Capitulo 7

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Ya había pasado un poco más de una semana, Matt se la pasaba casi todo el tiempo fuera de la mansión, en cambio Ian traía a sus amigos y luego de la nada aparecían chicas semi desnudas por los pasillos, era un caos. No había tenido mucho descanso porque tenía que pasarme limpiando todo el desastrito que dejaban, preparando aperitivos y estar a disposición no solo de él sino de sus amigos, los cuáles no eran de sorprenderse, eran unos idiotas irrespetuosos malcriados.

Alex no me había llamado en todo ese tiempo, y yo me había quedado sin saldo, pensaba pedirle el favor a Jason de que me comprara una tarjeta de abono, pero él también había estado ocupado con Jessica, la señora Diane solo había llamado una vez y ni siquiera para preguntar por sus bebés.

Eran las 3:30 pm cuándo tocaron el timbre, corrí hacia la sala para revisar la camarita y ver quién era, pero en eso Ian me hizo a un lado y oprimió el botón para que el portón se abriera –Son unos amigos- dijo rápido sonriendome burlonamente.

-Estaremos en la piscina, necesito que vengas por si algo se ofrece, te espero allá... ¡Ah! En el refrigerador hay unas cervezas, tráelas- salió de la casa para recibir a sus amigos e ir a la piscina. Sería otro día más soportándolo a él y a sus amiguitos.

Fui a la cocina por las cervezas, eran tres paquetes fríos, los apilé y los tomé por debajo, pesaba un poco, me di cuenta que no iba a poder abrir la puerta y me incliné hacía el piso para dejarlos, en ese momento sentí una rápida y leve palmada en mi trasero, me acomodé rápidamente toda sonrojada y molesta, había sido uno de los amigos de Ian, él muy idiota se estaba riendo, salí lo más rápido que pude con los paquetes y los azoté con leve tosquedad en la mesa de la palapa. Iba dispuesta a reclamarle al chico pero en eso Ian se acercó a mí para preguntarme sobre las cervezas.

-No las dejes en la mesa tonta, déjalas en la nevera que está ahí debajo para que sigan frías-

-Discúlpeme, pero uno de sus amigos me dio una palmada en el trasero- dije en tono molesto pero sin gritar.

-¿Qué? ¿Quién?- levantó una ceja.

-El chico del short amarillo- señalé con mi dedo.

-¡Flyn! ¿¡Es cierto que le diste una palmada en el trasero a la sirvienta!?- gritó.

-¡Jamás! Ni siquiera la había visto- respondió mintiendo, abrí la boca de la impresión, las manos de Ian me tomaron por la cintura y me cargó enseguida recargándome en su hombro -¡Bájeme!- supliqué pero no dejaba de reírse junto con sus amigos.

-No, por mentirosa- se acercó a la orilla de la piscina y con todas sus fuerzas me aventó al agua, rápido comencé a patalear y a gritar para que me ayudaran, la piscina era muy honda y el peso del uniforme no me ayudaba en nada, el cabello cubría mi rostro y me costaba trabajo ver, sentía que el aire se me iba a ir en segundos, a cómo pude trate de nadar hacía la orilla. Cuando estaba a punto de subir, el tal Flyn me empujo nuevamente al agua, pero esta vez su mano golpeó contra mi nariz causándome un fuerte dolor y provocando que me hundiera nuevamente, coloqué mis manos en ella, quería llorar, el dolor era horrible y el agua me había entrado por ahí mismo, sentía que moría.

Alguien se metió al agua y se dirigió hacia mi tomándome de la cintura jalándome otra vez hacía donde estaba la escalerilla para subir, era Matt, me ayudó a subir y me envolvió en una toalla, no le dijo nada a Ian y me llevó hasta su habitación. Retiró con cuidado mis manos de mi nariz, había un poco de sangre –Está algo roja- con un algodón quitó la sangré que me había salido y salió de la habitación, después de unos minutos regresó con una pequeña bolsa de hielo –Póntela en la nariz- ordenó, asentí y obedecí, tenía frío, estaba empapada y con dolor, mi piel estaba de gallina, la toalla ya no me calentaba nada porque estaba igualmente mojada.

Atracción DominanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora