3, Sad

118 7 2
                                    

Esos días en que todos aquí nos ponemos melancólicos e inundamos todo con nuestras lágrimas, cuando se suben a sus botes y navegan en la superficie, es tan odioso verlos disfrutar de nuestro dolor.

Todo mientras el agua nos atraviesa ahogando nuestro último suspiro, por eso siempre vuelco sus botes, para que vean qué se siente, pero agh, siempre vuelven a la superficie, lo he intentado, pero las nubes no me dejaban llegar… hasta ahora.

Y lo logré, así es, tomé su oportunidad, tomé su anzuelo, jamás deberían lanzar sus cañas queridas flores, nunca aprenderán la lección al parecer, dejen de confiar en cualquiera, pobres inocentes, terminan mal.

Pero eso ya no importa, porque mi sonrisa se extiende cuando pude ahogar a uno de ellos bajo el agua, sintiendo mis manos estrangular su cuello, esa satisfacción de ver como se resistía y yo sabiendo que no se salvaría.

Esa sensación asombrosa de ver a través de sus ojos como sus sueños y esperanzas se partían una por una, su cabello alborotándose de un lado a otro, y sus manos intentado escapar, partiría cada una de sus hojas de verde vibrante.

Cuando pude asegurarme que no volvería, robé su bote y tomé los remos, felicidad prepárate, allá va Sad.

Flores sin pétalos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora