Capítulo 6

260 10 1
                                    

No.

No entraré en pánico.

Las arañas son seres repugnantes. Peludos, asquerosos y tienen mirada de locos.

Pero no entraré en pánico. Puedo con ellos. Pueden ser veinte veces más grandes de lo normal, pero no son invencibles. Nada lo es.

Consigo desatarme con el cuchillo que había dejado Jake en el suelo. Tenía dos opciones, huir o ayudarles.

Huir sonaba tentador. Demasiado. Pero no era una cobarde. Vencería mi miedo a las arañas, matando estas enormes – y monstruosas- arañas peludas. Yo podía. Podía hacerlo. Era fuerte y astuta.

Jake y Mike se habían apresurado. Habían corrido directamente, sin ningún plan. Sin haber pensado bien que hacer. Yo no haría eso. Tenía que idear un plan, ya que a Mike y a Jake no les iba nada bien. Les costaba demasiado matarlas. Tenia que buscar su punto debil. ¿Que asustaba las arañas?

El fuego.

Las arañas temen al fuego.

Rápidamente tramo un plan.

Con la ayuda de unas cerillas y un par de ramas secas consigo hacer un pequeño fuego.  Cojo las flechas y el arco. Inclino una de las flechas al fuego, ya colocada en el arco. La punta se enciende. Perfecto. Entonces me coloco en la posición para disparar. Localizo a mi primer obgetivo. Tenso la cuerga, respiro profundamente y la dejo ir. 

La araña cae al suelo y se quema lentamente. Moviendo las ocho patas freneticamente. Me estremezco. 

Jake y Mike se giran rápidamente. Para mirar quien a provocado eso, se sorprenden al verme a mi, pero rápidamente se giran para continuar. 

Cojo una flecha de nuevo y repito el proceso varias veces. Después de un par de tiros más, se me acaban las flechas. Mierda. No tenia tiempo de hacer más. 

Una araña se acerca.

Mierda. 

Dejo el arca en el suelo y cogo la katana. Era hora de actuar rápido. 

Empiezo a correr hacia ella, pendiente abajo. 

La araña mueve sus asquerosas, repugnantes y peludas patas -  Dios, como las odio - produciento un escalofriante ruido. Por un momento tiemblo y me arrepiento de haber corrido.

Pero ahora es demasiado tarde.

Entonces derrapo en el suelo, deslizandome debajo de ella. Levanto la katana, haciéndole un corte profundo en todo la parte de la barriga. Del corte sale un liquido pegagoso. Asqueroso. 

Me levanto y miro a mi oponente. Esta totalmente muerto, casi partido en dos. Veo como la sangre fluye por el suelo. Tengo un poco en el cuerpo. 

- Valerie. - grita una voz. 

Me giro sobre mi misma y de pronto lo veo. Una araña, con sus pinzas, esta demasiado cerca. Con un simple movimiento de Katana, le corto una de las patas. Me preparo en posición de ataque. 

Estoy a punto de matarla, despues de un par de movimientos estratégicos, pero con una de las patas me quita la Katana, tirandola al suelo. 

La araña parece sonreir por un momento. 

Entonces, con un ágil movimiento saco el nunchaku de mi bolsillo y empiezo a moverlo, provocando dolor físico al animal. Finalmente cae al suelo y le clavo la Katana, despues de cogerla. Guardo el nunchaku de nuevo. 

-          ¿Qué crees que haces exactamente? – dice Jake detrás de mí.

-          No lo sé. – le digo girándome para encararlo. – Sobrevivir. No te confiaría mi vida. – miro a Mike.  –a ninguno de los dos.

La Guerra contra el Tiempo (Novela Corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora