s e i s | «sexing»

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¡Cantinero, sirvame otra!
|sexing • fluff!au; 865w|

—¡Cantinero, sirvame otra! —canta por lo alto un pelinegro con mala pronunciación—. Hoy estamos de fiesta, hoy celebramos que me han rechazado.

Ah, los borrachos felices, ¿qué sería del bar sin ellos? No existiría diversión, ni risas, ni gozo, ni nada.

Jeonghan limpia algunos vasos mientras se ríe de las desventuras de su compañero de momento. Yixing, se llama. Es un chico chino que tiene seis meses en la ciudad y ya encontró el verdadero amor, es sólo que su «verdadero amor» todavía no lo comprende.

El chico chino visita De Petites Quantites De Soju varias veces a la semana, la mayoría de ellas no toma, y la primera vez que entró fue por pura casualidad. Hoy es el día en que ha dejado el rol de chico tranquilo y se ha bebido unos humildes nueve vasitos de soju.

Y es un borracho feliz de que lo hayan rechazado, o eso piensa Jeonghan.

—¿Qué se cree él, que porque tiene un bonito trasero y el baile de un Dios puede decirme «Lo siento, ahora no tengo tiempo para esas cosas»? ¡Yo también bailo y soy bonito, no entiendo qué está mal!

Yixing se echa dramáticamente sobre la barra y pide su vaso de soju número diez, cuando Jeonghan lo sirve, el chino bebe para luego seguirse quejando.

—¡Es que si no fuera tan bonito!

Jeonghan ríe porque a Yixing se le ven adorables los pucheros que hace y cómo se queja, y como es una ensalada de idiomas y acentos. Jeonghan agradece a su padre el haberle enseñado mandarín porque a estas alturas no sabría absolutamente nada de lo que dice el muchacho.

—A lo mejor sólo quiere estar tranquilo, posiblemente tiene un ex que olvidar —Jeonghan comenta.

—¡Lo tiene! —balbucea Yixing—. Se llama Luhan, y lo dejó porque es un tarado que no supo apreciar a la hermosa persona que tenía entre sus brazos. Luhan se fue con alguien más, y lo odio porque ¿quién en su sano juicio dejaría al tierno Sehunnie, quién?

Yixing hurga en su teléfono y es tan torpe que tiene que ingresar la clave de bloqueo más de tres veces, esperando los segundos de Android para poder desbloquear su celular. Cuando por fin lo logra, le muestra al bartender una imagen de Sehun, con su pelo rubio y porte sin igual.

Jeonghan pestañea varias veces.

—¡Dime si Sehun-ah no es precioso! ¡Un sol!

Jeonghan mira directamente detrás de Yixing, donde, desde hace unos veinte minutos, han estado observando dos jóvenes.

Y uno de ellos, a juzgar por la foto, es Sehun.

Básicamente no le había prestado atención porque pensó que eran dos clientes más, pero ahora todo tiene sentido.

—Sehunnie ¿por qué no me quieres? —pregunta Yixing, dándose un chupito de soju.

—No puedo salir con alguien que se emborracha en cualquier bar —susurra Sehun, con sus esculpidas cejas enarcadas.

—Ya no debería beber más —Yixing deja el vaso en la mesa—. Ya hasta estoy escuchando la voz de mi Hunnie.

—¡Estúpido borracho, voltea!

Jeonghan rió fuerte porque, cuando Yixing volteó, todo se volvió un desastre. Por un lado Yixing diciéndole a Sehun que le diera una oportunidad, que él era «ezpezial» y por el otro Sehun, dándole golpes y recitando mil amenazas una vez que recuperara la sobriedad.

—¿No son adorables juntos? —musita Joonmyun, el chico que llegó en compañía de Sehun—. Tuve que dejar todo lo que estaba haciendo para traer a Sehun hasta acá después de que Yixing lo llamara para cantarle su despecho por teléfono.

—Eso fue gracioso, tuvo que parar su serenata para preguntarme la dirección del bar.

Joonmyun y Jeonghan se echan a reír mientras miran como Yixing se guinda cual koala de Sehun y este se queja pero de momento rompe en una pequeña, casi imperceptible, sonrisa.

—Lamento los problemas causados por Yixing —se excusa Joonmyun—. Permíteme pagar lo que consumió ¿Cuánto es el total?

Jeonghan mira a Yixing tan feliz por la presencia de Sehun, y a este luchando contra los mimos y la risas, y su pecho se hincha. Qué feliz sería la vida si de historias alegres se construyeran los bares. Está agradecido del día de hoy.

—Oh, no te preocupes. Yixing ya canceló sus bebidas.

Joonmyun asiente y guarda la tarjeta que había sacado para pagar los gastos del borracho. Murmura un «gracias» y se encamina a ayudar a Sehun con Yixing.

—Jeonghan-ssi ¡Muchas gracias! —murmura Yixing, con las mejillas rozagantes. Y acercándose al bartender para que solo él escuche—. ¿Cuánto te debo?

Jeonghan sonríe.

—Oh, ¿no te dije? hoy la casa invita.

Yixing sonríe aún más y le da un efusivo abrazo antes de que Sehun salga de la nada, y con recelo, lo aparte de Jeonghan y se lo eche encima rumbo a la puerta de salida.

—Muchas gracias por todo —agradece Joonmyun.

—¡Cantinero, sirvame otra!

—De ninguna manera, tú vienes conmigo. ¡Desde hoy no sales sin mi supervisión.

Jeonghan sonríe; hay muy pocos de estos, pero este momento va directo a su archivo de historias de bar con finales felices.

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Este drabble esta dedicado a mi buena amiga Vane
porque ella quería un Sexing para morirse de amor ❤
Vane, espero te haya gustado ❤

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De Petites Quantites de Soju → EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora