Capítulo 19 (FIN)

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Una sensación fría me encoje el pecho. Sé que estoy muerta y que Alex también lo esta. Por un momento no siento nada, solo hay un  vació.  Pero solo por un momento, después vuelvo a renacer; mi corazón vuelve a latir y siento mis pulmones llenos de aire de nuevo. 

Tengo las ojos cerrados pero oigo mi respiración, profunda y sonora, que se mezcla con la de otra persona. Siento mi mano agarrada a la de alguien, espero que sea Alex. 

¿Estoy viva? 

Abro los ojos. 

Lo primero que me sorprende  no es tener a Alex delante de mis ojos, con los ojos cerrados y con el ceño fruncido, sino que lo sorprendente es donde estoy. Me encuentro en un callejón. ¿Como me puedo encontrar en un callejón? Y no es solo eso. El ruido, los miles de sonidos que mis oídos perciben: bocinas y motores  de los coches, el ruido de la gente gritar y las sirenas de la policía. A parte el olor de mi alrededor, tan extrañamente familiar. Me recordaba a Nueva York, a la ciudad en que había nacido y que había quedado destruida.  

Pero... ¿podría estar ahí? 

- Alex, despierta. - le digo rápidamente. 

Alex abre los ojos. 

- ¿Dónde estamos? - me pregunta alarmado. 

- Iba a preguntarte lo mismo. - le digo. - Pero tengo un presentimiento. Creo que estamos en...

-  Casa. - Finaliza él -  Estamos en el callejón de la avenida 52. Nuestras casas están a la vuelta de la esquina o al menos solían estarlo. 

Alex me suelta la mano y sale del callejón, tardo un par de segundos en seguirlo. 

Mi corazón late a mil, los nervios me invaden a flor de piel. 

Al llegar a la salida del callejón mi corazón dio un vuelco, mis presentimientos eran ciertos. Estaba en Nova York, mi vieja ciudad y estaba tal y como la recordaba, sin destruir. ¿Como podía ser eso posible?

Encontré a Alex en la vieja papelería donde mi padre solía comprar el periódico. El señor McFly, el dueño del pequeño establecimiento, estaba tal y como lo recordaba, por suerte no me reconoció. 

- Mira la fecha. - me dijo Alex entregándome el periódico. 

- 28 de enero de 2015 -  leo al mismo tiempo que me quedo petrificada. - El día que empezó la guerra; el día en que la bomba mató a una gran parte de la población de Nueva York. 

- La bomba explotó a las ocho de la tarde y son las doce del mediodía. - explicó Alex. 

- Tenemos tiempo para detenerla e impedir que los chinos desaten la Gran Guerra Nuclear. - digo rápidamente. - ¿Dónde estaba la bomba? 

- En Brooklyn. - dice Alex pensativo. - Debajo del Brooklyn Savings Bank, en las alcantarillas. No tenemos tiempo que perder. 

- ¿A quién se lo decimos? - le pregunto. 

- No se lo podemos contar a nadie. Nadie sabe lo de la bomba y si lo decimos no nos crearan. Tenemos que hacer esto solos. 

- ¿Y el material? - le pregunto de nuevo. 

- He estudiado la bomba miles de veces. En el campamento que fuimos de pequeños la estudiamos. Se como apagarla, solo necesito unas alicates y una linterna. 

- No tenemos tiempo que perder. - le digo. - Primero tenemos que robar a alguien. 

Alex me mira sorprendido. 

- ¿Qué? -  le pregunto. - No tenemos dinero y nuestros padres no nos darán dinero. 

- Vale. Te espero. - dice Alex. - Yo no pienso robar. 

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⏰ Última actualización: Mar 26, 2016 ⏰

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La Guerra contra el Tiempo (Novela Corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora