Pasaron los días y debía acostumbrarme un poco a la vida de Darren.
Él era un gato callejero. Yo también lo era, pero yo aceptaba la ayuda de los humanos para sobrevivir. El acudía a robar la comida, a causar desastres y a dormir en cualquier lugar aunque sea en la noche fría.
No me gustaba mucho su vida. Pero era mi amigo y si él podía vivir así. ¿Por qué yo no?
Lo podía aceptar. Aunque no me agradará para nada la idea de robar.
-¡Rápido Yuuma, te van descubrir!- dijo Darren, susurrando desesperado. Tenía que moverme rápido, en ese momento me acercaba a un cesto de pescado mientras el vendedor estaba distraído.
Rápidamente agarré un gran pescado gris y corrí al callejón donde se encontraba Darren. Por suerte no hice mucho ruido al robarlo y el vendedor no se dió cuenta de nada.
-Hey, ¡Muy bien, Yuuma! Has agarrado un salmón esta vez. Y bastante grande para nosotros dos. ¡Comeremos bien hoy!- decía Darren muy contento y anonadado por el gran pescado que traje.
Yo no era muy conocedor de pescados. Después de todo, apenas empecé a vivir como gato, sólo me daban trozos de carne y comida de gato. Por lo que él me estaba enseñando cada vez que tomaba un pescado, como se llamaban.
-Soy bueno en esto ¿no?- reí.
-Claro, Yuuma- rió- ¡Serás el mejor ladrón de pescados en esta ciudad!
Reímos juntos.
Me dolía un poco que tomara la palabra ladrón tan a la ligera. Aunque... él más que eso... sólo se esfuerza por seguir viviendo aunque el mundo lo rechace.
No debo juzgarlo...
-Bien, vamos a la guarida.-dijo Darren alegre.
-Está bien.-asentí.
Al momento en que Darren se dió la vuelta me acababa de dar cuenta. Había una pandilla de perros gruñendonos detrás de él.
Nosotros por instinto, nos erizamos y mostramos los dientes
desafiantes.-uno de los perros, el más grande, se rió- ¿En serio creen que nos espantarán así?
-¿Qué es lo quieren?- gruñó Darren.
El perro se acercó a Darren a una distancia muy peligrosa.
-Tú ya lo sabes, gatito... ¿No crees que deberías morir?- susurró el perro mirando fijamente a Darren.
-¿Por qué debería? Si puedo sobrevivir en este maldito lugar... ¿Para qué morir?
-Já. Te lo he repito miles de veces, Darren. ¿Quién crees que son esas personas a las que les robas cada día para "sobrevivir"? ¡Pues nuestros amos!- el perro se abalanzó sobre Darren e intentó morderle el pescuezo. Pero él pegó un salto antes de que el perro lo agarrara.
-Ah, Darren. ¿Estás bien?- le dije corriendo hasta él.
-Sí, tranquilo. ¡Tú sólo escóndete!- me gritó apenas volteó a mirarme.
-¡Oh! ¿Qué tenemos aquí? ¿Un nuevo amigo, Darren? ¿Por qué no nos has presentado?- dijo el perro mirándome ahora a mí.
Se podría decir que estaba asustado. Nunca había tenido problemas con un perro y aún no sabía defenderme contra uno. Además era tan grande y aterrador...
-Hey, ¡Cuidado Yuuma!- me gritó Darren, pero cuando voltee a verlo, el perro me mordió el lomo y me lanzó lejos.
-¡Aagh...!- grité por el dolor de sus dientes destrozando mi espalda. Mi cuerpo ahora temblaba, el dolor no era tan soportable.
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Historia de un gato negro
Random¿Sabes de donde vienen los gatos negros? Ellos también tienen una historia, como todo el mundo. Esta es la historia de cierto gato negro. Puede ser triste lo que le ocurrió, o algo que cualquiera querría que le pasara. Pero claro, el sólo era un gat...