No me dejes

Capitulo #10

—Chloe, despierta —la voz de la rubia la saca de su descansar.

—¿Puedo abrasar a mi osito? —la rubia ríe.

—Tu no tienes osito —la pelirroja abre los ojos y puede apreciar la oscuridad de la noche.

—Seguimos aquí —afirma con desagrado.

—Es hora de irnos, ellos se han marchado. Debemos apresurarnos y volver a Halton Hill donde estaremos seguras —la pelirroja se pone en pie y sacude su pantalón.

—No —dice con firmeza.

—¿No? ¿A qué te refieres con eso? —el tono de voz de la rubia comienza a elevarse por el enojo.

—No volveré, debo ir por Beca—la pelirroja sale a la calle y comienza a caminar hacia el frente, en realidad no tiene idea de a dónde se dirige. La rubia solo se cruza de brazos y espera a que ella regrese, porque sabe que lo hará. Y no se equivoca, así lo hace. —Ayúdame a transpórtame, no puedo.

—Obvio que no podrás —la rubia rueda los ojos. Puede que vea a Chloe como una hermana pero aveces es realmente molesta.

—Y ahora, ¿de qué carajos hablas? —la pelirroja hace una mueca con sus labios tan característica de ella.

—Los Ángeles, ciudad sagrada. ¿No prestaste atención a lo que dije? Estamos en desventaja aquí, no podemos hacer nada de lo que antes si podíamos. Este lugar nos debilitará y tendremos que descansar más seguido. —hace una pausa —Debemos volver.

—Has venido por mi, quiero recuperar a mi novia y a mi hija. No me permitas perderlas —Aubrey lo piensa por un momento, pero al ver el brillo en esos azules ojos de su amiga no puede negarse.

—Bien, pero si me eliminan quedará en tu consciencia —ambas comienzan a caminar con precaución. No deben ser vistas.

Caminan por casi veinte minutos hasta que llegan a la playa. La brisa fresca, el arrullo del mar; y el silencio de la noche, crea una perfecta armonía ensus interiores.

—Bueno, estamos en Santa Monica. ¿Cómo esperas encontrar a tu novia? —cuestiona la rubia cruzada de brazos mientras el viento sopla su cabello.

—Pues... Revisaremos el interior de cada casa. En alguna tenemos que encontrar a Beca. —Santa Monica es un lugar pequeño, se podría decir, pero aún así hay muchas casas, les llevará días revisar todas.

—Estas loca —Aubrey rueda los ojos mientras Chloe camina al interior de una.

—La locura es necesaria cuando estás  por perder al amor de tu vida. —responde. Atraviesa la puerta de vidrio trasera de una bonita casa.

En el interior se encuentra con el comedor, hay algunos papeles ordenados sobre una mesa, la pelirroja camina por ahí y se dirige a la siguiente habitación. Entra a la cocina, no hay nada que le sirva, pero al ver el refrigerador algo llama su atención, no hay dibujos, ni fotos, ni pequeños imanes de animales, lo cual es raro ya que en todo hogar con niños siempre hay de esos. Pero aún así podría existir la posibilidad que Melody, su pequeña hija a la que busca no exista o de que esa casa sea la equivocada.

Continúa caminando hasta llegar a la sala, todo está muy ordenado y limpio; no hay absolutamente ningún juguete. Camina hasta llegar a las escaleras, las sube. En el piso superior hay tres puertas, al abrir la primera se encuentra con una oficina, la segunda es de un baño y en la tercera se encuentra a una mujer y un hombre. Definitivamente la chica sobre la cama no es Beca, sale rápidamente de la casa y se encamina a la siguiente.