No me obligues

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- Tú?!
Miro al cielo y respiro profundamente tratando de calmarme. No podía creerlo, todos estos años tratando de alejarme de toda esta mierda y ahora me ha encontrado.

- Que haces aquí? Exprese con una calma fría que helaría la sangre a cualquiera menos a el.

Mi bienvenida pareció no inmutarlo, es mas creo que hasta podría estarlo aburriendo. - vas a invitarme a pasar o es que has olvidado tus modales de cuna- si no lo supiera pensaría que esta tratando de ser sarcástico cuando en realidad se esta molestando cada vez mas con mi reticencia a dejarlo entrar nuevamente en mi vida.

Mi calma se estaba perdiendo mientras él continuaba en mi presencia. Quería mandarlo a la mierda, esto se estaba volviendo mas jodido con la tensión que irradiaba el momento. - solo dime que mierda quieres y lárgate- mi exabrupto lo sorprendió tanto que retrocedió y me miro con los ojos muy abiertos y su boca mostrando una exhalación. - si, asi es - pense -no soy la misma niña estupida que conociste, verdad? - sonrei con satisfacción pero el momento duro poco porque se recompuso rápidamente, estaba claro qué nunca nadie le hablaba así. El que lo hacía... digamos que no terminaba bien. Siempre hay maneras peor que la muerte para este hombre.

- Alexa, hija mía tu crees que esa es forma de hablarle a tu padre? Gruño. Su sonrisa irónica distorsiona su atractivo rostro. Si. Mi padre era uno de los hombres mas atractivos de la manada. Alto, con porte majestuoso, impregna autoridad, diplomacia, supremacía; es un hombre de armas tomar y estaba claro, el era el poder personificado... Era el alfa de la manada Worden Skyhigh. Esa manada era el orgullo de mi padre y también su perdición.

Era increíble ver como el poder y la ambición había destrozado a mi hermosa familia a la familia que yo creí tener cuando era una niña. La envidia reemplazo el amor de mis hermanos hacia mi y el egoísmo supero el cariño de mis tíos y primos. No podía soportar mas vivir entre ese nido de víboras necesitaba salir de ese ambiente de hostilidad o terminaría volviéndome una persona frívola y esquiva como en la que se había convertido mi madre.

Suspire profundamente mostrandome irritada.

Papá pareció darse cuenta por fin de mi descontento y al ver que no haría ningún movimiento para dejarlo pasar dijo tres palabras, - Mi madre esta muriendo - esas únicas palabras pronunciadas con desinterés me dejaron con la mente en blanco, no sabía que debía responder. Estaba en shock.

Mi padre aprovecho el momento para irrumpir en la casa dejándome en la entrada sola y tratando de salir de mi aturdimiento.

Al entrar pude ver su cara de perplejidad, si no fuera por la situación y mi repentino estado de ánimo en estos momentos estaría partiéndome de la risa. - Que pasa papá , acaso mi humilde morada no es de tu agrado? Su alteza se siente insultado con la simplicidad de mis aposentos.- si lo se, me estaba comportando como una perra, pero es que no soportaba que para el todo lo que yo hiciera estuviera mal, claro eso es porque si mis decisiones no le eran consultadas y no tenían su aprobación entonces no valía un rábano y un pepino lo que su adorada hija hiciera.

- No seas idiota Alexa, sabes que esta no es tu casa, no es mas que un escondite al que has recurrido para huir de tus responsabilidades. Pero eso esta por cambiar muy pronto- dijo con aire de autoridad.

- ah si?!... En serio? Con un movimiento de mi mano le indique el asiento invitándolo a tomarlo. Hizo una mueca y declinó rápidamente mi ofrecimiento. Ah si, lo olvidaba, ese es mi padre, el hombre que conozco, vanidoso y altanero. Nada esta a su altura fuera de sus confines. Sus delicados gustos no concuerdan con mis preferencias rústicas y sencillas. - Y dime papá. Como piensas hacer eso? Como piensas obligarme ahora? Que plan has tramado para doblegarme a tu voluntad? Porque que yo recuerde... Tu y yo no quedamos en muy buenos términos la última vez que hablamos- lo vi a los ojos calculando, evaluando, esta vez no me dejaría intimidar, lo enfrentaría.

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