Un atentado

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Un día como cualquier otro en Ikebokuro...

Izaya en una bata de hospital, escondido en un rincón y hablando por su celular: -Shinra tienes que sacarme de aquí, este lugar es horrible, no dejan ni que mis hermanas me vean, no hay otoro, y...

Doctor genial: -¡¡¡Te encontré!!!

-Bip bip bip

Shinra: -Izaya, ¿quien te encontró?, Izaya

Este día Izaya actuaba algo raro, quizá era por causa de un conjunto de situaciones, por un lado no tenía su navaja a la mano, además sólo lo cubría una batita (ni siquiera traía ropa interior), y todas las veces que intento salir o que discutió con su doctor, terminaron bombardeándolo las enfermeras con calmantes, incluso lo sujetaron a la cama con unas correas, aún no estaba seguro de como logro liberarse de ellas. Ni siquiera podía usar su parkur, porque aún estaba mareado y desorientado; y por otro lado sólo tenía su celular con sigo porque le coqueteo a una enfermera y ella se compadeció de él, entregándole dicho aparato. No le permitieron visitas, no le explicaban bien lo que tenía y lo ignoraban casi todo el tiempo, la comida era un asco y todo apestaba a ese desinfectante barato.

Izaya: -Seguramente lo enviaron a buscarme, no me regrese con mi doctor porque yo voy a salir de aquí, ya estoy mejor-dijo con una confianza y vitalidad, aún tratando de reponerse de su desorientación y peor aún a pesar de no haberlo dicho de forma altanera o con desdén, se veía en sus rojos ojos esa soberbia.

Doctor genial: -¿cuál es tu nombre?

Izaya: -Izaya Orihara

Doctor genial: -Mi nombre es Sabu Saotome, y me caes bien Orihara San. -extiende su mano.

Izaya la toma sin dudar y deja que le ayude a levantarse, aún no sabe el porque pero algo en este hombre le inspira confianza.

Doctor Sabu Saotome: -sin embargó debes quedarte por tu propio bien.

Izaya: -¿puede usted darme una segunda opinión?, no me han querido dar una.

Sabu Saotome: -Claro, si quieres puedo revisarte, sígueme.

Comenzaron a caminar por el pasillo y todos se les quedaban viendo, tanto pacientes como doctores y enfermeras, sin embargo los interceptó otro médico.

Izaya se escondió detrás de Sabu Saotome tratando que no lo vieran pero fue inútil.

Doctor: -Saotome, gracias por encontrar a mi paciente.

Doctor Sabu Saotome: -Doctor Mao, no necesita agradecer nada.

Izaya se sintió profundamente herido, Sabu lo estaba regresando a las manos de ese terrible e inútil doctor, incluso le dirigió una mirada de tristeza por esta traición (mirada que Sabu ni siquiera notó), pero...

Doctor Sabu Saotome: -Porque no se lo voy a devolver, ahora es mi paciente, me haré cargó. -dijo mientras atraía a Izaya hacia sí.

Izaya se sorprendió pero también se puso alegre, mientras un ligero rubor coloreaba sus mejillas y contrastaba con su pálida piel.

Doctor Mao: -Pero es un paciente muy problemático, además es peligroso, tuvimos que sedarlo varias veces.

Doctor Sabu: -Tomo toda la responsabilidad sobre Orihara San

Doctor Mao: -pero...

Doctor Sabu: -He dicho que tomo toda la responsabilidad, o cree que no se que le va a poner una "gringa" para castigarlo por escaparse. Se lo advierto, si no trata mejor a sus pacientes, tendré que reportarlo.

El embrujo de los ojos carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora