Sky's Pov
Recargue mi espalda en la fría madera del árbol, mientras inútilmente esperaba que alguna vez el chófer sea puntual. La fuerza del viento mi cabello, que chocaba contra mi cara.
-Es asombroso estar en parentesco contigo- habló Luke saliendo de la nada.
-No pienso lo mismo- sonreí falsamente.
El me sonrió de manera diferente.
-Se que en algún lugar dentro de ese cuerpo. Te fascina la idea de verme paseando por tu casa - dijo y se acercó más a mi.
-Que seas hermano de Amber no me importa- respondí nerviosa.
-No, pero hago que pierdas la cabeza- comentó y colocó un dedo en mi boca.
Lo empuje con todas mis fuerzas, sólo logrando moverlo unos centímetros. Él me tomó y encajó sus dedos en mi cintura.
Me besó en los labios de manera rápida y yo hice lo posible para empujarlo.
-¿Qué es lo que te pasa?- grité molesta.
Sentí unas manos en el abdomen y después, lo único que vi fue a Justin estrellarle el puño a Luke en la cara.
Justin se abalanzó sobre él y lo golpeó una y otra vez con irá desenfrenada.
-¡Para Justin!- pedí en un grito pero él pareció no escucharme. Luke sólo sostenía las manos sobre su rostro para evitar recibir más golpes.
-¡Para justin!- rogué y lo abracé por la espalda.
Después de escuchar ese grito de súplica, él se detuvo.
Me hice a un lado para que él pudiera levantarse.
Justin me miró a los ojos.
-Lo siento- susurró. Y luego se alejó apresurado.
Su expresión jadeante y a punto de quebrarse hizo que mi pecho se obstruyera.
Miré a Luke con furia, a pesar de recibir todos esos golpes, él estaba bien.
Me levanté y caminé buscando a Justin. Di varias vueltas por el estacionamiento, hasta que vi su auto rojo estacionado.
Lo vi sentado en la acera y recargado en la puerta. Me puse de rodillas a su lado.
-¿Estás bien?- le pregunté y asintió.
-Lo siento, yo no... no pude contener lo que sentía viéndote así con él- disculpó.
-Justin, está bien. Lo entiendo, no debes sentirte mal por eso- dije.
-Lo lamento- susurró de nuevo.
-Está bien- susurré en su mismo tono.
El claxon del auto nos aturdió, y miré a Justin roto a mi lado. No podía dejarlo así.
-Justin quieres que yo... - hablé a medias.
-Te veo mañana- dijo y se levantó del suelo.
Tomó mis manos y me levanto también. Me dio un beso corto y caminé hasta el auto. Me despedí de del con la mano, y deje de mirarlo hasta que su silueta se difuminó en con los árboles.
Justin's Pov
Eché la cabeza hacia atrás y traté de calmarme un momento.
-Lárgate de una maldita vez- le exigí en un grito.
Ashley me atravesó con la mirada.
-¿Qué es lo que te pasa Justin? ¿Ahora le eres fiel a tu pequeña zorra?- cuestionó furiosa.
-La única zorra que ha cruzado esa puerta, eres tú- expresé.
Su cara de ofensa se esfumó de inmediato y su furia aumentó de nivel.
-Créeme que un día de estos, vas a llamarme suplicando que regrese- advirtió.
Tomó sus cosas del sofá y luego azotó la puerta antes de salir. Me tiré en el sofá y Ryan salió de su habitación con una sonrisa victoriosa.
-¿Acaso escuché mal o Justin Bieber rechazó a una barbie en celo?- cuestionó fingiendo sorpresa.
-Déjame en paz- ordené.
-¿Es que tu no lo ves?- cuestionó sorprendido.
-No, Ryan. No puedo ver las cosas absurdas que supones que siento- hablé.
-Caíste en tu propio juego- dijo.
-¿Qué juego?- cuestioné confundido.
-Esto- me señaló. -Estas estúpidamente enamorado de ella... Caíste en tu propio juego de enamorarte de las personas, y de romperles el corazón- explicó Ryan.
-No hay ningún juego... puedo romper con ella cuando yo quiera- aseguré.
-¿Estás seguro de lo que hablas?- cuestionó con una ceja encarnada.
Asentí y tomé mi teléfono. Y me sentí idiota por mirar su foto en él mientras negaba amarla. Porque yo me juraba a mi mismo, que no era así.
-¿Entonces por qué no le cuentas la verdadera historia del auto rojo?- preguntó.
Levanté la cabeza y miré a un punto fijo en la pared mientras me planteaba a mi mismo esa pregunta.
-¿Cómo crees que sería su rostro cuando se lo digas?- envenenó más.
-Aléjate de mí- pedí y me levanté del sofá.
-¿O cuéntame de una vez por qué tus nudillos sangran?- habló con tanta verdad en sus palabras. Miré mis manos y todas esas confusiones le hacían mal a mi cabeza.
-Estas enamorado de ella... ¿Por qué lamentas tanto admitirlo?- dijo.
-Lamento admitir que la amo, porque no quiero. Pero la amo- respondí por fin. Siendo sincero como desde hace meses no lo hacía.
-Déjame por favor- pedí en un susurro.
Azoté la puerta de mi habitación y Ryan no entró a hacer más preguntas porque sabe si lo seguía haciendo, uno de esos ataques de pánico azotaría mi cabeza de nuevo.
Y no quería admitirlo, porque si lo admitía, esta vez en realidad no podría negármelo a mi mismo.