Prólogo

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Ellos siempre están alrededor.

Son como el viento, puedes sentir como acarician tu piel rozándola con una brisa cálida o fría.

Puedes sentirlos, más no tocarlos.

Son como fantasmas, puedes verlos siempre y cuando seas uno de los elegidos.

Su belleza es innegable, casi pura e inmaculada, como si hubiesen sido creados para enamorar o quizás hechizar a cualquiera que sea de su interés.

Aquella belleza es sólo una máscara, porque no hay pureza en sus almas.

Brillan y deslumbran como piedras preciosas, pero sus almas nunca cesan de la codicia, uno de los pecados capitales.

Incapaces de sentir amor.

Vulnerables a la claridad.

Envuelven a sus víctimas en una tela de araña de la que difícilmente podrán escapar.

Tienen una guerra eterna con los ángeles.

Develarán los deseos más ocultos de tu corazón.

¿Pero para bien o para mal?

No escuches sus susurros de amor.

No dejes que liberen su hechizo en ti,
porque podría ser tu fin.

¡Oh dulce, dulce pasión!

Que podría convertirse en la pérdida y destrucción de tu alma.

Amor Por VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora