Capítulo 1

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Hoy es mi primer día en Madison, y quiero que todo me vaya bien, soy una estudiante regular, nunca me he quedado en supletorio, pero tampoco es que tenga las mejores notas.

Mientras tomo una ducha, me pongo a pensar en cómo será mi vida ahí, no sé si tendré amigos, o enemigos, no sé si tenga problemas o no. En realidad no lo sé nada, mis padres tomaron la decisión de cambiarme de colegio ya que mi anterior colegio ha decido cerrar.

Mientras me visto me acuerdo de Stefano, el chico que me había roto el corazón algunos meses atrás, debo admitir que aun sigo enamorada de él, porque es muy difícil olvidarse de alguien que te ha gustado toda la vida. Él era un buen chico, tenía buenas notas y le gusta el fútbol tanto como a mi. Pero me rompió el corazón, y estoy dispuesta a ser una perra. Ya no seré más la mosquita muerta de la clase. Ya no más. Mientras me veo en el espejo me pongo un poco de sombra, y un poco de lápiz labial, hoy es un nuevo comienzo.

-¡Liaaaaaaaaaa!- El grito de mi madre me hace dar un brico, y sin querer el delineado ha salido mal. Coño.
-Ya voooyyyy. -Digo intentando hacer una línea recta sobre el párpado del ojo.
"Ya voy" la frase que mi madre nunca entiende.
-¡Liaaaaaaaaaa! ¡Llegaremos tarde! -Por su voz parece estar molesta, así que decido hacerme solo una coleta alta. Pero en el carro.
-Ya voy, ya voy. -Digo bajando rápido las escaleras, siempre he sido la última en salir de la casa, así sea que vayamos al colegio, o así sea que vayamos de viaje, o de compras, pero siempre soy yo.

Cuando el carro arranca, me termino de peinar y me pongo los auriculares y dejo que las canciones de Ed Sheeran me lleven al pasado, a mi mejor amiga, mis amigos, a los maestros, y sobre todo al colegio que me vió crecer. Siento cómo una lágrima se resbala por mi mejilla, pero la seco al instante, intento mantenerme fuerte, y no llorar. Y creo que por una vez en mi vida, lo he conseguido.

El trayecto fue corto, cuando veo Madison, mis ojos se abren como dos platos, Wow, este colegio es increíble, es grande, de color blanco, un patio más que enorme, y sobre todo, muchos chicos dispersos.

El peor momento de mi vida ha llegado, ahora tendré que ser yo "La nueva", pero no por mucho tiempo, me recuerda mi subconciente. Me despido de mis padres con un beso, y me apresuro a salir del coche antes de que empiecen con su típica cantaleta de "Cuidate" "mucho cuidado" bla bla bla. Por eso también me apresuro a volverme a ponerme los auriculares.

Cuando paso por el patio repleto de chicos guapos, nerds, normales, y raros, me acuerdo que tengo que ir a ver en qué curso me tocó, de repente un chico se me acerca y sin pensarlo dos veces, inicio una conversación con él.
-¿También eres nuevo?-Le digo, intentando por lo menos tener un amigo.
-Emmm, ¿cómo lo sabes?-No puedo evitar perderme en su mirada.
El chico es sexy, su piel es de color canela, una sonrisa perfecta, ojos verdes, pelo castaño, y usa lentes, pero se ve muy atractivo.
-Emmm oye.-Mueve la mano al frente de mi cara para llamar mi atención y me estrello con la realidad.
-Emmmm, cómo ves que no estoy acompañada de alguien, seguro insinuaste que soy nueva.
- Pues sí, también soy nuevo. ¿A qué curso vas?
- Sólo sé que voy a segundo.-Digo un poco riendome- No sé en qué paralelo.- Me doy cuenta cómo se le alumbra el rostro. Y lo peor de todo es que no sé por qué.
Sin darme cuenta ya hemos llegado a la cartelera y me apresuro buscando mi nombre.
-¿Ya sabes en qué curso te tocó? -Digo revisando en qué curso me tocó a mi.
-Yo no voy a ningún curso. -Su voz es muy sexy.
-¿Qué? ¿Por qué dices eso?-En serio me sorprendió su confesión.
-Ya lo verás. -Dice desapareciendo entre la multitud.
-¿Qué?- Trato de buscar su pelo claro entre todos estos chicos, que poco a poco están empezando a empujar.

Me ha tocado en el C, toda mi vida he estado en el A, así que todo está tomando un cambio radical. Incluyéndome.

Busco entre los pasillos 2 "C" y me búsqueda no duró tanto tiempo. Quisiera volver a ver al chico sexy que me acompañó ésta mañana. Pero qué rayos ni si quiera me sé su nombre. Por lo general cuando las personas recién se conocen se dicen cuáles son sus nombres, pero no, ésta vez no ha sido así. Efectivamente todo está cambiando.

Cuando entro al curso me apresuro para coger una banca de atrás, ya no quiero estar más en el frente, eso me recuerda a mi pasado, un pasado que no quiero recordar.

Mientras repaso el horario en mi mente siento cómo una chica me jala de mi coleta hacia arriba, doy un pequeño grito y le ordeno que me suelte, la atrevida esta no obedece mi orden, así que me opto por lo segunda opción, darle una cachetada.
Cuando veo su cara pegada a mi mesa, con el cachete rojo, no puedo evitar unirme a las risas de los demás.
Cuando se levanta me mira con furia, con una mirada asesina.
La chica es rubia, y supongo que es una porrista, porque lleva puesto el uniforme, y esto me recuerda a las películas, ya que hay dos chicas atrás de ella, con el mismo uniforme.
-¡Ayyyyy! ¡Dayer!-Dicen las dos al unísono.
-Y eso es para que sepas que de un solo manotazo te puedo quitar tu tonelada de maquillaje.-Le digo con una sonrisa cuando veo que se levanta, todos los del curso no pueden evitar decir "Uhhhhhhhh Turn down for what" y yo como toda una diva sonrio y me siento en mi puesto.

Una de las dos le susurra algo en el oído, me hago la desentendida, pero he escuchado bien. La tipa le dijo "Por como se ve cómo es, mejor aléjate de ella" Acto seguido "Dayer" se da la vuelta como una diva que NO es y se va. No puedo evitar reírme, esto es como un don.

El chico del frente se de la vuelta y me dice:
-¡Muy bien hecho! No te conozco en lo absoluto, pero esa perra ya se lo merecía desde mucho antes. -Me dice dandome palmadas en mi brazo, con una gran sonrisa.
-Mmmmm, gracias.- Digo con una sonrisa de victoria- Aunque no está bien que hables así de una mujer.-Lo digo con sinceridad. - ¿Sabes por qué se ha portado así?
-Mmmmm sí, éste siempre ha sido su puesto. -Dice señalando mi puesto, porque ahora es mío y de nadie más.
-¿Qué? ¿En serio? Pues me da mucha pena, ahora es mío.
El chico solo sonríe y se da la vuelta.

Cuando veo que todo el mundo deja de hacer buya y miran hacia la puerta, la curiosidad me mata, así que también me uno.

Cuando veo a la puerta, el profesor va entrando, no puedo evitar abrir la boca del asombro.

Esto no puede estar pasando.

Yo También Me Enamoré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora