Capitulo 2, baño de sangre

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Cuando Lucia trato de hablar con Mari, no contestaba, con tanta confusión no sabia que hacer, miro hacia donde estaba el profesor, el es profesor, sabe que hacer en casos como estos, pero su profesor, al igual que el resto de sus compañeros, estaban asustados, no podía creerlo, no sabia que era lo que estaba pasando, y peor aun, se oían los gritos provenientes desde toda la escuela, además, era algo extraño lo que estaba pasando, la escuela parecía estar siendo atacada, ya que afuera se escuchaban un sin fin de disparos y el característico sonido de espadas blandiendose.
Sin pensarlo más, Lucia salió de su pupitre, fue hacia Mari y trató de levantarla.
—te sacaré de aquí—, le dijo Lucia a Mari mientras la sujetaba por debajo de las axilas, tratando de no tener ningún contacto con el vidrio. Era difícil para Lucia levantar a Mari, y lo peor era que estaba haciéndole daño mientras lo intentaba.
—aguanta un poco, te llevare a la enfermería, pronto estarás bien —, trato de consolarla, pero fue en vano, cuando por fin logro tener en alto a Mari, se dio cuenta de que ya no estaba quejándose, Lucia, uso toda su fuerza para levantarla con un brazo y poder tocar su muñeca con la mano del brazo que tenia libre, y cuando por fin lo consiguió, ya era tarde, no tenía pulso, Mari había muerto por desangrado, Lucia, conteniendo las lágrimas, trató de gritar pero no podía, había perdido por completo las palabras, y no sabia que era lo que debía hacer, nunca había visto morir a alguien y mucho menos a la edad de diez y siete años que tenía Mariana.
—alguien llame a la policía!—, gritó por fin con  las pocas fuerzas que le quedaban, pero nadie pareció haberle hecho caso.
—vamos, alguien ayudeme, mi compañera acaba de morir—, continuó hablando Lucia mientras seguía estando sobre ella el frágil cuerpo de Mari, Lucia la vio de reojo, ella se veía como si no hubiera podido disfrutar su vida como ella hubiera querido. A Lucia le dio un sentimiento inexplicable de culpa, y no dejaba de pensar lo mismo,
—algo de esto le hubiera pasado si no hubiera chocado con Cárter al entrar al salón?—sus lágrimas casi brotaban de sus ojos, pero se , contuvo, se seco las pocas lágrimas con la manga derecha de su suéter del uniforme, era el brazo que tenia libre, cuando se calmó un poco, continuó bajando a Mari.
Cuando por fin había logrado bajar el cuerpo de Mari, corrió hacia atrás del escritorio para hacerle frente a su profesor por su cobardía, pero cuando giro su vista y por fin estuvo de frente a su profesor, noto algo que la dejo sin aliento, su profesor, al que ni siquiera le había dado tiempo de conocer o siquiera de presentarse, llacia sin vida detrás de su escritorio, en su frente, claramente se notaba un agujero, el característico agujero que deja un impacto de bala en la carne de un cuerpo humano.
Lucia se llevo las manos a su boca y contuvo un grito, no sabia que estaba pasando, pero se dio cuenta rápidamente que debían salir de ahí, ella y los demás compañeros que quedaban en el alborotado salón, así que reunió las fuerzas que necesitaba para gritar, se subió al escritorio y cuando al fin estuvo encima de el mueble grito:
—compañeros, mi amiga Mari ha muerto, Lucia oyó claramente como varias compañeras comenzaban a llorar, al parecer también conocían a Mari, —al igual que el profesor—, continuó Lucia, y para no terminar como ellos debemos salir de aquí.
Lucia no alcanzó a oír la respuesta cuando sin previo aviso, la pared que estaba al lado contrario de donde estaba parada Lucia, explotó, lanzando a Lucía hacia atras del escritorio, el estruendo de la explosión fue tan fuerte que dejó a Lucia sorda por un momento, manteniendo en sus oídos un leve
silbido agudo, cuando por fin pudo recobrar el equilibrio, se paro para mirar lo que había pasado, y no podía creerlo cuando lo vio, toda la mitad del salón había quedado destruida, una nube de polvo se había levantado y no alcanzaba a ver nada, pero podía notar que un gran pedazo de techo se había caído, se alcanzaba a ver cómo varios cables colgaban con trozos pequeños de yeso.
—están bien?—, dijo Lucia después de un pequeño tosido, pero cuando al fin el polvo que se había levantado se disipo, le dieron ganas de vomitar, los cuerpos de sus compañeros habían quedado desechos en la explosión, literalmente, varios cuerpos estaban sin brazos, otros sin piernas, o simplemente otros tenían las patas de sus pupitres clavadas en sus cabezas, dando una vista de una masacre. Lucia se quedo petrificada ante aquella horrible escena, trato de salir corriendo pero sus piernas no respondían, entonces se quedo sin aliento, cuando del otro lado del salón, por el hueco que había dejado la explosión, pudo distinguir como un criatura, parecida a un simio de un tamaño de un hombre de unos diez y nueve años, pero con un especie de cuerpo formado por una niebla purpura con lineas blancas a lo largo de su cuerpo encorvado, que salían desde su cabeza hasta lo que parecían sus pies, la observaba con unos ojos escalofriantes color negro como la noche, como si esa criatura hubiera visto algo que le gustaba, cuando esa criatura la noto, soltó de su hocico lleno de colmillos, parecido al de un cocodrilo pequeño, un alarido desgarrador similar a un chillido muy agudo, Lucia pudo notar como de lo que parecían ser sus manos brotaban resplandecientes garras, entonces, esa criatura, se precipitó corriendo hacia Lucia sobre sus cuatro extremidades, esta, no podía moverse, solo pudo pensar que esta era su fin, mientras la extraña criatura seguía corriendo hacia ella.

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