar boquiabierta.

-Por favor, no pares, me parece espectacular ver una cosa de estas en casa- levantó una ceja, seguía mordiendo sus labios de una forma tan... Saqué los auriculares y los guardé en mi bolsillo –Perdón, yo sólo...- bajé la mirada.

-Tú debes ser la nueva sirvienta, soy Ian- pasó su pulgar por la barbilla y miró directo hacia mis piernas.

-Sí... soy la nueva... mucama, estoy a su servicio señor- me sentía tan apenada y tonta.

-Bien, sigue limpiando entonces- Se dio la media vuelta y se fue -¡MAMÁ! ¡Estoy en casa! ¡Estaré en mi habitación, traje comida, avísame cuándo quieras comer!-

Atracción DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora