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Stiles cerró la puerta de su habitación causando un gran estruendo en toda la casa, se había precipitado en dirección a su cama en la cual se encontraba de tal manera que miraba aquella pizarra transparente donde colgaban unas cuantas fotos y había algunos hilos de varios colores conectando cada una.

—Stiles— decía el Sheriff Stilinski tocando la puerta con suavidad—¿Stiles todo bien?

Stiles tragó saliva, la cual ahora se sentía tan espesa que le costaba trabajo pasarla, se le había hecho un pequeño nudo en la garganta después de lo sucedido en esa noche— Estoy bien— articulo el chico disimulando la dificultad que este tenía de poder hablar— Solo estoy cansado— espetó

—De acuerdo— dijo el Sheriff con notable suavidad en su voz.

Stiles abrió vacilantemente la portátil que tenía, y buscó rápidamente entre los archivos, y fue ahí donde se encontraba una parte de un video, un video de una cita de él y Malia del cual se acordaba perfectamente y que posiblemente ella no recordaría, lo tomó y por un segundo pensó en eliminarlo pero de repente recordó algo de lo que alguna vez había hablado con Kira

—¿Sabes como esta?— recordaba que le había preguntado a la joven kitsune.

—Lo último que ella me ha contado es que tiene un video, un video de ustedes dos al parecer pero dice que no tiene una segunda parte— comentó la chica con suavidad hasta que se dio cuenta de lo que había dicho— Se supone que no debía mencionarte eso.

—Creo que sé de qué video estás hablando y creo que lo tengo— dijo Stiles dudoso, puesto que recordaba tener unos cuantos videos pero nunca se imaginó que Malia tuviera tanta curiosidad y ahora ahí frente el portátil de vuelta en la actualidad se encontraba tecleando rápidamente la dirección de correo electrónico de la chica y después tecleando con la misma velocidad el asunto para unos momentos después adjuntar el video y enviarlo sin vacilar a la chica que alguna vez había sido suya y que aún en alguna parte el sabía que ella aún era su chica y a pesar de todo lo sucedido en esa noche, detrás de aquella pelea el aún sabía que había una chispa, una chispa que aún existía entre ellos y que no se había extinto por completo.

Stiles se bajó estrepitosamente de la cama, caminando con torpes pasos hasta su pequeño escritorio en su desordenada habitación, tomó algo de lápiz y papel, se sentó y comenzó a escribir una de las muchas cartas que sabía que no servirían de nada pero aun así el chico no se daba por vencido en que algún día Malia, tomara aquellas cartas y leyera por lo menos una, y así fue como se puso a escribir otra carta hacía la que había sido su chica.

***

—¿Malia?— resonaba la voz en el teléfono de la chica al otro lado de la línea— Por el amor de Dios, contesta.

—Sigo aquí— repuso en tono de exasperación, tomó un pequeño respiro para no terminar arrojando el pequeño móvil y volviera a perderse justo como el día en el que había roto con Stiles— ¿Qué es lo que quieres, Lydia?

—Vi la pelea con Stiles— menciono Lydia del otro lado de la línea lanzando un peqeño suspiro— y me preguntaba si todo estaba bien

—Lydia, creo que después de pelear con una persona las cosas no están bien, ¿no crees?— contestó la coyote con agresividad.

—Está bien, lo comprendo— dijo la banshee tratando de tranquilizar a su amiga— Sabes que puedes llamarme si es que lo necesitas.

—Gracias, pero necesito estar sola— dijo y terminó la llamada colgando el móvil.

Malia salió al patio trasero de su casa, llevando la misma ropa de siempre sentándose en el pasto sin importar que la ropa se le mojará por la lluvia fría que caía. No sabía cómo sentirse después de aquella noche, puesto que había tenido una mezcla de emociones, por un momento pensó que en realidad Stiles no había sido el idiota que había parecido en las últimas semanas y que había sido tan fría y él no se lo merecía; pero en un instante todo había cambiado y había recordado por qué se comportaba así con él, porque a veces era tan fría y cortante con Stiles, porque después de todo no importará lo que pasará, Stiles siempre cometía los mismos errores con ella.

La joven Tate se quedó ahí, bajó la lluvia deseando poder volver a ser un coyote, volver a poder perderse de nuevo en l bosque y actuar como si fuera un animal salvaje más en el Beacon Hills y tan solo ser capaz de fundirse con la espesura del bosque, pero sabría que eso no pasaría.

—¡Malia!— exclamó su padre desde la puerta que daba hasta donde se encontraba la chica— ¿Qué demonios haces allá afuera?

La chica no respondió, solo se limitó a encogerse de hombros y dirigirle la mirada al señor Tate.

—Vamos, es tarde, tienes que descansar, hay cosas que tienes que hacer mañana por la mañana y cosas que preparar antes de irte de campamento con los Yukimura— mencionó mientras tomaba a Malia por el hombro— Y también deberías secarte— Malia asintió ante su padre y se dirigió con rapidez hasta su habitación donde cerró la puerta con suavidad y antes de hacer otra cosa, como ya se le había hecho algo de costumbre, fue por su portátil y la encendió por última vez con esperanza de que algo nuevo se encontrara en ella cuando la encendiera y revisará de nuevo en todas partes para encontrar algo, fue ahí cuando la computadora se encendió y la pantalla desplegaba un mensaje, el cual la chica miró con sorpresa.

Broken Hearts ▸ Stalia ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora