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Subí las escaleras y entre al cuarto donde se encontraban mis hermanos

---Liz, Ryan es hora de irnos, ___ esta en el auto

Ellos asintieron y se despidieron de Elizabeth y corrieron al auto. Tome mi chaqueta y me la puse

---Richard yo no quise ser inoportuna

---Si claro, lo que tu digas- dije en un tono brusco y salí de la casa dando un portazo

*Narra ___*

— ¡No te lo estoy preguntando mujer! ¡Te lo estoy diciendo! —Diego rio.

—No lo sé —reí —A Richard no le gustan esas cosas —rodó los ojos —Además, ¡no tienes derecho a quejarte! —le dije adivinando lo que estaba por decir —Cuando Emma llegó tu me abandonaste... —le recordé —Así que no te puedes quejar de que paso mucho tiempo con Richard.

—Lo sé —me abrazó —Pero será mi cumpleaños y no puedes faltar —despeinó mi pelo —No me hagas tener que aclarar cuentas con Salazar —hizo un rudo tono de voz.

—De verdad me gustaría verte intentando "aclarar cuentas" con él —reí. Diego no era un debilucho, pero sin duda alguna Richard era capaz de pisotearlo.

—Convéncelo, aunque sea sólo vayan un rato —dio un beso en mi mejilla antes de irse a su casillero.

 Seguí sacando mis libros y guardando los que no necesitaría.

— ¿Qué quería? —su voz me hizo estremecer.

—Me avisó que en dos semanas hará una fiesta por su cumpleaños —giré para verlo de frente.

— ¿Irás?

—No —di un beso en su mejilla —Iremos, ambos estamos invitados —agudizó la mirada.

— ¿Yo? ¿En una fiesta de Diego Villacis? No lo creo.

—Sabes... deberías de ampliar tu círculo de amistades —carcajeé. 

—Eres la menos indicada para dar ese consejo —se unió a mis risas.

—Sólo me refería a Diego —bajé la mirada —Me gustaría que ustedes se llevaran bien —acaricié su mejilla y él me envolvió aun más en sus brazos — ¿Eso es posible? —pregunté mirándolo con súplica.

— ¿Es posible que tú te lleves bien con Lia? —me respondió con otra pregunta.

—Lo intenté, pero ella me detesta —tal vez no lo había intentado, pero la parte de "ella me detesta" es verdad.

—Y yo detesto a Diego —sonrió hipócritamente.

— ¿Por qué? —indagué casi en un grito.

—No me gusta que sea tan... demostrativo contigo.

— ¿Demostrativo? —una risita se escapó de mis labios —Estás celoso —pasé mis brazos por su cuello atrayendo su rostro hacia el mío.

—Tal vez —susurró antes de unir nuestros labios.

— ¡Dios! ¡Qué repugnante! — ¿Por qué demonios había nacido? 

—No tanto como tu vestido —regresé a los labios de mi novio. Después de escuchar un "Ya basta Nicole" de parte de Josh.

—Seguro su psicólogo tiene un altar en tu honor.

—No lo dudes.

Las clases pasaron rápido, en realidad todo pasaba rápido estando con Richard. A pesar de no ser muy extrovertido me mataba de la risa. Sus ironías, sus malas bromas.

— ¿No irás a trabajar? —preguntó Ryan alegremente.

—Sí, sólo los dejaré en casa y me iré —Liz, Ryan y yo suspiramos tristes. Richard rio —Ah por cierto, Tom quiere reclamarte por su empleo de medio tiempo —ambos reímos.

— ¿A qué hora vuelves? —enredé mis dedos en su pelo mientras hablaba entre besos.

—Ocho, tal vez nueve —me respondió y pasó su mano por mi nuca atrayéndome más a él.

—Te amo —dije haciendo un enorme esfuerzo para alejarme, si no lo hacía ahora no lo dejaría irse nunca.

—Te amo más —dio un último beso y salí del auto finalmente dejándolo partir.

Pasamos una buena tarde, comimos, jugamos, hicimos tareas, vimos televisión mientras comíamos, incluso me ayudaron los pequeños con la limpieza de la casa. 

Seguíamos viendo una película, ya no comíamos más ya que la olla de palomitas ahora estaba vacía. Volteé hacia la derecha del enorme sillón y ambos pequeños estaban dormidos. Los párpados me pesaron al verlos tan plácidamente dormidos, cubiertos con una frazada hasta el cuello. Me acomodé en el sillón y seguí mirando la pantalla hasta que prácticamente todo se volvió negro.

*****
*Narra Richard* 

Entré a la sala y vi la televisión encendida. Renegué mientras cruzaba la sala para apagarla ¿les costaba tanto apagarla antes de subir? 

Al darme la vuelta vi por qué no estaba apagada. Los tres dormían en el mismo sillón. Liz y Ryan estaban cubiertos por una sábana celeste hasta el cuello y ________ abrazaba sus rodillas, seguro tenía frío.

Después de dos viajes Liz y Ryan estaban en sus respectivas habitaciones.

Me senté con cuidado en el sofá. No quería despertarla. Me gustaba admirarla mientras dormía, siempre he dicho que parece un gatito indefenso. Lo cual era totalmente falso al momento de que sus ojos se abrían.

Acaricié con la yema de los dedos la suave piel de su pierna. Se estremeció un poco pero siguió como si nada. Me puse de pie y la tomé entre mis brazos. En automático sus brazos se ajustaron a mi cuello, balbuceó algo indescifrable y después sentí su respiración chocar en mi cuello.

La recosté con cuidado pero sus ojos se abrieron al contacto con el acolchado.

—Hola —alargó un poco dormida.

—Hola mi amor —le sonreí. 

— ¿Cómo te fue? —se hizo a un lado para dejarme espacio.

—Bien, creo... ¿Y a ti?

—Muy bien —estaba por recostarme a su lado cuando se escuchó el timbre. ________ volteó hacia la mesa de noche y vio el reloj. Nueve y veinte de la noche.

—Ya vuelvo —di un cálido beso sobre sus labios y salí de la habitación.

—Llama a ________ ahora mismo —ordenó apenas abrí la puerta.

—Ella no...

—No te atrevas a mentirme Richard —amenazó y entró a la casa —Sé que ella está aquí, hazme el favor de llamarla.

—No quiero ser grosero pero no recuerdo haberla invitado a entrar y no tiene derecho de venir a dar órdenes aquí.

—Claro que lo tengo —su fuerte mirada se clavó en mí, algo tenía en común con su hija —Mi hija menor de edad —recalcó —Está aquí, no te metas en problemas y llámala —se dio la media vuelta para caminar hacia la puerta —Con todo y maletas claro...

Feelings (2Tem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora