Mi nuevo cuerpo

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Desperté en un lugar oscuro con escasez de luz.

No sé como llegué allí.
Sólo recuerdo que me llamo Yuuma.

Y que un día cuando encontré a un gato negro, un rayo cayó sobre él y yo. En ese momento yo era un humano... pero ahora... mi cuerpo ha cambiado y soy gato.

¿Cómo me convertí en un gato? ... ¿Cómo es posible? Y más importante aún, ¿Por qué no recuerdo nada de mi vida como humano?

Y ese gato que encontré aquel día... ¿Dónde está? ¿Qué le ocurrió?

Me levanté en mis cuatro patas tambaleándome un poco al no estar acostumbrado a este cuerpo y empezé a caminar. Las gotas de lluvia no se detenían y daban pequeños golpes a mi cuerpo. Pude ver un macetero con una planta de grandes hojas y me fijé que debajo de ella no caía tanta agua. Me resguardé debajo de ella para no mojarme y me sacudí para quitar algo de agua de mi pelaje. Seguí mirando. Había una banca negra también allí y todo el piso estaba mojado.

A decir verdad, las gotas que caían del cielo no me molestaban. No me molestaba mojarme. Sólo que al mojarse mi pelaje me daba cada vez más frio.

Seguí mirando y entre los fierros del barandal, pude ver el atardecer oculto por las nubes grises que desprendían lluvia. La mañana de este día fué que ocurrió todo. ¿Cuánto habré dormido?

Decidí alejarme de la planta para acercarme a la gran puerta de vidrio, que se deslizaba con que la empujara, pero de todos modos ya estaba abierta.

Me dí cuenta que estaba en la casa de un humano.

Entré a la habitación y había muchos cuadros con pinturas. Algunas eran coloridas y otras de colores oscuros y opacos como mi pelaje; Negro.

Me pregunté que cosas pensaba este chico para pintar cosas tristes o de colores oscuros, cuando también había cuadros con colores vivos y alegres.

Habían manchas de colores por todo el piso causadas por esos líquidos que ocupan los humanos para pintar. Salté a un sofa y me encontré con unos trozos de vendas tiradas allí. ¿Qué estaba haciendo el humano?

Miré a un lado del sillón y había una mesita. Encima de ella había un cuadro de madera con una fotografía. Eran 4 amigos riendo.

"Uno de ellos debe ser el dueño de esta casa." Pensé soltando un maullido.

Salté al piso en busca de alguna pista que me dijera quien vivía aquí. Subí a otro mueble pegado a la pared para tener una mejor vista de la habitación y ver si encontraba algo. Y lo encontré.

Había un cuadro colgado a la pared donde aparecía el rostro de uno de los chicos que vi en la fotografía de hace un rato. Tenía los ojos rasgados y ojos azul celeste, con su cabello castaño oscuro. Así que era japonés este chico. También al parecer una rareza por sus ojos claros. Debe ser él entonces. El cuadro decía "Recuerdo de mi Graduación..." en letra grande y llamativa. Al lado de su foto estaba escrito su nombre. Cuando lo leí no podía creerlo. Decía "Yuuma Hirose".

Era yo.

"¿Yo... vivía aquí? ¿Yo? No puede ser... Esos recuerdos... ¿Dónde están mis recuerdos?" Maullé desesperado.

Estaba asustado y empezé a maullar buscando alguien que me ayudara a entender esto. Eso parecía. Estaba descontrolado y iba de un lado a otro saltando y corriendo como loco. Hasta que me topé con lo último que hubiera deseado...

Frenté a mi encontré un cuadro donde aparecía una familia. Mi familia... Mi madre; tenía unos hermosos ojos azules y su pelo castaño claro, corto hasta los hombros y su piel clara. Una mujer muy linda. Mi padre; con cabello negro y ojos marrones, apesar de ser simples sus rasgos era atractivo y vestía traje. Tenía rasgos de asiático. Así que mi padre era el japonés. Y... Mi hermana; por su tamaño, pude deducir que no tenía más de 10 años. Su cabello era castaño oscuro y tenía unos lindos ojos celestes. Vestía un vestido azul y una diadema púrpura sobre su cabello. Se veía muy tierna al lado mío...

Frente a ese cuadro empezaron a brotar las lágrimas de mis ojos y maullidos de lamento llenaron la habitación... Estaba triste, asustado... No entendía nada...

¿Por qué fuí separado de mi familia...? ¿Por qué ya no podré ver a mis amigos...? Me hacía preguntas mientras lloraba.

Lloré hasta que amaneció. Pensando en lo que perdí y lo que no podía recordar. Lamentandome de todo. Mi familia, mis amigos, mi vida...

Me arrebataron tantos recuerdos que ahora no tengo...

Ese día entendí que perdí mi vida. Y ahora tenía que acostumbrarme a una nueva. La vida de un gato negro.

Ese era el problema... A pesar de no recordar mi vida y no conocer muchas cosas, sabía lo que cualquier ser vivo sabía. Como que los gatos negros eran odiados por los humanos... Dicen que les causamos la mala suerte y que provocamos que tengan un mal día, cuando en realidad sólo somos gatos, como un gato cualquiera. Sólo que con un color diferente... Si un gato blanco con manchas no te causa nada, ¿Por qué nosotros lo haríamos? Sólo es un color diferente...

Será dificil, pero supongo que tendré que adaptarme a esta vida de felino y seguir el destino de nosotros.

Me pregunté, ¿Cuál es el objetivo de los gatos en este mundo?

Sería... nacer, crecer, aprender a cazar y saltar de grandes alturas, y si se da la oportunidad, encontrar a un amo que lo cuide y morir a su lado.

Desgraciadamente, para un gato negro es algo imposible. Pero no pierdo nada con intentar. Quizás haya un humano que quiera acojerme.


Historia de un gato negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora