Cuando entremos al hotel Frank sacó su portátil y empecemos a buscar lugares donde irnos.
Frank: Tengo que darte algo, Samuel me lo pidió.
Me dio una caja azul con morado, la abrí y había este collar (multimedia) y una notita.
Sonreí al ver el collar y agarré la notita en la que decía;
Querida Helena,
Si tienes esto es porque algo muy malo acaba de empezar.
No se si recuerdas este collar, cuando tenias 3 años, fuimos con papá a Noruega, allí encontremos este collar, papá no te lo quiso comprar, ¿Te acuerdas que me escapé? Me escapé y lo compré.
Quiero que me recuerdes siempre, nunca te quites el collar, te quiero Helena.
Agarré el collar mientras lloraba, me quité el que llevaba y le pedí a Frank que me pusiera este, me lo ató y me guardé la cajita con la nota dentro de mi mochila.
Yo: Quiero ir a Noruega Frank
Frank: ¿Noruega?
Yo: Sí
Frank: Motivo
Yo: Samuel -no me dejó terminar-
Frank: No podemos ir, debemos ir a un lugar donde no hayamos estado, todo lugar al que hayamos ido buscaran, es muy importante Helena, esto no es un juego
Una lagrima recorrió toda mi cara.
Frank: Te prometo que te llevaré a Noruega algún día -dijo abrazándome-
Yo lloraba en sus brazos.
Frank: ¿Nos vamos a Miami? Allí no tenemos fans ni nada
Yo: Esta bien
Frank: Sale mañana a las 5:00 am, vamos a dormir
Apagó el portátil y lo guardó en la mochila, me estiré en la cama y me metí dentro de las sabanas, poco después sentí como Frank se metió también, sentí que Frank me abrazó por la cintura y me acercó a él, entonces susurro en mi oído.
Frank: Te quiero
Yo: ......
Frank: Dime que tu también, aunque sea mentira, necesito esas palabras para salir adelante
Me giré para estar cara a cara con él, este no quitaba las manos de mi cintura, me puse encima de él y lo besé.
Yo: Te quiero
Frank: Gracias -Lo volví a besar-
Yo: No te lo e dicho para alegrarte
Frank: ¿Entonces? -dijo para luego yo besarlo-
Yo: La verdad
Frank: ¿Lo dices de verdad?
Yo: Sip
Frank puso su mano en mi cabeza e hizo que nos juntáramos en un beso.
Yo se lo seguí claro esta, pido permiso para su lengua y lo acepté encantada, nuestras lenguas crearon una batalla que ninguno de los dos quería perder.