Capítulo 8

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No sé en que momento comencé a llorar pero después de tanto correr estaba agotada y lo único que hice fue encontrar un árbol y sentarme. 

Me senté y comencé a sollozar, primero despacio asimilando la situación, luego más fuerte hasta que por fin me di cuenta de toda la mentira que había vivido ¿Acaso mi mami sabía de esto? ¿Por qué después de tanto años de abandono se le ocurre aparecer de la nada? ¿Qué está pasando conmigo?

Tantas preguntas sin respuestas, tanto dolor en mi corazón.

Comenzó a llover y no me importó, sentí la lluvia en mi cuerpo, se sentía tan bien y a la vez las lágrimas se mezclaban con las gotas que caían por mis rostro. Tal vez el cielo lloraba conmigo, testigo de lo que pasaba, tal vez estaba siendo dramática pero no podía negar que dentro de mi había mucho dolor. 

Cerré los ojos fuertemente y me dispuse a escuchar el ritmo de la lluvia al caer y tocar la tierra, el olor a tierra húmeda que me encantaba, las raíces absorbiendo el agua para nutrir a las plantas, y entonces todos los vellos de mi piel se erizaron y me sentí en peligro. 

Alcé mi cabeza mirando a los alrededores y fue ahí cuando que dos personas, se venían acercando a mi con una sonrisa algo siniestra en sus rostros. Parecían chicas pero no era normales, las dos chicas tenía un cabello muy largo de color negro y su piel era tan blanca que me sorprendí que aún existieran personas así, sin embargo cuando vi sus ojos me entró pánico total porque eran tan negros y oscuros como un abismo.

-Pero mira que tenemos aquí, una pequeña portadora- dijo una chica pero su voz era siniestra y tan gruesa y áspera que hizo que me estremeciera. 

-¿Cómo acabas de llamarme?- le dije con un poco de miedo y a la vez arrogancia

-Portadora, como lo que eres.- respondió la otra chica con una voz tan fea como la anterior.

-¿Qué es una portadora?- respondí intrigada, ¿de qué estaban hablando? 

-¿Estás tratando de burlarte de nosotras? Pues no está funcionando, deja de hacerte la tonta.

Comenzaron a acercarse a mi y de pronto sentí como si estuvieran absorbiendo mi esencia, comencé a sentirme débil y con miedo y no supe que hacer.

-Tranquila que esto no dolerá mucho, ni te darás cuenta cuando hayamos terminado.- se venían acercando y yo me puse de pie lista para correr y entonces ellas se movieron más rápido que yo y me agarraron de los brazos y me tiraron al suelo, una de ellas puso una mano en mi pecho y sentí inmediatamente como succionaban mi alma, comencé a gritar. Dolía como nunca antes nada había dolido pero entonces el dolor paró y caí en el suelo ya que nadie me sostenía. Me levanté y vi a mi alrededor pero las chicas raras estaban peleando con alguien más raro aún. Tenía la piel como la corteza de un árbol pero se movía de forma flexible y con gracia. 

Las chicas lo golpearon fuertemente y me di cuenta que ellas también podían pelear y que la extraña criatura frente a mi se veía en desventaja numérica, traté de levantarme para ayudarlo pero no pude. Estaba débil a causa de lo que sea que me hayan hecho esas extrañas y conseguí soltar un leve gemido, la criatura frente a mi se volteó y pude ver sus ojos. Eran los mismos ojos de mi sueño y entonces asumí que era Kyle el que estaba luchando, todo en él era distinto debido a que su piel estaba en modo árbol, pero sus ojos seguían siendo tan hermosos como en mi sueño. 

En ese breve momento que le tomo a Kyle voltearse, las chicas locas aprovecharon y le dieron, las dos al mismo tiempo, una patada que lo mandó hasta donde yo estaba. Él se veía agotado y sin fuerzas y yo no tenía ni la más mínima idea de como ayudar en el estado que me encontraba.

Secretos de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora