d i e z | «chanbaek»

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De veganos y carnicerías
|chanbaek • comedia ; 1.7k|

Dedicado a mi hermosa y siempre bella Monik94

Cuando Byun Baekhyun entró a De Petites Quantites de Soju ya tenía encima al menos seis o siete copas de algo que ni él mismo supo identificar. Se tambaleó desde la puerta hasta el taburete especial de los borrachos desdichados como le había bautizado Joshua el día que había llegado Kim Jongin proclamando que su vida era miserable porque Do Kyungsoo era perfecto y él lo sabía pero el único que no podía entenderlo era su perro obeso quien parecía tenerle una aversión especial a aquel que amaba.

—Mi vida apesta a carne de cerdo —chilló Baekhyun una vez sentado y Jeonghan miró como Joshua vocalizaba un «Taburete.De.Los.Desdichados» para retirarse hacia la parte de atrás.

Jeonghan suspiró, para la fecha debería estar acostumbrado a las borracheras de los clientes, y aún más la de sus conocidos, pero a veces se hacía duró, sobre todo cuando su amigo era Byun Baekhyun, una persona que incluso sobria era revoltosa.

El pequeño de cabellos anormalmente grisáceos se tendió sobre la mesa haciendo un ruido tosco y casi doloroso. Con la mano le pidió a Jeonghan algo para beber y éste se lo sirvió con el ceño fruncido. Cuando Baekhyun saboreó el líquido en su paladar arrugó la expresión y su cara estalló en molestia.

—Esto es agua —se quejó, sacando y metiendo la lengua en una acción graciosa.

—Deberías oxigenar tu cerebro, Baekhyun —dijo Jeonghan, sirviendo más agua.

—Lo único que necesito oxigenar es mi nariz —explicó—. Todo huele a carne, yo huelo a carne. Estoy muriendo.

Jeonghan se echó a reír mientras se tendía sobre la barra para observar más de cerca a Baekhyun. Era una persona fascinante, tenía una perspicacia envidiable y era un de los mejores en su clase, tenía buen cuerpo, buena voz y según las varias lenguas, buen movimiento. Baekhyun era catalogado como un Dios, su belleza era impoluta e infinita. A Jeonghan le gustaba su belleza, se deleitaba con él, escaneaba de principio a fin para encontrar lo fascinante de aquel muchacho de veintidós años que había llegado un día al bar a comprar agua.

Baekhyun se movió un poco y dejó al descubierto un trozo de su cuello; Jeonghan rió sumando sus cuentas y oliendo en realidad a Baekhyun, ese bonito lavanda no estaba impregnado en su ropa, y aunque era una misión suicida, Jeonghan no pudo evitar preguntar.

—Baek, ¿por qué tienes un colosal y dimensional chupete en el cuello?

Baekhyun se levantó como si de repente le hubiese pinchado una nalga y miró a su amigo en la barra con terror, guardando ese mirada de «Mierda, mierda, mierda» boqueó al menos unas tres veces, se tiró el pelo unas diez y quiso golpearse la frente contra la madera otras cuántas veces más, pero ya para la primera instancia tenía una protuberancia en la frente.

—Esta bien si no me quieres decir, sabes. Somos amigos y tú sabes que...

—¡Fui a decirle al maldito de Chanyeol que comenzaría una campaña para salva guardar a los animales que él insiste en matar y vender en su mierda de carnicería, y terminé metido en el frigorífico con la boca de ese troglodita en mi pene y temblando, pero no por el frío oh no, Chanyeol es un jodido horno gigante!

Baekhyun lo había dejado salir demasiado rápido, sin filtro y con un exagerado sonrojo en las mejillas. Respiró apresurado como su hubiese esperado dejarlo salir para liberarse, además estaba agitado y suplicaba por un trago de algo que le arrancara la razón.

De Petites Quantites de Soju → EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora