Beautiful Oblivion Jamie McGuire

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Pero cuando un chico Maddox se enamora, ama para siempre.

Mi habitación estaba hecha de cosas extrañas, al azar, pero yo también.

—¿Acaba de beberse tu trago? ¿Eso realmente ocurrió?
—¿Quién hace eso? —dije, volteando a ver a dónde iba.
—Un chico Maddox.

  -"Quiero oír tu voz, pero no puedo llamarte ahora. Voy a tratar de llamarte esta noche."
-"Bien."
-"¿Bien? Me parece un desperdicio de mensaje de texto."
-"Trabajar parece un desperdicio de fin de semana."

Pero esa era una de las razones por las que me enamoré de él. Me hizo sentir tan segura. Como que no importaba a donde fuéramos o lo que pasara, él me protegería.

Lo había visto convertirse del niño sucio y mocoso que comía crayones y pegamento al hombre alto, tatuado y excesivamente encantador que era ahora.

—¿Siempre atacas por sorpresa el apartamento de una chica con comida?
—No, pero ya era hora

—Espero que te guste el refresco de cereza, muñeca, o no podemos ser amigos.

—Perdóname por pensar que obligar era algo que no harías por cualquiera.
—No lo hago. Esto es definitivamente un caso especial.
—Tú eres un caso especial

—Me secuestraste, ¿recuerdas?
—Y lo haría de nuevo

—Entonces… esa fue tal vez la mejor no cita que alguna vez haya tenido.

—¿No lo hiciste porque la lluvia te dio una excusa para desnudarte?
—No. ¿Decepcionada?

—Solo pensaba que ahora es un momento realmente bueno como cualquier otro para reconocer que eres perfecta y que no apestaría si te enamoraras de mí en cualquier momento.

—Tengo un novio —le recordé.
Me despidió con un gesto. —Es un obstáculo.
—No lo sé —dije—. Es un obstáculo muy caliente.

Se sentía incorrecto notar cualquier cosa sobre él, pero no podía evitarlo

Sólo come, así no lastimas mis sentimientos.

—Es de la vieja escuela. No puedes responderle. Ni opinar. Ni llorar cuando golpea a mi madre.Ya no lo hace. Pero solía hacerlo. Eso nos arruinó cuando éramos niños, ¿sabes? El que ella se quedara. El que aún pudiera amarlo.

—¿Tus padres se amaban? —le pregunté.
—Como locos.
—Me encanta eso.

—Todo no siempre es de la forma en que se supone que es.

Trenton siempre destacaba para mí, pero nunca traté de llegar a conocerlo lo bastante bien como para entender por qué. Obviamente, permanecía rodeado de un montón de mujeres, y la idea de esperar en la fila no me atraía, pero todavía lo notaba. Era difícil no hacerlo

—¿Qué? No estoy tratando de ser atractivo. No soy una chica.
—No me agradas.
—Sí, lo hago.
—Tampoco estoy tratando de ser bonita.
—Estás fallando.

Él tenía el mejor-peor efecto en mí. Como si todo lo que era, y no era, fuera deseable. Ni siquiera tenía que intentarlo.

—¿Tu culo tiene celos de la cantidad de mierda que sale de tu boca?

—Tú y yo… Sólo somos amigos, ¿no es cierto?
—A veces no estoy segura de sí somos eso.

Estaba en problemas. Grandes y desastrosos problemas Maddox.

—Dime qué hacer, Cami. Conoces a las chicas. Eres más o menos una.
—Bueno, primero que nada —dije, inclinándome hacia él—, chúpame la polla.
—¿Ves? Las chicas no dicen eso.
—Las geniales sí

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⏰ Última actualización: Mar 05, 2016 ⏰

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