Narrador:
Rubén se dirigía a la casa de Miguel.
Iba caminando con seguridad, firmeza y una pequeña caja llena de dulces de todos los colores.
Mientras tanto; Miguel esperaba al mayor. Jugueteaba con sus dedos y con nerviosismo hacía movimientos rápidos con su pierna derecha.
Al estar frente a la puerta suspiró fuertemente y tocó con nerviosismo
El pelinegro se sobresaltó y aún más nervioso caminó hasta la puerta.
Abrió y se dio cuenta de que era Rubén
-Holah.-
Dijo saliendo de su hogar y cerrando la puerta.
Rubén hizo una señal con su mano respondiendo a las palabras de Miguel.
Caminaban en silencio sus corazones palpitaban de manera rápida por el amor que ambos sentían.
Un pequeño rubor apareció en las mejillas del pelinegro al sentir la mano de Rubén sobre su mano y entrelazando sus dedos.
Por suerte no había gente tránsitando la calle.
Ellos caminaban tranquilamente hasta que llegaron a la casa.
Ésta era grande y de color verde, con la puerta principal blanca y las ventanas completamente limpias. Sin mencionar que la casa igualmente por dentro estaba intacta.
Ambos pasaron a la casa y Miguel se sentó en el sofá y esperó a que Rubén fuera a su lado.
-Oye Mangel... ¿Puedes venir un momento? Porfavor.-
-Voy.-
Miguel caminó hasta la cocina y se dio cuenta de que Rubén le extendía una caja y unas flores.
Sus ojos se iluminaron y la pregunta esperada sonó en aquella habitación
-Mangel... ¿Quieres ser mi novio?.-
El ya nombrado asintió con rapidez mientras abrazaba al mayor.
-Te protegeré... Si es necesario hasta con mi vida.-
Le susurró en el oído para después besarlo.
:3 :D