— ¿Me vas a contar qué te pasa? —preguntó abriéndome la puerta del auto.
—No Josh... —rodeé los ojos y subí al auto —Sólo vámonos ya, por favor.
—Como tú digas —sonrió y rápidamente rodeó el auto para subir al lado del piloto.
— ¿Y Salazar? —preguntó rompiendo el silencio. Una lágrima se deslizó por mi mejilla pero rápidamente la limpié.
—Te agradecería que dejaras de hacerme preguntas —dije sin siquiera voltear a verlo. Seguía con mi mirada hacia la ventana.
—Lo siento, solo que no te ves bien y su auto estaba afuera, ¿se enojaron? —rodeé los ojos, estaba por decirle que me bajaría ahí mismo cuando mi celular vibró.
La pantalla indicaba que era Richard quien llamaba. Incliné la cabeza haciendo que mi pelo cubriera mi rostro ya que no podía resistir más y las lágrimas tomaban sus propias decisiones. Me debatía en ignorar la llamada o no responder. Me decidí, solo no respondería. Guardé de nuevo el celular en mi bolso y disimuladamente limpié las lágrimas de mi rostro.
— ¿Qué ha sido tan malo para que derrames lágrimas por él? —volteé a verlo sorprendida. No esperaba que se diera cuenta —Te conozco muy bien ¿recuerdas? —tomó mi mano, pero la soltó dándome mi espacio, acción que agradecí inmensamente.
—No tiene importancia —susurré y una vez más regresé miré la ventana.
Afortunadamente no preguntó más y tampoco el celular vibró más.
—Aquí —le dije señalando.
— ¿Qué? —dijo más que sorprendido.
—Que aquí está bien, aquí déjame —aclaré.
—No te dejaré en este hotel de cuarta —dijo con repulsión. De hecho, yo no estaba muy contenta pero digamos que no traía el efectivo suficiente para uno mejor y no traía mi cartera.
—No te estoy preguntando si me dejas quedarme o no...
—No sé qué mierda te hizo Salazar, pero yo no te dejo aquí —me interrumpió y continúo conduciendo —Tu casa o la de Salazar —pero qué magníficas opciones me dio.
—Regresa al hotel —dije cruzándome de brazos —No iré a ninguno de esos dos lugares.
— ¿Entonces? —exhaló con fastidio —Ni pienses que te dejaré en uno de esos lugares —se refería al hotel, no respondí —Bien ¿no elegirás alguno? —negué con la cabeza —Perfecto —rodó los ojos y volvió a mirar el camino.
—Gracias por nada Josh —dije cerrando con fuerza la puerta del auto, odiaba que hiciera eso.—Aún sigo detestando que hagas eso —dijo como si leyera mentes.
—Da lo mismo —acomodé mi vestido antes de comenzar a caminar por la calle.
— ¿A dónde crees que vas? —preguntó retóricamente.
—No voy a quedarme en tu casa, iré a buscar un hotel —seguí caminando y un fuerte viento me hizo temblar y enmarañó mi pelo. Maldije con ganas de tirarme al piso y llorar hasta quedar seca.
—No seas ridícula y entra ya —me giré y lo vi caminando hacia la puerta. ¿Qué más haría? No tenía a donde ir... una vez más. Tal vez no había sido del todo bueno vivir con Richard.
Tenía ya mucho tiempo de no entrar a la casa de Josh, muchos recuerdos llegaron a mi mente haciéndome estremecer aún más que el frío viento de afuera.—Dormirás en mi habitación —dijo mientras subíamos las escaleras —Toma de mi armario la ropa que necesites, yo estaré en la sala —abrió la puerta y se hizo a un lado para que entrara.
— ¿No saldrás? —pregunté ya que apenas llegó a la fiesta lo hice regresar.
—No —negó con la cabeza —Cámbiate y si tienes hambre baja.
—Quisiera ducharme...
—Pues hazlo —dijo obvio, me sonrió y salió de la habitación.
Apenas se cerró la puerta y me desplomé en la cama, en automático las lágrimas brotaban como si no tuvieran fin. ¿Cómo podía haberme hecho eso? ¡Y con Nicole! Tal vez yo me había equivocado en el pasado pero eso no le daba el derecho de acostarse con cualquiera... y mucho menos con mi peor enemiga. Me dolía el pecho. Era el mismo dolor que me había atormentado cuando Richard me había dicho que no quería volver a verme. La herida que se había cerrado ahora se había abierto y peor que la última vez.
— ¿Por qué Richard? —era lo único que podía susurrar entre llanto. ¿Por qué siempre había algo? Siempre había algo o alguien impidiendo lo nuestro. ¿Por qué? ¡Mierda!
Haciendo un gran esfuerzo me puse de pie y caminé hacia el closet, tomé una camiseta y un short. Lo dejé en la cama antes de entrar al baño.
Después de una larga ducha salí y coloqué cada prenda en su lugar, pero batallé un poco con el short. Lo ponía en su lugar pero parecía que prefería estar en mis tobillos. Me los quité y busqué otros que tuvieran elástico para poder ajustármelos.Terminé de cepillar mi pelo, miré el reloj que estaba en la cómoda al lado de la cama. Una de la madrugada. Dos golpes en la puerta me hicieron sobresaltarme.
—Pasa —dije suponiendo que era Josh.
—Traje pizza —dijo entrando con la caja —Pero tardaste mucho y ahora está fría —rio haciendo una mueca graciosa.
—Es mejor fría —me senté en la cama.
— ¿Me dejas quedarme a cenar? —mordió su labio inferior con nerviosismo.
— ¿De qué es la pizza? —lo miré con ojos finitos.
—Pepperoni y queso extra —sonrió confiado —Tu favorita.
—Entonces sí puedes quedarte —ambos reímos.
Comenzamos a platicar, en momentos lograba distraerme lo suficiente haciéndome olvidar todo. Pero de un momento a otro la imagen del baño nublaba mis pensamientos, atiborrándome de unas inmensas ganas de llorar y llorar. ¿Josh lo sabría? ¿Josh sabría que su novia estaba desnuda sobre mi semidesnudo novio?
—Josh...
— ¿Sí?
—Tú sigues con Nicole, ¿cierto? —me atreví a preguntar.
—No.
— ¿No?
—No —respondió como si nada dando una mordida al pedazo de pizza.
—Y... ¿Se puede saber por qué? —pregunté disimuladamente.
—________ —suspiró —Me di cuenta de que ella solo me quiso por alejarme de ti —negó con la cabeza mirando hacia abajo —Y para ser sincero... —se acercó un poco a mí —...Jamás pude olvidarte —sentí mis mejillas arder, en estos momentos no tenía ni la menor idea de cómo reaccionar —Te sonrojaste —dijo sorprendido y rio mientras acariciaba mi mejilla.
—Déjame —me cubrí riendo.
—No sabes cuánto envidio a Salazar —tomó mi barbilla para mirarme a los ojos —Saber que esos labios fueron míos... —los delineó con suma delicadeza y mis ojos en automático se cerraron —Y dejé que ahora otro se adueñara de ellos —sus caricias bajaron por mi mejilla hasta mi cuello y de un momento a otro sus labios estaban sobre los míos.
Lo hacía con inseguridad, con temor a mi reacción. Y por más que mi conciencia gritaba que lo detenga, mis brazos la ignoraron y pasaron por su cuello formando con mis manos un nudo en su nuca.
Escuché el sonido de la caja de la pizza al caer en el suelo y sin separarme de sus labios, me hinqué en la cama para hacerlo recostarse y acomodarme sobre él.
ESTÁS LEYENDO
Feelings (2Tem)
FanfictionPero el sentimiento que te abarca cuando todo parece arreglarse es lo mejor del universo, sin duda alguna. -Adaptada- (Algunas partes son escritas por mi)