Un mes ha pasado y las cosas continúan empeorando. La situación cada vez se sale de control. Aubrey ha intentado decirle a Chloe, quien es Melody pero la pelirroja es demasiado testaruda y se niega a escucharla.
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La rubia estaba en su hogar caminado de un lado a otro por toda la sala, debatiéndose en sí ir a intentar decirle la verdad a su ex mejor amiga o no. Después de pensarlo por horas se decidió por intentarlo una vez más. En el transcurso de la semana ya lo había hecho como unas cuatro veces y esperaba que esta fuese diferente.
Así que tomó valor y se transportó hacia la oficina de Chloe.
Entró sin llamar a la puerta pues sabía que si lo hacía ni siquiera le permitiría entrar. Y como era de esperarse ahí estaba ella, en su silla con esa mirada de odio que se había vuelto típica.—Chloe no me importa si no quieres saber de mí o lo que te quiero decir, pero esta vez no evitarás que te lo diga —replicó la rubia y en ese momento se sintió como la antigua Aubrey Posen. Aquella que no le temía a nadie y que siempre le decía que hacer a la pelirroja.
—Aubrey vete —ordenó con esa impotente voz. Se había vuelto tan fría y calculadora que intimidaba sin ni siquiera gritar.
—No Chloe, tienes que saber quién es Melody —dijo elevando la voz.
— ¡Vete! —ordenó. La pelirroja no tenía nada en contra de Aubrey, ella siempre fue una buena amiga y la apoyo en cada momento. Pero estar cerca le recordaba a Beca y eso era demasiado para ella.
— ¡Melody es tu hija! —un grito estaba por salir de la boca de Chloe pero esas palabras callaron todo rastro de emoción.
El rostro de Chloe se volvió inexpresivo, ella permaneció por en silencio llena de sorpresa por lo que acababa de escuchar. Por un momento sonrío al comprender esas palabras pero de inmediato recordó que eso no era posible y que esa era una historia que había marcado su vida justo antes de morir.
Eso no podía ser real, es por eso que el odio por recordarle esa parte de su vida emergió.
De un segundo a otro, paso a estar detrás de le escritorio sentada en su silla, a estar tomando a la rubia del cuello contra la pared.Con una sola mano la tenía inmovilizada. Y sin importar el intento de Aubrey, no pudo liberarse de su agarre.
—Nadie —comenzó a decir entre dientes —juega —cada pausa parecía eterna y las paredes comenzaron a temblar a su espalda —con algo —llevo el puño de su mano libre hacia atrás —como eso. —su puño impacto justo al lado de la cabeza de la rubia, golpeó con tanta fuerza que incluso algunos cuadros en la pared cayeron al suelo haciéndose estragos.
Suerte que la rubia no necesitaba respirar porque sino sus pulmones hubiesen estado gritando por oxigeno.
—Chloe... Lo que te digo es verdad —intento decir pero sus palabras por poco salían de su boca, le costaba mucho ya que la pelirroja estaba presionando su garganta.
— Vete —pidió en un susurro al soltarla.
—Pero Chlo... —intento una vez más.
— ¡Vete! O juro que hago que te eliminen —dijo muy molesta al girarse para darle la espalda a la rubia.
—Bien —dijo Aubrey dándose por vencida. Comenzó a caminar hacia la puerta.
—Aubrey —llamo Chloe por lo cual la rubia por un momento tuvo una pequeña esperanza. —No vuelvas jamás.
Y sin más la rubia se marchó.
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Y sin importar lo que sucedió esa tarde aún está ahí preguntándose si intentarlo nuevamente. Aún después de toda la distancia, para la rubia, ella sigue siendo parte de su vida, es su única familia.
Algunas veces cuando sus palabras piden que te marches, sus ojos gritan que te quedes.
Pero quizás esa no es la situación ahí. Y después de pensarlo por horas; Aubrey ha decidido que el pasado hay que dejarlo atrás y que debe superar el hecho de que Chloe no volverá a ser como antes.
Así que en lugar de estar pensado, se dirige a realizar sus actividades diarias.Varios días después...
Chloe ya ha terminado sus actividades diarias. Y por actividades me refiero a, lastimar física y emocionalmente a muchas personas. Está en su oficina pensando en nuevas formas para enseñarles a los nuevos fantasmas como dañar a los demás.
Dos suaves toques en la puerta, interrumpen sus pensamientos.
— ¿Quién? —cuestiona, esperando que no sea alguien tan desagradable.
—Soy Jack —informa el chico al otro lado de la puerta.
—Pasa —ordena. —Espero sea importante.
—Me han pedido que te informe que alguien a habitado la antigua casa —informa el pequeño para luego marcharse.
Cuando ella ha quedado sola, golpea con su puño el escritorio. Nadie aparte de los Mitchell puede visitar ese lugar.
Se pone en pie y se transporta al segundo nivel de la casa. Revisa las habitaciones pero todo es oscuridad pura y no hay ruido alguno. Baja al primer nivel pero la cocina y el resto de la casa está en silencio con las luces apagadas.—Sabía que vendrías —dice una voz desde el sofá. Chloe está de espalda pero esas palabras hacen que le recorra algo como una pequeña descarga eléctrica por todo el cuerpo.
Se gira y no es un sueño, ahí esta.
—Señor Mitchell, no esperaba verlo por aquí —dice acercándose a el.
—Pues yo he venido a verte —informa.
—¿Y que lo trae por aquí? —cuestiona sentándose en el sofá, a su lado.
—Un terrible accidente se ha llevado dos vidas esta tarde y creí que era necesario decírtelo —su mirada es triste, el coloca su mano sobre la de Chloe, como señal de apoyo. —La muerte ha llegado a mi familia. —informa.
"Maldita sea" es lo único que puede pensar la pelirroja.
//Hola. Debemos llorar por esas muertes.
Lamento si soy cruel, no olviden que los quiero. Ojalá disfrutarán el capítulo//
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No me dejes
ParanormalBeca Mitchell se muda con su familia para que de esa forma Chloe y Aubrey puedan volver a la rutina de antes. Las chicas fantasmas acuerdan no volver a hablar con ningún humano y aquellos que podían verlas prometen no hablar del tema. Una inesperada...