No me dejes

Capitulo #8

—Lo siento, pero todo fue para protegerte Chloe —explica Aubrey.

La pelirroja está en un tipo de trance, todo su mundo se está derrumbando. Su mirada esta fija en la pared, perdida, como si viese la cosas más interesante del planeta.

Es demasiada información para procesar, tan solo unas horas antes, llegó el señor Mitchell con la historia de que él y su esposa habían muerto y le hizo prometer que iría por Beca y también por su hija,  Melody.
Eso causó estragos en el interior de la pelirroja, porque de momento creía que la DJ se había marchado por interés propio y que realmente no la amaba. Y ahora llega Aubrey con esa alocada historia.
En definitiva es demasiado para una sola noche. Lo que la rubia le ha confesado cambia absolutamente todo.

Beca se ha marchado para salvarla. Era aún así, las cosas pudieron ser diferentes.

—Chloe, ¿has escuchado lo que dije? —la rubia esperaba que la pelirroja comenzará a atacar verbalmente, reprochándole de mil maneras el porque no le había confesado antes todo eso, ya se había preparado en múltiples ocasiones para responder ante esas relaciones. Pero no esperaba únicamente un profundo silencio. —Chloe, háblame por favor. —pide con un poco de temor.

Quizás esta vez —con tanta información —la pelirroja ya perdió la razón.

—Ella se fue para poder salvarnos, para salvarte —esta sentada a centímetros de la pelirroja, separada de ella por un pequeño espacio de aire, pero teme romper la distancia y tocarla para que reaccione.

—Beale... —la falta de emoción alguna por parte de Chloe le preocupa, así que toma valor y está por tocar su hombro para llamar su atención pero antes de lograr hacerlo la mirada de la pelirroja se centra en ella.

—¿Te conté de Melody? —el cambio de tema es sorpresivo.

—Es tu hija, me lo dijo alguien más; no tu.

—¿Se parecerá a mi? —Chloe o algo en su interior debe estar mal si está ignorando la verdadera razón por la que se fue Beca, o al menos eso piensa la rubia.

—No lo sé Chlo... —sin saber que más decir, ambas permiten que un incómodo silencio se sigue entre ellas. 

—¿Crees que mañana llueva? —los cambios de tema repentinos preocupan cada vez más a su mejor amiga.

—Chloe, ¿entiendes todo lo que sucede? —otra vez se dispone a observar la pared con mucha determinación.

— Espero que sea un lindo día, quiere ir a la playa. Ahora debo hacerlo, pero no sé cómo —su voz es un susurro.

En esos momentos, Aubrey está considerando si huir o quedarse a devolverle la cordura a su mejor amiga.

—¿ De qué hablas? —la pelirroja no responde, una risita nerviosa se escapa de sus labios. Sin decir más se recuesta en las piernas de la rubia.

—Cántame algo —pide —tengo que saber algunas canciones para cuando este con mi hija.

La rubia sabe que su amiga ya no tiene ni una chispa de cordura en su interior pero no quiere interrumpir la rara aceptación que esta teniendo Chloe.
Quizás solo necesite descansar un rato para después procesar todo.
La pelirroja se acomoda en el sofá y Aubrey comienza a acariciarle el cabello, lo hace hasta que Chloe se ha quedado dormida.