la seducción de Elisa

Capitulo 13

Elisa estaba casi lista para salir al escenario, esa noche interpretaría a la hermosa cortesana Marguerite Gautier más conocida como "La dama de las camelias", sentía cierta empatía con aquella mujer que amo tanto a Armando Duval y que murió en tan mísera desgracia esperando su compasión – que tontas son las mujeres enamoradas – pensó.

Termino de acomodarse el incomodo vestido estilo siglo XIX, lo mas incomodo era el corsé y el miriñaque, Elisa pensó en lo difícil que hubiese sido para una mujer de esa época tener un revolcón ocasional con tales prendas y se rio de su pervertida idea, continuo acomodándose la parte delantera del vestido color rojo cereza con encajes negros, aquel vestido dejaba entrever una gran cantidad de piel blanca del pecho de Elisa, gracias al corsé la cintura de esta parecía más pequeña y modelada. - pensó – que no se podía negar que aquella vestimenta era muy sensual.

Al terminar se observo frente al espejo encantada con lo que el espejo le reflejo salió hacia el otro camerino donde se encontraban algunas de las actrices entre ellas Johana con un vestido similar al suyo, ella interpretaría a la cortesana y amiga de Marguerite Prudence Duvernoy.

Se acerco a ella quien en cuanto la vio, asombrada y encantada exclamo – ohh Eli te ves hermosa, como te luce esa vestimenta – Elisa se rio por su ocurrencia y contesto – gracias joha y tú te ves bellísima también, esta vestimenta nos luce a ambas – su amiga sonrió y mirando hacia al fondo con mucho interés le dijo – Eli tu armando es guapísimo, que suerte tienes – Elisa se giro a ver a Bruno quien interpretaría a Armando el gran amor de Marguerite, no había notado antes los guapo que era; Moreno, alto, con un cuerpo escultural sin ser muy exagerado, cabello negro azabache, cejas pobladas y ojos de un profundo café un poco achinados. Era realmente guapo y era la primera vez que Elisa lo notaba, no podía creer que antes no había puesto atención a aquel espécimen tan perfecto, aunque claro ella ahora se desvelaba por unos ojos azules que se esconde tras unos lentes, algo aturdida Elisa encontró la mirada de Bruno y le sonrió con coquetería, el le devolvió la sonrisa con un guiño, Esta se volvió hacia su amiga y dijo risueña – Que suerte tengo Joha tienes mucha razón – su amiga se rio y le dijo – no olvides que tu ya tienes un Armando de ojos azules Eli – en ese momento Elisa tuvo la sensación de estar haciendo algo incorrecto al siquiera observar y coquetear con otro hombre que no fuera Sebastián, se sentía confusa con tantas emociones, trato de echar a un lado aquellas ridículas emociones y sonriendo se despidió de su amiga diciendo – Te veo en el escenario Joha. - No se quedo a esperar respuesta, salió a su camerino a retocarse y ensayar un poco antes de que empezara la obra.

Un rato después intranquila se sentó y pensó en la culpa que la había invadido por observar con interés a Bruno y se dijo a si misma en vos alta – Elisa deja esas estupideces del amor y la culpa a un lado, vas a dejarlo en algún momento y lo olvidaras, puedes besar e incluso mas con Bruno, no amas a Sebastián claro que no – suspiro y sacudió la cabeza pensando en lo ridícula que debía verse hablando consigo misma, en ese momento Bruno entro y le dijo – Eli la obra va a empezar, ¿vienes? – ella algo aturdida por su presencia asintió y sonrió antes de contestar – si vamos – Bruno le sonrió y le dijo con insinuación – te ves hermosa Elisa – la alagada sonrió y salió del camerino rumbo al escenario con Bruno siguiéndole.

Sebastián entro en el teatro y se sentó en la tercera fila, las luces aun estaban encendidas y la obra aun no había empezado, respiro aliviado de llegar a tiempo para ver a la hermosa Elisa dominar su amado escenario. Unos minutos después las luces se apagaron en el publico y el telón del escenario se abrió mostrando una escena de opera muy realista de pronto Elisa con un provocador vestido rojo sale y hace la escena en la que es presentada con Armando, Sebastián no pone mucha atención al dialogo solo puede ver el cuerpo de Elisa envuelto en tan provocadoras ropas y se dice a si mismo que debe desvestirla con sus propias manos al terminar la obra.