Lucía, quien yacía en frente de su salón de clases, estaba helada, la criatura, que ya estaba a diez metros de ella mientras seguía corriendo en su dirección, parecía que no dudaba en ninguno de sus movimientos, se podía apreciar como de su imponente hocico, brotaba una especie de baba oscura y viscosa, justo cuando estaba a dos metros de ella, la horripilante criatura, salto, poniendo sus afiladas garras por delante.
-¡Haaaaaa!-, grito Lucía mientras se tapaba la cara con sus manos y se ponía a pensar en lo que le decía su mamá de que había una vida después de la muerte, nunca le había prestado atención a ello, pero parecía, que estaba a punto de descubrirlo.
Un sonido ensordecedor, una lluvia de pequeños fragmentos de concreto disparados a su cuerpo y rostro y un dolor agudo en su brazo izquierdo la hizo quitarse las manos de la cara para ver lo que había pasado, se podía apreciar como la criatura había sido aplastada afortunadamente por un fragmento del techo del tamaño de una tina de baño de lo poco que quedaba del salón de clases, y cuando se fijo en el dolor que sentía en su brazo, noto como una cortada de unos diez centímetros a la altura de su codo, estaba sangrando, al parecer había sido hecha por una varilla de media pulgada que sobresalía del fragmento de concreto, y al parecer tenía restos de sangre, su sangre. Lucía, se fijo en la pila de escombros que tenia delante de ella, la criatura parecía estar muerta, ya que no se movía, así que decidió tratar de hacer algo con su brazo lastimado.
Antes de poder limpiar la herida, vio como de entre la pila de escombros, la criatura comenzó a retorcerse, como si tratara de salir, al parecer, no estaba muerta.
Fue cuando pudo asomar una de sus garras, cuando Lucía reaccionó, y sin perder la oportunidad, salio corriendo por la puerta lo más rápido que sus piernas le permitían.
Mientras Lucía corría a través del largo pasillo de la escuela, miraba a los lados, tratando de buscar ayuda, pero no había nadie cerca, solo se podían oír mas de esas criaturas por toda la escuela, y al parecer, estaban ocupadas, ya que no se le apareció ninguna mientras seguía corriendo tratando de salvar su vida.
Mientras seguía corriendo a través del pasillo para llegar a la puerta principal que daba a la calle, iba apreciando las horribles escenas que veía por las puertas por momentos en los salones que iba pasando, pudo ver cómo más de esas criaturas estaban en todos los salones, y al parecer, ya habían matado a todos, ya que en toda la escuela no se oían más gritos, al menos no humanos. En el último salón que quedaba en el pasillo, la pared estaba derribada, y tuvo que detenerse, ya que los fragmentos de escombros estorbaban en la puerta de salida. Parecía como si la vida se burlara de ella, la salida estaba al frente pero no podía pasar, tan cerca pero tan lejos de la libertad.
Sin nada mas que pudiera hacer, Lucía, quien jadeaba por lo exhausta que estaba, se pego al muro, y mientras caminaba sigilosamente para ver si no había nadie , o mejor dicho, nada en el salón, asomo la mitad de su cara por la puerta del ultimo salón que estaba con el muro derribado, y vio como el otro lado,la pared, también estaba derribada, podía verse el césped del jardín delantero de la escuela, esa era la salida.
Un sonido extraño la hizo voltear, cuando agudizó la vista, pudo ver con claridad en una esquina del salón cerca de una pila de cadáveres como una de esas criaturas estaba devorando uno de los alumnos, la criatura estaba encima de el, abriéndose paso a las vísceras del chico con sus garras, que después usaba para llevar partes del cuerpo del chico a su hocico, pero noto algo extraño mientras espiaba por el muro destruido, cuando la criatura comía partes de la carne del chico, después de unos momentos, escupía la carne y caían al suelo, pero lo extraño era que, estaban secas, como si sólo quisiera la sangre, pero para que?, pensó.
A Lucía, con todo la esperanza de escapar perdida, se le escaparon las lágrimas, retrocedió unos pasos, y entre sollozos que ella misma trataba de silenciar con sus manos, pudo ver en su mente como su madre estaba en la cocina esperándola, y no podía decirle que no volvería a casa.
-lo siento mamá, pero no volveré a casa para cenar -, murmuró, mientras se sentaba en el suelo y abrazaba sus rodillas, después de los cinco minutos mas largos de su vida, cuando terminó de llorar, hundió su cara entre sus rodillas, y espero en ese pasillo su muerte mientras oía a la criatura comerse al chico, o lo que le estuviera haciendo con el en el rincón del salón.
-quien diría que que iba a terminar así - dijo Lucía para si misma sin levantar su rostro de entre sus rodillas, -ni siquiera pude decirle a Mari que ella fue mi única casi amiga -.
-No es posible, creí que yo era la antisocial -, dijo la chica con la que Lucia se había sentado en el autobús esa mañana. y le hablo de forma sarcástica.
Lucía se hizo hacia a un lado, cayendo sobre su hombro izquierdo, -qu-que?, pero cómo?, creí que yo era la única con vida -, dijo Lucía confundida, asustada y un poco sorprendida de que alguien más estuviera vivo.
-hay linda, yo soy la que pensé que todos estaban muertos, es que, son tan débiles -, dijo la chica mientras le daba la mano a Lucía para ayudarla a ponerse de pie.
-gracias - dijo Lucia, entonces, se quedo hipnotizada y aterrada por lo que vio, la chica tenia en su espalda, una espada, que casi estaba de su tamaño, media casi el metro y medio, tenía una empuñadura negra, con un cráneo en donde empezaba el mango, pero eso no era lo que la aterraba, era que la espada tenía sangre, y si era de un humano?, era sangre roja, y al parecer estaba fresca, ya que goteaba.
-o-oye - tartamudo Lucía mientras apuntaba a la espada y retrocedía un poco, -para que quieres esa espada?-.
-heee, para abrír cartas -, contestó la chica sarcásticamente mientras ponía sus manos en sus caderas, -hay linda!, en medio de una masacre, para que crees tú, que quiero esta espada?-.
-Es. Sólo. Que, parece muy pesada -.
-si, lo es, pero ya me acostumbre, por cierto linda, cual es tu nombre?-, pregunto la chica un tanto curiosa.
-me llamo Lucía, Lucía Morrison -, contestó rápida y amablemente mientras extendía su mano para estrecharla con la de la chica.
-mucho gusto Lucía, yo soy...-.
Un rugido agudo parecido a un chillido las saco de la conversación, al parecer, la criatura que estaba dentro del salón de al lado donde estaba el chico destripado, las había oído.
-quedate detrás de mi, linda -, dijo la chica mientras empuñaba su espada y se colocaba frente a Lucía en una posición de pelea.
La criatura, que estaba a unos cinco metros, se paro sobre sus patas traseras, se parecía a un simio, sólo que este estaba un poco más grande, cuando de la nada, comenzó a correr hacia a ellas.
-cuidado! -, grito Lucia mientras retrocedía unos pasos.
La criatura, salto mientras habría su hocico, y en un rápido movimiento, la chica, levanto su espada, y justo cuando estaba frente a ella, la bajo, haciendo que encajara en el centro de la cabeza de la criatura, lanzando pequeños chorros de sangre hacia a los lados, y era sangre roja, eso le dio la certeza de que la sangre de su espada era de otras criaturas.
Cuando la chica arrancó su espada de la cabeza de la criatura muerta, comenzó a brotar una especie de carne roja en formas de fideos muy gruesos, al parecer era el cerebro. Cuando por fin coloco su espada en su espalda de nuevo, acerco su mano derecha a Lucía, -mucho gusto linda, yo soy Frida -
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En La Niebla
Science FictionLucía, una joven que sólo deseaba ser la mejor de su clase de preparatoria, tendrá que pasar por una increíble aventura en la que se dará cuenta de que nuestro mundo no es el único que existe, si no que está ligado al mundo de los demonios, un joven...