RESUMEN DEL FINAL DEL SEGUNDO LIBRO

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Cuando los grandes kruhns y Magos del Azul llegaron a Kailom desde el Sur, una gran batalla se libró en la capital norteña, Camino de Plata. Allí, el nuevo Rey, Nard, luchó con valentía contra este ataque. En medio de la batalla, una luz invernal lo invadió todo. Se trataba de Tyon, que había adquirido los poderes de la Bruja del Hielo al haberla matado días antes. En medio de la Gran Batalla, Olmh, el Gran Señor Oscuro, mató a su padre Maryn el Viejo y luchó contra su valiente hermano, Rasth. En ayuda del joven, Tyon fue a ayudar a Rasth para acabar con Olmh y aquella rebelión que había desencadenado. Olmh, utilizando su gran arma, cortó los brazos de Tyon. El verdadero Rey pidió a Rasth que acabara con su vida antes de que sus poderes invernales pasasen a Olmh. Rasth acabó su sufrimiento con una estacada en el corazón y huyó con Sybil, la dolorida amante de Tyon, lejos de Camino de Plata y con los poderes de la Bruja del Hielo ocultos en su corazón.

El Señor Oscuro Olmh se hizo con la Capital de Kailom...

*   *   *   *

El castillo de Camino de Plata estaba silencioso. Miles y miles de kruhns y de Magos del Azul inundaban sus salas. Los Xirtios permanecían en las jaulas de las mazmorras sin hacer el mínimo ruido.

    Solo se oía la respiración de un ser pálido como la nieve y oscuro como la noche, de ojos penetrantes, uno rojo como la sangre y otro blanco como la niebla, de brillantes y afilados dientes, y con la cara abrasada y arrugada como un pasa por causa de las llamas. Vestía una túnica ligera como una pluma y negra como el ébano. Este ser estaba frente al Trono de Kailom, con sus dos ojos desafiantes y oscuros acechando cualquier movimiento de aquella ennegrecida y contaminada tierra que ahora era suya. Miró el gran Trono. El reluciente Trono. El poderoso Trono de Kailom.

    La criatura rozó con sus afiladas uñas la superficie rocosa y suave del asiento del rey y, con un lento movimiento, se sentó en el Trono.

    Dio una profunda respiración mientras cerraba los ojos. Ahora era suyo. Todo el reino, Kailom era suyo.

    Abrió los ojos. Uno blanco, inútil y ciego. Uno rojo, brillante y aterrador, sumido en las sombras y las tinieblas.

    Olmh sintió la fuerza del Trono en su interior. Sintió la fuerza de aquella tierra en su oscuro interior.

    Y sonrió.

    Y sonrió

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RECUERDOS DE LLUVIA - TERCERA PARTE DE LA HISTORIA DE KAILOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora