Narra Marie
Paré. Yo también quería lo mío. Así que me tumbé de nuevo y doblando mis rodillas me quité las bragas, desnudándome frente a Rose completamente. Abrí mis piernas colocándolas de nuevo una a cada lado de Axl. Me miró, tragó saliva y sonrió.
- Estás muy húmeda, joder...
-Es culpa tuya, obviamente...-me mordí el labio. Axl bajó la cabeza y empezó a darme pequeños besos en la cadera y las ingles. ¿Quería matarme del calentón o qué? Le supliqué- Axl por favor...
-Está bien.
Comenzó a lamer mi clítoris de arriba a abajo. Luego en círculos. Ahora lento, luego rápido, lento otra vez... Paró y clavó sus ojos en los míos. Empecé a sentir como introducía sus dedos lentamente en mi.
-Juguemos a algo, pequeña.
Asentí colorada sin dejar de mirarle a sus ojos azules- voy a hacer que te excites cada vez más. Si gritas o simplemente gimes un poco alto, te castigaré, ¿entendido? - asentí otra vez mientras el seguía tocándome.
Siguió moviendo sus dedos dentro de mi. Cada vez más rápido. Estuvo así como 3 o 4 minutos hasta que gemí en alto sin poder evitarlo. Mierda.
-Oh, oh... Alguien ha sido mala y ha hablado sin permiso. Voy a tener que castigarte...
-Lo siento. Lo siento Axl. No volveré a gritar. Lo prometo.
-Demasiado tarde...
Los dos dedos se transformaron en 3 y bajó para lamerme a la vez. Wow. Sentí que iba a explotar y gemí otra vez. Axl paró de nuevo.
-¿ Otra vez? Vaya. Eres una niña mala... - Se puso de pie y se quitó los bóxers del todo.- Date la vuelta.
-¿Qué? -le miré incrédula.
-Date la vuelta, vamos, boca abajo.
-¿Vas a castigarme otra vez? - pregunté divertida. Aquello era divertido.
-Obvio que si - sonrió pícaro y me levantó del culo. Estaba a punto de entrar pero se detuvo.
-¿Pasa algo cariño?
-No, bueno, sí. Tuuuu... ¿tomas...?
-¿Anticonceptivos? Claro que sí.
- Ahh. Genial entonces jaja. Emmm, ¿por dónde iba? Ah, si. Tu castigo...
Ahora si que entró. Hasta el fondo, despacio. Salió y volvió a entrar despacio. Lo repitió pero esta vez entró de golpe hasta el fondo.
-¡ Joder Axl !
-¿Te gusta, pequeña?
-Ah... Si... Mucho...
Me agarró de la cintura y comenzó a embestirme. Joder. Definitivamente este tío quería matarme de un polvo. Un señor polvo desde luego.
Siguió un rato más golpeando su cintura contra mi hasta que los dos llegamos al orgasmo y el se vació dentro de mi. Vaya... Apoyó la cabeza en mi espalda y la besó, aún jadeando.
Cualquiera diría que un tipo de casi 30 años follase tan bien. Aunque, claro, es Axl Rose... no esperaba menos de él.
Salió de mi y se tumbó boca arriba en la cama. Me tumbé sobre su pecho, escuchando sus latidos acelerados.
-¿Te ha gustado? -me preguntó.
-¡Claro que sí? Yo no soy tan buena...
-¡Joder que no! Si que lo eres, ha sido increíble...
-Gracias. Debería darme una ducha y vestirme. Tú si quieres, vete al otro baño.
- ¿No quieres que nos duchemos juntos?
- No es eso. Es que las chicas están a punto de llegar y no quiero que cuchicheen.
- Entiendo. Entonces hazme un favor y déjame hacer algo.
- Claro, dime.
Axl bajó entre las sábanas hasta mi vientre y me hizo un chupetón en cada lado de la cadera.
- Esta será mi firma cada vez que lo hagamos. ¿De acuerdo?
- De acuerdo -reí.
Nos metimos cada uno a un baño y nos duchamos. Luego esperamos a que llegaran las chicas y nos fuimos todos en el coche de Axl a la feria del muelle de Santa Mónica.
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