Capitulo 6

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PDV: Nefer.

-¿Estás segura?-le pregunto.

-Claro-responde Adara.

Suspiro por el cansancio y la vagancia de poner en acción el plan que estuvimos planeando en las últimas dos horas.

-Bien, solo hay que esperar a que llegue Elizer con las llaves y empezamos-anuncia Agnes.

No bien terminó de decir eso, los pasos apresurados del chico se empiezan a escuchar hasta que llega hacia nosotras.

-Aquí están-alza un manojo con más de treinta llaves y se lo entrega a Adara-. Supongo que tú sabrás cuál es el de esta celda.

Adara sostiene el manojo durante unos segundos y, después de observar cada una de las llaves, separa una del resto y la introduce en la cerradura de mi celda. En dos segundos, la puerta está abierta y, por primera vez en tres días, estoy libre.

-Recuerda que solo debes hablar cuando sea necesario. Cualquier paso en falso y armarás un alboroto imparable y estarás tras estas rejas de nuevo-dice Agnes.

Asiento con la cabeza y me dirijo hacia Elizer.

-Bueno, empecemos.

Alzo una mano hacia él y sujeto su brazo por unos cuantos segundos para extraer su esencia. Luego empiezo a crecer hasta quedar casi a la altura del techo. Me agacho un poco para no tocar las arañas que circulan por él. Ahora estoy vestida como militar; con pantalones que parecen hechos a base de bolsillos y una remera blanca.

-¿Todo bien ahí arriba?-pregunta Adara. Río como respuesta. Nunca me había transformado en alguien tan alto.

-¿Tienes armas?-le pregunto a Elizer mientras busco algo filoso en mis pantalones. Y no bien introduzco mi mano en el primer bolsillo, encuentro un cuchillo de unos diez centímetros, lo cual me saca una sonrisa. -Empecemos. Debemos aprovechar las siguientes cuatro horas-digo, y el plan empieza.

Adara y yo corremos hacia la salida de los calabozos, dejando atrás a Elizer, ya que sería un problema si ambos salimos al mismo tiempo, y a Agnes, para que, en caso de que alguien baje a vigilarme, ella cree la ilusión de que yo aún sigo encerrada.

Al llegar a las escaleras que nos llevan al piso superior, nos encontramos con un par de guardias que al ver a Adara se enderezan como si temieran que los regañase por estar algo encorvados.

Llegamos a la superficie, que consiste en un enorme salón con miles de pilares a sus costados, ventanales que casi llegan al techo (el cual no mide menos de quince metros), alguna que otra escultura y alrededor de cincuenta guardias en todo el salón.

-Repíteme una vez más, ¿cómo se llega a la habitación de tu padre?-pregunto por lo bajo.

-Debemos subir dos pisos más y llegar al fondo del primer pasillo-exlica ella, caminando de una forma extraña, casi infantil. Como tiene puesto un vestido (una perfecta vestimenta para robarle un cetro al rey, por supuesto) no puedo ver sus piernas, pero aun así puedo adivinar a que está dando saltitos en lugar de pasos normales.

-¿Podrías... caminar normalmente?-pregunto con irritación.

-Nop-contesta, sonriendo.

Ruedo los ojos y seguimos avanzando. Esto no va a ser fácil si tengo a esta niñita sobre mí. Por más que ella sea mi brújula para llegar a la habitación del rey, no puedo evitar desconcentrarme gracias a sus tarareos y saltitos infantiles.

Caminamos (en realidad, yo fui la única que caminó, ya que Adara estuvo saltando todo el tiempo) por los pasillos y subimos los dos pisos que nos separaban de la habitación del rey.

Kings Of WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora