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Malia. El bello nombre que le provocaba a Stiles un dulce sabor de boca cada vez que lo pronunciaba y a la vez era el nombre que le hacía recordar lo tonto que se pude ser para dejar ir a chicas maravillosas que un hombre solo llegará a conocer en toda su vida.

¿Cómo era que en un segundo podías tener todo y al siguiente perderlo con tan solo abrir y cerrar los ojos? Eso era lo que Stiles se preguntaba cada noche mientras se acostaba sobre su cama, mientras observaba perdidamente hacia el techo.

—Maldita sea— se dijo a sí mismo —La haz perdido para siempre.

Se dio la vuelta, dejando de ver el techo, ya que él creía que lo hacía ponerse melancólico, pero ya lo estaba —¿Cómo pude dejarla ir de esa forma?— pensaba en voz alta. Hacía unos cuantos días que había terminado con Malia, o al menos eso le había dado a entender a la joven coyote, bajándose rápidamente y sin responder de su automóvil y ahora el recuerdo le dolía, le dolía el tan solo pensar de que había roto su promesa, de que la había dejado y de que sobre todo no la pudo tener para siempre.

Hacía días que se había prometido dejarla, pues era lo mejor que podía hacer, finalmente era lo que tenía que hacer, seguir adelante. Pero a pesar de las determinadas veces que lo intento no pudo, no podía resistirse a no mandarle mensajes de texto a la chica deseándole los buenos días o ir con ella a estudiar matemáticas por las tardes, pero había aguantado la tentación, por lo menos hasta el día de hoy, en el cual intento llamarla diez veces seguidas sin obtener respuesta alguna.

Fue inútil pensó, al parecer Malia estaba dispuesta a vivir sin el, y también estaba dispuesta a no perdonarlo, pero él sabía que lo merecía, se metía ser tratado así por la chica que el alguna vez había amado.

***

Malia llegó a la casa en la cual no había estado hacía un tiempo, como era de esperarse, su padre estaba dormido en el sofá con el televisor prendido, así que solo entro a la casa rápidamente cerrando estrepitosamente la puerta tras ella. Subió los escalones con agilidad y se dirigió hasta su pequeña habitación, donde aún estaba su cama deshecha y algunas de sus cosas seguían en cajas, camino a tropezones por la habitación, pero no le importo en absoluto, su prioridad era dormir todo lo posible o al menos intentarlo, ¿pero cómo podía logarlo cuando se sentía así? La ruptura le había afectado, la había hecho débil y eso le molestaba, los Hale no eran débiles y ella no sería la excepción.

Se recostó  sin esfuerzo sobre su cama mirando en dirección hacia la ventana, necesitaba un descanso, de todo esto, necesitaba alejarse de todo, pero sabía que no podría, no después de que pertenecía a una manada a la cual no quería abandonar.

Una lágrima se rodó por sus mejillas, pero no solamente era de tristeza, la lagrima contenía algo más; frustración, era así como se sentía Malia después de todo, y Stiles no ayudaba mucho en el tema. La chica trato de enfocar su mente en otra cosa, como pensar en cómo derrotar a su madre, pero no podía, en su mente solo circulaba la imagen de Stiles.

Malia gruñó, ¿cómo se suponía que se olvidara de alguien si le era tan difícil a su mente dejarlo ir? Pensó que lo mejor era deshacerse de todo lo que le recordaba a él, y eso hizo, había quemado las fotografías ese era su primer paso, pero al parecer su mente no podía borrar nada, y era más difícil deshacerse de eso, o por lo menos no sería tan fácil intentar quemar su mente sin salir ilesa.

—Estupido dolor— gruñó entre dientes—Estupido amor

Las lágrimas seguían escurriendo por las mejillas de la chica — No— se dijo a sí misma —Ni una sola lágrima por una cosa tan estupida.

***
Stiles no podía dormir, algo le hacía falta, y estaba seguro de que no era su viejo oso de peluche, el chico daba vueltas desesperadamente por la cama, rodando de lado a lado una y otra vez.

Decidió que lo mejor era quedarse quieto y evitar que la ansiedad y la hiperactividad lo dominarán, pero ahí estaba, el lado de la cama donde alguna vez había dormido Malia, estaba completamente frío y ya no contaba con ese pequeño hundimiento de cuando ella solía levantarse por las mañanas.

Decidió que lo mejor sería levantarse, ya que había desperdiciado la mitad de su noche tratando de dormir pero le fue  imposible, se levanto y realizó su aseo personal, desayuno un plato de cereal y preparo sus cosas para dirigirse a la escuela. Ruidos provenientes del piso de arriba inundaron con estruendo la sala principal

—Stiles— susurró el Sheriff que bajaba portando su pijama— ¿Qué haces despierto y arreglado a esta hora?

—Me preparaba para la escuela— hizo una media sonrisa

—¿Irás en sábado?

Sábado, había olvidado completamente qué día era —Creo que hice esto sonámbulo— replicó el chico, regresare a la cama, dejó sus cosas sobre el sofá y siguió el camino escaleras arriba.

—Espera— dijo el padre, Stiles se paró en seco a media escalera—Se que Malia era todo para ti, pero tú la dejaste ir, hijo

—¿Cómo se supone que ese consejo me ayude?—pregunto dándole la espalda al Sheriff

—Me refiero a que ya la perdiste, ahora recupérala— Stiles permaneció unos cuantos segundo más en media escalera, antes de retomar su camino hasta su habitación, ahora recupérala esas palabras se habían quedo grabadas en su mente, y al menos esperaba tener el valor para poder intentarlo.

Broken Hearts ▸ Stalia ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora