Capítulo 10

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Joder, llegaba tarde. Cogí la moto a toda hostia y me dirigí a la iglesia. Subí rápidamente las escaleras hasta la sala donde estaba Amelia.
- ¡Perdón!- dije en cuanto abrí.
- Vístete. Ya.
- Voy, voy. Perdona, no quería llegar tarde.
- Cállate.- la miré.
- ¿Estás muy nerviosa?- dije con una sonrisa mientras sacaba mi vestido del plástico.
- Muchísimo.- me reí.
Amelia se casaba. ¡Mi mejor amiga se casaba! Increíble. Me puse el vestido junto con los tacones. En seguida, entró la estilista y me arregló el pelo y me maquilló. Estaba tan contenta por Amelia. Joshua era un buen chico sin duda. Llevaban 5 años ya. Suspiré sonriente. Am estaba guapísima. Picaron a la puerta y fui a abrir.
- El novio no puede verla antes de la boda. Pírate.- le dije a Joshua.
- Oh vamos.
- Josh, fuera.
- Vale, vale. Me voy.
Sonreí. También se veía muy nervioso. Volvieron a picar y allí estaban los padres de Amelia. Se emocionaron tantísimo al verla. Sonreí de nuevo.
Después de unos minutos me llamaron, ya que tenía que salir antes que la novia. Salí después de abrazar a Amelia. Bajé y busqué a mi pareja. Estaba igual de guapo que siempre. Y ese traje le hacía tan elegante... Se acercó a mí y me tendió el brazo. Se lo cogí.
- Estás preciosa.- me dijo.
- Estás impresionante.
- ¿Preparada?- asentí.
Caminamos por el corredor hasta llegar donde el cura y el novio. Nos pusimos en nuestros respectivos sitios y segundos después la música empezó a sonar. Amelia apareció junto a su padre. Se me humedecieron los ojos. Estaba preciosa.
La comida estaba jodidamente buena. Estaba sentada junto a Amelia y mi chico entre bromas y risas.
Después de la comida y el discurso de Ethan, el mejor amigo de Josh, me tocó a mí. Y, mientras leía en el papel, se me saltaron las lágrimas. Acabé y fui a abrazar a Amelia.
Hora de volver al hotel. Cogí la moto y me dirigí al hotel en el cual nos estábamos quedando. Mientras le esperaba, rebusqué entre su ropa y saqué una de sus camisetas. Me la puse y me fui al comedor. Minutos después, entró por la puerta.
- Entrar y verte así es una de las mejores cosas que me pueden pasar.
- Idiota.- le dije riendo.
- Voy a cambiarme.- asentí.
Se dirigió a la habitación y volvió a entrar con solo los bóxers. Se sentó a mi lado y nos quedamos abrazados.
- Te quiero tantísimo.-le dije suspirante.
- No tanto como te quiero yo a ti.- me contestó.
- No te lo crees ni tú.- le dije riendo.
Me miró y le saqué la lengua. Se rio y me besó. Sus labios siempre habían sido mi perdición. Le quería tantísimo...
- Nunca he querido a nadie como te quiero a ti.- me dijo. Suspiré y le abracé más fuerte.
¿Quién me iba a decir que a los 25 años estaría tan malditamente enamorada de aquél chico que me rescató de mi peor pesadilla?

- Es graciosa la manera en la que nos conocimos.- dije riendo tristemente.
- Realmente es lo único que cambiaría de nuestra historia. Estabas tan asustada...
- Lo estaba. Y lo sigo estando en muchísimas ocasiones. Luego te veo y sé que no me pasará nada junto a ti.
- Te quiero tantísimo, Mel.
- Te quiero muchísimo, Shawn.
Y es que mi historia con él ha sido muy complicada. He vivido con él durante un año, para luego no verle durante 4 y empezar una relación hace 5 años, des de que nos vimos en ese pequeño local. Shawn se había hecho bastante famoso y no podía estar más orgullosa de él. Le quería tantísimo... Era increíble lo mucho que había hecho por mí.
Nos habíamos mudado a una casa en Londres y dentro de dos días volvíamos a casa. Me abracé más a él. Le miré y vi que se había quedado dormido. Busqué una manta para taparnos.
Yo no podía dormir. Me puse a pensar en todo lo que había pasado. A Guillermo, Adam y grandullón los habían metido en la cárcel. Seguía sin saber que cojones querían de mí o de mi familia. Suspiré. Hacía un año que había dejado de ir al psicólogo. Me había pasado 8 años yendo y seguía teniendo pesadillas en algunas ocasiones. En muchas ocasiones Shawn tenía que viajar y a veces no podía ir con él. Esas noches eran las peores.
Le miré. Le abracé más fuerte y poco a poco, me fui quedando dormida en mi sitio favorito, sus brazos.

Me desperté por unas cosquillas en la cara. Poco a poco abrí los ojos y me encontré con Shawn dándome besitos por la cara. Me reí. Así si era un buen despertar.
- Buenos días, bebé.- me dijo.
- Buenos días, amor.
- Tenemos que bajar a desayunar.- asentí.
Me recogí el pelo en un moño y me puse unos pantalones largos, dejándome la camiseta de Shawn. Él se vistió y me cogió de la mano para bajar al recinto.
Cuando acabamos y subimos arriba de nuevo, decidimos quedarnos todo el día en la habitación, ya que hacía un tiempo de mierda y llovía muchísimo. Me quité los pantalones y él se quedó en bóxers. Me abracé a él en la cama y, en cuanto nos miramos, juntamos nuestros labios. La cosa se fue poniendo más intensa, hasta que los dos acabamos siendo solo uno.
Mierda, llegábamos tarde al aeropuerto. Joder, siempre llegaba tarde a todas partes. En cuanto llegamos, pasamos los controles rápidamente y nos metimos en el avión.
Ese fin de semana decidimos ir a dar una vuelta por Hyde Park, ya que días soleados en Londres no se pueden apreciar muchas veces.
- Quiero decirte una cosa.- me dijo nervioso.
- Dispara.
- Esto... Yo...
- Amor, ¿qué pasa? - me paró.- Shawn, me estás asustando.
- Des de el primer momento en el que te conocí supe que estábamos destinados a estar juntos. Y aquí estamos, después de 10 años de conocernos, después de haber pasado por tanto...- se arrodilló delante de mi. La gente se nos había quedado mirando.
- La gente nos mira, levántate.- dije para luego soltar una risilla.
- Nunca voy a querer a nadie más, nunca de la manera en la que te quiero a ti. Por eso quiero pasar el resto de mi vida junto a ti.
- No me jodas, Shawn.- dije con lágrimas en los ojos.
- ¿Te casarías conmigo?- me soltó después de sacarse una pequeña caja con un anillo precioso en ella. Me quedé sin palabras.- ¿Mel?- dijo nervioso. Lo levanté del suelo y lo abracé con todas mis fuerzas.
- Nunca te diría que no.- dije medio llorando.
- ¡Ha dicho que sí!- gritó. Me reí y lo besé.
No me lo podía creer. Me acababa de pedir matrimonio. Dios mío.
Nunca querría a nadie más como le quería a él. Shawn me había demostrado que después de todo, una persona puede llegar a ser feliz, me había ayudado a vencer mis traumas, me había enseñado a amar de verdad. Y es por eso que nunca me arrepentiré de nada que lo involucre a él.
Shawn Mendes era el amor de mi vida y nada ni nadie podría cambiar eso.

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Y se acabó. ¡Hey! ¿Cómo estáis? Bueno, la historia se ha acabado... ¿Os ha gustado? ¡Espero que sí! No creo que haga epílogo porque realmente me enrollaría y no quiero eso hahaha. Bueno queridos, espero que todo os vaya bien, besos babes♡
Pd: Estoy intentando empezar otra historia, pero no sé si subirla aquí o no... Además que tengo el síndrome de la página en blanco como me dijo una amiga, ya que la empiezo y la borro de nuevo...

Secuestrada. |Shawn Mendes|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora