#06

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—Si me conocieras bien, sabrías que no me gusta que me sigan preguntando cuando he dicho la verdad... —puse mis manos en su cintura y las deslicé hasta su espalda para formar un abrazo.

—Y tú ya deberías de saber que me gusta molestarte —seguía con sus parsimoniosos besos en mi cuello. Me sentía desfallecer al contacto de su piel con la mía — ¿No me dirás por qué estás molesto? —se puso frente a mí para verme a los ojos —Además del hecho de que te pregunte por eso —encantadora. 

—No estoy molesto —la miré a los ojos y rápidamente le robé un beso. Frunció el ceño.

—Pues ahora yo lo estoy —se puso de pie y salió de la sala. Esta mujer había doblegado mi orgullo por completo.

— ¿Tú estás molesta? —la atrapé por la cintura y se sacudió rápidamente tratando de liberarse, claramente no lo lograría —Respóndeme —me fulminó con la mirada.

— ¿Yo sí tengo que responder tus preguntas? —hizo un gracioso gesto, retenía todas mis ganas de reír si no se enojaría más.

—Eres tan testaruda —dije posando mis manos en su cuello y me acerqué lentamente para besarla pero corrió su rostro.

—Y tú eres tan, tan —dijo con desesperación pero no sabía que decir.

— ¿Tan qué? —susurré sobre sus labios —Dímelo —su respiración se aceleraba, no sé si por mi cercanía o por lo enojada que estaba. La primera opción me convencía más.

—Tan... Tan tú —dijo antes de colgarse de mi cuello uniendo nuestros labios en un intenso beso. Me apresuré a pasar mis manos por su espalda nuevamente, glúteos hasta llegar a la parte baja de estos y así poder tomarla firmemente y elevarla obligándola a hacer un nudo en mi cintura. La besaba con intensidad, mi lengua en automático entró en búsqueda de la suya, la cual no tardó en dejarse encontrar. Me gustaban sus caricias, su forma de jugar con mi pelo y los pequeños gemidos que se esforzaba por retener, al momento de que la recorría con mis manos. Subí las escaleras lentamente, no quería tropezar con ella. Se alejó de mis labios susurrando un sensual "me vuelves loca" sobre estos, cosa que revolucionó mi interior por completo. Cerré mis ojos tratando de controlarme pero hundió su rostro en mi cuello, el cual comenzó a ser víctima de sus besos y mordidas. Leves, habíamos llegado a un acuerdo de "no marcas, no explicaciones para Liz y Ryan".

—Sólo una, ¿sí? —dijo en tono de súplica. 

—Las que quieras —mi cordura se había esfumado. Simplemente me tenía hechizado.

La recosté con una delicadeza insuperable, era tan exquisita y me daba la impresión que era más frágil que la porcelana. Me detuve un momento para poder observarla —Definitivamente no es un error —mi voz interior me apoyo. Ella estaba tan enamorada de mí como yo de ella. Y si algo saliera mal, tendría solución.

Sus pequeñas manos recorrían mi espalda, mientras yo comenzaba a deshacerme de la última prenda que cubría su cuerpo. 

No nos hice esperar más, ambos ansiábamos esto. Me hundí en ella convirtiéndonos en uno mismo. Un hermoso gemido salió de sus labios, una sonrisa victoriosa se pintó en mi rostro.

Mis movimientos eran más rápidos e intensos. Ella jadeaba mi nombre y esto solo me motivaba a ponerle más empeño a mi labor.

—Te amo Richard —dijo en un suspiro antes de recostarme en su pecho. 

—Y yo te amo a ti —besé sus labios y me dispuse a recuperar el aliento.

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— ¿Qué piensas sobre nosotros? —se acurrucó entre mis brazos.

— ¿Sobre nosotros? —rio acariciando mi pecho — ¿Problemas existenciales mi cielo? —carcajeó.

—Sabes a qué me refiero —le dije besando su frente. Me miró a los ojos por un momento y sentí ahogarme en la profundidad de éstos. 

—Pienso que somos muy diferentes en muchas cosas —bajó la mirada y después volvió a subirla —Pero por eso nos complementamos —acarició mi nariz con la suya.

—Pero... —estaba nervioso no sabía cómo preguntaría lo siguiente, tenía miedo de su respuesta. Tenía miedo de que mi tía tuviera razón — ¿Tú no te sientes presionada... o algo por el estilo? —solté y su ceño se frunció. Trataba de descifrar bien el sentido de mi pregunta.

— ¿Tú te sientes así? 

—No me respondas con una pregunta —dije duramente. Ella formó una "o" con sus labios y abrió los ojos a tope.

—No me hables así —dijo indignada, no debí haberle hablado. Tiró de la sábana que nos cubría y la enredó en su cuerpo desnudo antes de ponerse de pie, alcancé una almohada y me cubrí.

—________ espera, vuelve —tomé mi ropa que estaba en el piso, ella me ignoró y salió de la habitación. Maldije mientras que rápidamente me ponía los pantalones —________ —la llamé otra vez, pero lo único que obtuve fue una de sus fuertes miradas y después de eso entró dando un portazo. ¿No podíamos estar veinticuatro horas sin discutir o que algo se interponga entre nosotros?


Feelings (2Tem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora