Capitulo #7

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El señor Mitchell se ha marchado, y la pelirroja está más que frustrada por todo.

En primer lugar no puede ir en busca de la DJ o intentar encontrarla, eso sería desastroso por muchos motivos.
¿Cuáles? Pues faltaría a las normas fantasmales que ella misma impuso. Rompiendo la regla más fundamental desde hace mucho, que sería no socializar de ninguna forma con los humanos. Pero también está esa parte en la que le hizo una promesa y ahora está atada a cumplirla.

Está en una situación cada vez más frustrante; y para empeorar todo, luego está la pequeña posibilidad de que su hija este con vida. Lo cual aún no tiene una explicación lógica pero aún así, es muy confuso todo.

Ciertamente, es demasiada información que procesar. Y por más que quisiera contárselo a alguien no sabe a quién. No podría transportarse a casa de su ex mejor amiga Aubrey, porque la ha tratado muy mal todo el último año. Y los demás la odian por todas las acciones que ha realizado, pero también está luchando con sus propios sentimientos.

Beca se fue y la abandonó cuando todo estaba bien. No tenía razón para marcharse pero así lo hizo y ahora resulta que no sólo se fue sino que también de alguna forma tiene a Melody, su hija.
Beca Mitchell pudo haber sido su novia por algún tiempo pero desde la perspectiva de Chloe ella no tiene el derecho de cuidar a su hija, porque sin importar que es un fantasma igual la habría cuidado.

Está frustrada, el tema de Melody es aún más confuso. ¿En verdad podría estar viva?
Es una posibilidad ya que ella jamás vio el pequeño cuerpo de su hija, pero, ¿porque le dijeron que había muerto?

Es tanta la frustración que camina por toda la sala y luego se detiene en el centro soltando un grito aterrador y desahogando así cada duda y sentimiento que se alojan en su mente.
Ella presiona su mandíbula y aprieta con fuerza sus ojos. Está tan concentrada en el dolor que siente su pecho —dolor mental — que no nota que las paredes y el suelo de la casa han comenzado a templar, no lo está haciendo a propósito pero; todas las cosas en las paredes y mesas comienzan a caer al suelo. Algunas no se rompen pero otras no corren con tanta suerte.
La madera del hogar, cruje, los vidrios de las ventanas se hacen añicos, las luces se enciende y se apagan. Todo está fuera de control. Las lámparas caen al suelo, algunos de los bombillos explotan, las puertas se cierran y abren.
Sin duda si hubieran  vecinos, ya habrían llamado a la policía o seguro hubiesen huido.

—Chloe —una mano se aloja en su hombro. La sorpresa hace que la pelirroja reaccione, haciendo lo que su instinto  manda. Ella toma del cuello a la persona y la lanza contra la pared.

Se toma unos segundo para notar lo que ha sucedido, una rubia yace en el suelo jadeante. Mira a su alrededor y nota el desastre que de forma inconsciente ha provocado.

—Oh no, Aubrey —se cubre con las manos su boca. Ella se ha vuelto una completa perra desde que la DJ la abandonó, y lo hizo como mecanismo de defensa para que nadie la volviese a tratar así. Y el dolor la había cegado a tal punto de ser mala con los demás, pero muy en el fondo aún queda un poco de aquella feliz pelirroja, que se sentía demasiado culpable por lastimar a alguien más. — ¿Estás bien?

Todos sus pensamientos le han hecho olvidarse de que debe comportarse indiferente ante todo, es por eso que luce arrepentida por lo que le ha hecho a la rubia.

—Lo estoy —ella se pone de pie y sacude su pantalón —No olvides que  nuestras heridas sanan en el momento —y así es, sus heridas por muy graves que sean, sanan al instante. Pero eso no evita que el fantasma sienta dolor.

—No todas —susurra la pelirroja, recordando toda la angustia y confusión que ha vivido desde que la DJ se fue.
Los primeros meses, no dormía porque una parte de ella quería creer que Beca volvería y se decía a sí misma que tenía que estar despierta cuando eso pasara pero nunca volvió. Al quinto mes decidió aceptar la realidad y fue cuando todo cambio. Aprieta sus puños y toma un largo respiro para alejar todos sus pensamientos y se concentra en el presente. — ¿Qué haces aquí? —pregunta fingiendo desprecio, aunque lo único que quiere es correr a sus brazos.

No me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora